• ¿Quieres apoyar a nuestro foro haciendo una donación?, entra aquí.

Holodomor: el genocidio por hambre cometido por la URSS contra los ucranianos, entre 1932 y 1933.

Sky Link

Vac@
Registrado
2005/12/14
Mensajes
3.238
Sexo
Macho
El cuarto sábado de noviembre se conmemora este genocidio cometido contra la nación ucraniana, por parte del comunismo soviético.
El siguiente artículo del argentino Denes Martos relata esos hechos:
Noviembre 2013

HOLODOMOR

"Ejecutar y confiscar toda propiedad
o bien, dadas circunstancias atenuantes,
confinar a prisión por no menos de 10 años
luego de la confiscación de toda propiedad
a quien se apodere indebidamente de la propiedad
de granjas colectivas o cooperativas…
Las personas condenadas no tienen derecho a amnistía
."

Resolución del Comité Central del Partido Comunista y
del Consejo de Comisarios del Pueblo de la Unión Soviética.
7 de Agosto de 1932

¿Alguno de ustedes oyó alguna vez el término "Holodomor? ¿Saben qué significa?
La expresión es ucraniana y consiste, en realidad, del acople de dos palabras: "holod" que significa "hambre", y "moryty" que significa "causar sufrimiento, matar". "Holodomor" significa, pues, "muerte por hambre". Pero aclaremos una cosa: no se refiere a una muerte por inanición causada por circunstancias catastróficas que se hallan fuera del control del ser humano como podría haber sido antaño una sequía muy prolongada o una plaga imposible de controlar. Se refiere a la deliberada, resuelta y decretada decisión de matar a alguien por hambre. Y no se refiere a una historia de ficción ni a un drama literario nacido de la frondosa fantasía de algún autor de novelas. Se refiere a un hecho histórico concreto; a algo que realmente ocurrió en la Rusia soviética y especialmente en Ucrania durante los años 1932/1933.

Para entenderlo en toda su magnitud tenemos que hacer un podo de Historia.

********

Winston Churchill a Stalin:
— Las tensiones de la guerra,
para Usted personalmente, ¿fueron tan malas
como el llevar a cabo la política de las granjas colectivas?
Stalin:
— ¡Oh no! Lo de las granjas colectivas
fue una lucha terrible… ¡Diez millones!
(dijo, mostrando los dedos de ambas manos).
Fue pavoroso.
Duró cuatro años.
Fue absolutamente necesario…
Winston Churchill,
Memoirs of the Second World War
.
Boston: Houghton Mifflin Co., 1959 pág. 633


Rusos y ucranianos han tenido durante muchos años una relación bastante tormentosa. La siguen teniendo hoy mismo con una parte importante de su población que quisiera ser independiente del coloso ruso mientras la otra parte, igualmente importante, se considera parte de él.

Cuando la Revolución Bolchevique de Lenin triunfa en Rusia, en 1917, Ucrania no se integra ni alegre ni automáticamente al nuevo imperio comunista ruso. Ya en 1921/1923 el nuevo régimen experimenta con el arma del hambre cuando aprovecha una gran sequía para aplastar la resistencia ucraniana. Ocho años después de la muerte de Lenin ocurrida en 1924, Stalin decide quebrar definitivamente esa resistencia que había comenzado a generar un renacimiento del nacionalismo ucraniano y fomentaba las aspiraciones a lograr un Estado independiente. Stalin, un "especialista" en cuestiones de nacionalidades siempre opinó que la "cuestión ucraniana" era, en esencia, una cuestión campesina y que el campesinado constituía la principal fuerza del movimiento nacional ucraniano.

