delajara
Ganadora Mejor Tema Año 2019
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Revisión de la facturación de la empresa constructora Azvi permitió descartar pagos o irregularidades, según últimas diligencias en la indagatoria.
Sin formalizados terminará la investigación por fraude al fisco que desde hace cuatro año realiza la Fiscalía Metropolitana Centro-Norte en el caso de la fallida construcción del puente Cau Cau, en Valdivia, el primer puente basculante del país. Este involucró a la empresa Azvi y a exfuncionarios del Ministerio de Obras Públicas (MOP).A la reciente decisión del 28° Juzgado Civil de Santiago, que determinó que el fisco debía indemnizar a Azvi —exculpándolo de responsabilidad en la construcción porque el origen de la falla del sistema de levante del puente era de diseño—, se sumará ahora la determinación de la fiscalía: que pondría fin al caso penal sin haberse establecido la existencia de un delito atribuible a algunos de los involucrados.El Ministerio Público, afirman fuentes allegadas a la indagatoria, alista el cierre con una decisión de no perseverar, lo que se espera sea comunicado en los próximos días al 7° Juzgado de Garantía de Santiago. La razón es que las “diligencias ya están agotadas”.
Una denuncia, una querella
El caso se inició en 2015 por la denuncia de un parlamentario, a lo que luego se sumó una querella, en 2016, de Zañartu Consultores, empresa que recibió una sanción del MOP por no advertir problemas en el viaducto.Entre las últimas pesquisas que ordenó el fiscal de la causa, José Morales, estuvo revisar la facturación de Azvi para descartar pagos irregulares. Distintos hallazgos permitieron establecer que el origen de la falla en el sistema de levante era el diseño —como se determinó en sede civil— y no la construcción, pero el estándar probatorio en materia penal es superior y los antecedentes recabados no permitirían al Ministerio Público sostener una imputación ante los tribunales.
“Rótulas falsas”
En este caso testificó el proveedor de los cilindros hidráulicos del sistema de levante del puente, Marcos Bidart, y dijo que en 2013 recibió la orden de Azvi. “Solicita la compra de cuatro rótulas esféricas del tipo GE-340 sin marca por un valor de $3.200.000 cada una y cuatro rótulas del tipo GE-260 sin marca por un valor de $1.800.000. Como cualquier proveedor, entendí que una vez llegada la orden de compra desde Azvi, se aceptó la condición genérica de las rótulas ofrecidas y por lo mismo procedía importarlas”. Posteriormente fue sobreseído.Su abogada, Marisa Navarrete, asegura que “Azvi quiso involucrar al proveedor de rótulas, que era mi cliente, aduciendo que este la había engañado, le había proporcionado rótulas falsas. Lo que no correspondía a la verdad, toda vez que fue la propia empresa la que solicitó rótulas genéricas sin marca, de un precio bastante inferior a las que pudieron haber correspondido si se hubiese comprado una rótula de marca”.La defensa de Bidart estima que está pendiente determinar si se informó un precio mayor al MOP.
Un “chivo expiatorio”, según defensa
El ingeniero comercial y exfuncionario del MOP, Walter Wilson, espera el cierre de la investigación. Tiene calidad de imputado y afirma que sufrió graves perjuicios en este caso, ya que fue separado de sus funciones como inspector técnico a cargo de la construcción del basculante cuando se reveló la falla de uno de los brazos.Mario Vargas, su abogado, dice: “Fue un chivo expiatorio de la negligencia e irresponsabilidad del ministerio. Él era el único que realizó las prevenciones de los errores de diseño del puente, fue quien informó que los problemas eran de diseño y no de construcción”.Agrega que Wilson advirtió que el Cau Cau estaba bien construido y podía funcionar, y que su rol “fue fundamental para impedir que el puente se demoliera”. Y, subraya, ello tenía un “costo solo de demolición sobre los $5.000 millones y un nuevo puente un costo de construcción sobre los $30.000 millones, todos dineros fiscales, considerando que el puente podía funcionar con unas pequeñas correcciones y, lo más importante, es que hoy funciona correctamente en Valdivia”.
