El IVA carga el impuesto a todos, pero los que mas sufren con ello son los bajos quintiles. Mientras que los impuestos a las grandes empresas son minimos y usualmente arreglados con contabilidades creativas.
El mercado se adapta segun a las circunstancias, por ejemplo: con un impuesto tan grande, el mercado del libro es forzado a ser pequeño y las editoriales locales no pueden surgir, por lo que tienen que comprar en el extranjero, aumentando gigantescamente sus gastos y disminuyendo sus ventas. Es un circulo vicioso. El dinero del IVA podría facilmente ser reemplazado por el superavit del cobre y por un impuesto mas ordenado y alto hacia las grandes empresas.
A ver, respecto de ciertos sectores el IVA es claramente perjudicial a ciertos sectores atendiendo la naturaleza de su medio.
Pero debemos recordar que si suprimimos ese IVA, el estado se privaría de US$ 16 mil millones, según tu estadística, lo que significaría una pérdida patrimonial vital para mantener el Eº.
El IVA debe mantenerse, pero perfeccionarse, porque si analizas el DL 825, te das cuenta, tras un examen detallado, que es absolutamente defectuoso, los procedimientos de control, fiscalización, recaudación son imperfectos. Asimismo deben disminuirse las tasas.
También es menester señalar que el IVA afecta el consumo, por lo tanto el efecto regresivo lo siente todo el mundo. El problema es que los bajos quintiles con sueldos de hambre, destinan su ingreso mayormente al consumo, disminuyendo la capacidad de ahorro (la cual es prácticamente nula) haciendo que el circulo perpetúe.
Sin embargo tras esta negatividad, debe recordarse que el Estado es de todos, pero todos deben contribuir según su capacidad monetaria real, lo que impone una limitación, si sólo los ricos contribuyeran, el estado perdería toda una masa de recursos provenientes de bajos quintiles, que tras un proceso de redistribución secundaria irían precisamente en su propio beneficio. Pero el IVA debe flexibilizarse, precisamente a mercados cuyo nicho o participación es reducido.
Ahora bien, debemos recordar que si queremos una mayor participación del Estado, por lógica básica, este necesita de recursos, los hay, pero no hay que olvidar que si reformamos el impuesto del cobre (aumentar el royalty de verdad), y una reforma tributaria sustentable en el tiempo, con el objeto de allegar más recursos,pero de mejor forma y con afanes de hacer una distribución más justa, lo que como país nos parece algo irrisorio teniendo una de las peores distribuciones de ingreso de la OCDE, podríamos financiar programas que a este gobierno le parecen irrisorios, hasta impensables.
No hay que olvidar que la culpa es de todos, porque como sociedad seguimos amparando un régimen cortoplacista, d¡sfrazado en índices macroeconómicos buenos, pero con carencias sociales graves a todo nivel, lo cuál no solo es culpa de los chambones que hemos tenido de gobierno estos últimos 21 años desde 1990, sino que nosotros mismos, con una sociedad sumisa pacata, basada en hablar y acostumbrada a contentarse con migajas.