Por otra parte, el gobierno soviético se encontró con serias dificultades provenientes del sector agrario no solo en Ucrania sino prácticamente en toda Rusia. En 1928 la agricultura soviética tuvo un déficit de unas 2 millones de toneladas de grano. El gobierno adujo que el grano estaba siendo acaparado y ordenó la requisa de 2.5 millones de toneladas. El resultado fue que la requisa desanimó a los productores y se produjo incluso menos grano que antes. La respuesta del gobierno vino al año siguiente, en Noviembre de 1929, cuando el Comité Central del Partido Comunista decidió la colectivización forzosa de la producción agraria. Obviamente la medida produjo grandes resistencias en todas partes y, no en menor medida, en la zona de Ucrania. Los campesinos, obligados a incorporarse a las granjas colectivas y a entregar su producción al Estado – a precios establecidos por el Estado y según cuotas de producción también dictadas por las autoridades – intentaron resistirse guardando para sí al menos lo indispensable para su subsistencia.

Así las cosas, el 7 de Agosto de 1932 el gobierno soviético con la firma de Stalin promulgó una ley que autorizaba a ejecutar lisa y llanamente a quienes se "apropiaran indebidamente" de lo que ahora ya era "propiedad estatal" o bien, y en el mejor de los casos, a condenar a 10 años de prisión (mínimo) a los infractores si se daban "causas atenuantes". La ley tuvo como consecuencia una ola de arrestos y ejecuciones masivas. Se condenaron incluso a niños sorprendidos en el momento de tomar un puñado de granos de las tierras que solo hacía poco habían pertenecido a sus padres. Además, la imposición de las llamadas "multas en especie" sobre campesinos individuales y aldeas enteras que no habían cumplido con las exageradas cuotas de producción impuestas por el Estado le permitió al gobierno soviético confiscar – además del grano – todo otro alimento existente. Y por si esto fuera poco, en el mismo mes de Agosto de 1932 se prohibió el comercio minorista con lo que los campesinos quedaron imposibilitados hasta de comprar pan.

Durante el otoño de 1932 se confeccionaron listas adicionales que prohibieron la venta de productos tales como querosén, fósforos y otros productos de primera necesidad en concepto de castigo a granjas colectivas y a individuos que se hallaban atrasados en la entrega de las cuotas de producción exigidas.

Y después de haber confiscado todo el alimento existente, incluyendo el ganado, las regiones "incumplidoras" fueron prácticamente selladas por las tropas del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, o NKVD. En Enero de 1933 las fronteras de la Ucrania soviética y la región del Kuban fueron cerradas por el NKVD y por destacamentos armados para evitar que los pobladores de la región afectada por la hambruna se desplazaran a otras zonas de la Unión Soviética en busca de comida. Durante las seis semanas posteriores a la resolución que prohibía a los ucranianos cruzar sus fronteras, cerca de 220.000 personas fueron arrestadas por tratar de violar la prohibición. Unas 186.000 de ellas fueron obligadas a regresar a sus lugares de origen y enfrentar la hambruna. Más aún: se prohibió la venta de pasajes ferroviarios o fluviales a los campesinos y, por si esto fuera poco, se prohibió que se trasladaran a las ciudades ya que en ellas eventualmente hubieran podido hallar, quizás, algo para comer.

El resultado final de todo ello fue el Holodomor.

Millones de personas muertas.

De hambre.

¿Cuántos millones? Como de costumbre, a la hora de contar cadáveres las cifras varían dependiendo de quién hace el conteo. Desde un millón y medio contados por quienes tratan de minimizar el hecho, hasta dieciocho millones contados por los que pueden tener algún interés en exagerarlo. La cifra de los historiadores más serios y mejor documentados oscila entre 7 y 10 millones. La de 10 millones es la cifra que Stalin le confesó a Churchill en una conversación privada. Quizás "redondeó para arriba" sin darle mucha importancia a la exactitud. Pero, como siempre sucede, los números – aunque expresan un orden de magnitud, lo que no es poco – no constituyen lo verdaderamente trascendente.

Porque lo que realmente importa es el motivo.

