1) Ausencia de ensayos clínicos. A pesar de la existencia de innumerables estudios científicos elaborados con organismos modelo como la levadura, el gusano, la mosca o incluso algún animal superior,
no existen ensayos clínicos en los que fundamentar ninguna acción beneficiosa sobre humanos.
2) Uso de concentraciones indebidas. Las concentraciones de
resveratrol que se emplean en los productos que se comercializan son muy inferiores a las que se han demostrado que tienen algún tipo de efecto
in vitro en los organismos modelo anteriormente citados…por no hablar de los
cientos de litros diarios de vino que habría que ingerir para alcanzar dosis de
resveratrol significativas.
3) Derivados del resveratrol. Este compuesto al ingerirse oralmente puede ser rápidamente
absorbido o transformado en otros compuestos secundarios (principalmente dímeros o trímeros del resveratrol) antes de llegar al órgano donde se busca el efecto positivo. Debido a ello o se buscan
transportadores del resveratrol o se estudia el efecto sobre la salud de los
compuestos secundarios en los que se ha transformado este antioxidante.
4) Uso de pHs indebidos. El
resveratrol es
altamente insoluble en disolución acuosa a pHs ácidos o neutros. Sin embargo, a pHs básicos aumenta espectacularmente su solubilidad. Debido a ello muchos grupos de investigación realizan sus investigaciones a pH 9 o pH 10 salvando así el inconveniente de su insolubilidad a pHs inferiores. Sin embargo, se olvidan de un pequeño detalle.
El grupo responsable de las propiedades antioxidantes del resveratrol se deprotona a pHs aproximadamente superiores a 8 (su primer pKa) por lo que en esta zona de pH, aunque el
resveratrol sea más soluble,
no sirven para nada sus estudios como agente antioxidante.
5) Tipo de disolvente. Aun no entiendo como muchos grupos de investigación hablan repetidamente del potencial uso del
resveratrol como componente de
alimentos funcionales como zumos o bebidas energéticas y, posteriormente, realizan todas sus investigaciones en medios con una
concentración de alcohol muy elevada.
6) Activador de sirtuinas. Durante muchos años la comunidad científica ha dado por sentado que el principal mecanismo por el cual el
resveratrol podría combatir el envejecimiento era a través de la activación de las
sirtuinas, una clase de enzimas que afectan al metabolismo celular regulando la expresión de ciertos genes. Sin embargo, un estudio publicado en 2010 en la revista
Journal of Biological Chemistry demuestra que esto no era cierto y todo se debía a un artefacto de
experimentación in vitro por lo que
hay que buscar nuevas vías de actuación del resveratrol.
7) La guerra de empresas farmacéuticas y la publicidad. No creo sinceramente que sea beneficioso el hecho de que determinadas empresas farmacéuticas estén subvencionando estudios científicos que,
no solamente avalan las propiedades científicas de su producto, sino que destrozan al producto de la competencia. Una pregunta:
¿Qué pasaría si encuentran resultados negativos sobre su producto?¿Lo publicarían?…
Por otra parte, una rápida búsqueda por Google de los
slogans publicitarios que se emplean para vender los productos con
resveratrol muestra como las casas comerciales no escatiman imaginación sorteando hábilmente las normas de
publicidad engañosa y vendiéndo el producto como el auténtico
elixir de la juventud…Además, si consiguen que su producto sea considerado un “
producto natural” (alguna vez alguien me tendría que explicar qué es un producto natural) las empresas pueden enriquecerse sin invertir en ensayos clínicos.
De todas formas la misma, o más culpa, podrían tener algunos grupos de investigación que, “
ceden” su imagen para que en la publicidad del producto pueda ser escrito aquello que tanto gusta al consumidor de…
“avalado por el grupo de investigación fulanito perteneciente al centro menganito….”.
Después de leer estos
7 pecados capitales acerca de las investigaciones acerca del resveratrol, alguien podría creer que estoy en contra de esta molécula. Nada más lejos de la realidad. Pienso todo lo contrario pero quiero dejar claro que si se siguen haciendo las cosas de esta forma
no llegarán los resultados tan ansiados.
Hasta que esto ocurra, no voy a buscar el elixir de la juventud ni en el
resveratrol ni en ningún otro sitio…pero no porque la ciencia me haya convencido de ello, que también, sino porque el
maestro de maestros, Don
Joaquín Ramón Martínez
Sabina ya me lo dejó claro aquel día de 1992 en el que se le ocurrió contarme en su canción “
Pastillas para no soñar” que
“Si lo que quieres es vivir 100 años… no pruebes los licores del placer…”