https://digital.elmercurio.com/2019/10/01/C/O13M2GDA#zoom=page-width
Sin formalizados terminará la investigación por fraude al fisco que desde hace cuatro año realiza la Fiscalía Metropolitana Centro-Norte en el caso de la fallida construcción del puente Cau Cau, en Valdivia, el primer puente basculante del país. Este involucró a la empresa Azvi y a exfuncionarios del Ministerio de Obras Públicas (MOP).A la reciente decisión del 28° Juzgado Civil de Santiago, que determinó que el fisco debía indemnizar a Azvi —exculpándolo de responsabilidad en la construcción porque el origen de la falla del sistema de levante del puente era de diseño—, se sumará ahora la determinación de la fiscalía: que pondría fin al caso penal sin haberse establecido la existencia de un delito atribuible a algunos de los involucrados.El Ministerio Público, afirman fuentes allegadas a la indagatoria, alista el cierre con una decisión de no perseverar, lo que se espera sea comunicado en los próximos días al 7° Juzgado de Garantía de Santiago. La razón es que las “diligencias ya están agotadas”.
Una denuncia, una querella
El caso se inició en 2015 por la denuncia de un parlamentario, a lo que luego se sumó una querella, en 2016, de Zañartu Consultores, empresa que recibió una sanción del MOP por no advertir problemas en el viaducto.Entre las últimas pesquisas que ordenó el fiscal de la causa, José Morales, estuvo revisar la facturación de Azvi para descartar pagos irregulares. Distintos hallazgos permitieron establecer que el origen de la falla en el sistema de levante era el diseño —como se determinó en sede civil— y no la construcción, pero el estándar probatorio en materia penal es superior y los antecedentes recabados no permitirían al Ministerio Público sostener una imputación ante los tribunales.
“Rótulas falsas”
En este caso testificó el proveedor de los cilindros hidráulicos del sistema de levante del puente, Marcos Bidart, y dijo que en 2013 recibió la orden de Azvi. “Solicita la compra de cuatro rótulas esféricas del tipo GE-340 sin marca por un valor de $3.200.000 cada una y cuatro rótulas del tipo GE-260 sin marca por un valor de $1.800.000. Como cualquier proveedor, entendí que una vez llegada la orden de compra desde Azvi, se aceptó la condición genérica de las rótulas ofrecidas y por lo mismo procedía importarlas”. Posteriormente fue sobreseído.Su abogada, Marisa Navarrete, asegura que “Azvi quiso involucrar al proveedor de rótulas, que era mi cliente, aduciendo que este la había engañado, le había proporcionado rótulas falsas. Lo que no correspondía a la verdad, toda vez que fue la propia empresa la que solicitó rótulas genéricas sin marca, de un precio bastante inferior a las que pudieron haber correspondido si se hubiese comprado una rótula de marca”.La defensa de Bidart estima que está pendiente determinar si se informó un precio mayor al MOP.
Un “chivo expiatorio”, según defensa
El ingeniero comercial y exfuncionario del MOP, Walter Wilson, espera el cierre de la investigación. Tiene calidad de imputado y afirma que sufrió graves perjuicios en este caso, ya que fue separado de sus funciones como inspector técnico a cargo de la construcción del basculante cuando se reveló la falla de uno de los brazos.Mario Vargas, su abogado, dice: “Fue un chivo expiatorio de la negligencia e irresponsabilidad del ministerio. Él era el único que realizó las prevenciones de los errores de diseño del puente, fue quien informó que los problemas eran de diseño y no de construcción”.Agrega que Wilson advirtió que el Cau Cau estaba bien construido y podía funcionar, y que su rol “fue fundamental para impedir que el puente se demoliera”. Y, subraya, ello tenía un “costo solo de demolición sobre los $5.000 millones y un nuevo puente un costo de construcción sobre los $30.000 millones, todos dineros fiscales, considerando que el puente podía funcionar con unas pequeñas correcciones y, lo más importante, es que hoy funciona correctamente en Valdivia”.
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