El Antiguo Testamento responde a un momento evolutivo de la religión. ¿Es que la humanidad es tan lenta para discernir que la religión al igual que todas las cosas evoluciona? ¿Los que han leído la Biblia no se dan cuenta que del Antiguo al Nuevo, desde los tiempos de Moises al de los profetas y culminando con las enseñanzas de Jesús, las Escrituras crecen en hermosura y verdad divina? ¿Del politeísmo a un Dios único, de un Dios colérico y racial a uno infinitamente bueno y misericordioso? La primera evolución de la religión fue del animismo al politeísmo, la segunda, del politeísmo al monoteísmo, y la tercera y más importante fue la revelación de la personalidad de Dios: de un Dios que castiga a los pecadores a un Dios-Padre que busca amorosamente a sus hijos descarriados con un abrazo de vida eterna.
En vez de buscar pasajes contaminados por el mal del hombre, busquen, tanto en el Corán, en la Biblia u otra Escritura, aquellos pasajes que encarnan los valores ideales de la divinidad que son los más altos a los que el hombre puede aspirar. ¿Cómo quieren acaso que cese el mal si le dan tanta publicidad, si lo buscan y ocupan para sembrar odios, prejuicios y resquemores?