********

La comida es un arma.
Maxim Litvinov (1876-1951)
Comisario soviético de Relaciones Exteriores


Por de pronto, hay que descartar la mala cosecha o la sequía como quisieran insinuar algunos que tratan de barrer el Holodomor bajo la alfombra. La cosecha de 1932 fue suficiente. Tan suficiente que el gobierno soviético exportó 1.6 millones de toneladas de grano en 1932 y 2.1 millones de toneladas en 1933. Eso sin considerar que las destilerías soviéticas estaban produciendo a pleno procesando toneladas adicionales del valioso grano para convertirlo en alcohol también destinado a la exportación. Los ucranianos se quedaron sin comida, pero el mundo no se quedó sin vodka.

Además, es sintomático que el gobierno soviético se negara a reconocer siquiera la existencia de la hambruna rechazando airadamente como propaganda antisoviética la asistencia ofrecida por varios países y por organizaciones humanitarias internacionales. Cuando el censo realizado en 1937 reveló una brusca disminución de la población ucraniana a raíz del Holodomor, los que habían realizado el censo terminaron siendo fusilados y los resultados del censo simplemente se suprimieron. Durante décadas enteras, para la historia oficial el Holodomor simplemente no existió.

Los actuales historiadores ucranianos en general señalan que el objetivo de la hambruna artificialmente creada fue el de destruir la idea nacional en Ucrania exterminando las élites nacionales por un lado y su base social por el otro para luego convertir a los campesinos sobrevivientes en obedientes "proletarios rurales" de un agro monopolizado por el Estado ruso. Mucho de cierto seguramente hay en ello; no en vano entre 1917 y 1923 Stalin operó como Comisario del Pueblo para Cuestiones de Nacionalidades y, desde su posición de georgiano, sus simpatías por Ucrania no fueron nunca demasiado fuertes. Por decirlo lo más suavemente posible.

También es verdad que, luego de la muerte de millones de ucranianos, buena parte de las vastas zonas asoladas del país fueron repobladas con pobladores rusos. Un desplazamiento demográfico artificial cuyas consecuencias conflictivas se sienten hasta el día de hoy. Y también es verdad que gran parte de los funcionarios comunistas que dirigieron y ejecutaron la masacre fueron designados y enviados por Moscú a Ucrania. Empezando por Lazar Kaganovich — uno de los principales ejecutores y asociados de Stalin — y siguiendo por figuras realmente siniestras como Pavel Postyshev ("el verdugo de Ucrania"), Stanislav Redens, Vsevolod Balytsky, Viacheslav Molotov, Stanislav Kosior o Mendel Khataievich, difícilmente alguno de ellos pueda ser correctamente descripto como ucraniano.

Pero, más allá de la cuestión etnocultural, es innegable que también jugaron otros factores. En realidad, los ucranianos fueron víctimas de un criterio sociopolítico que trascendía la cuestión de la nacionalidad. Y la prueba de ello es que, si bien fueron los más severamente afectados, no fueron los únicos ya que en otras regiones de la Unión Soviética sucedieron hechos idénticos.

La "Gloriosa Revolución" del proletariado había tenido lugar en una Rusia mayoritariamente agraria en la que el proletariado industrial propiamente dicho constituía una manifiesta minoría. Consecuentemente, una vez consolidada en el poder y siguiendo lo más estrictamente posible sus postulados doctrinarios marxistas, la cúpula soviética se propuso industrializar Rusia a marchas forzadas. Pero para generar industrias y proletarios industriales se necesitaba dinero. Y, para obtener dinero, se necesitaba – entre otras cosas – exportar. Y una de las pocas cosas que la Rusia soviética se hallaba en condiciones de exportar era precisamente su producción agraria. Por lo que esa producción agraria tenía que aumentar; tenía que volverse más eficiente con la mecanización del agro y con la instauración de grandes unidades productivas que pudiesen ser explotadas científicamente. Aunque si consideramos los desvaríos de un sujeto como Trofim Lysenko el nivel científico resultó ser durante mucho tiempo por demás cuestionable, la respuesta del Estado soviético consistió básicamente en la colectivización forzada de la propiedad agraria.

Lo irónico del caso es que el proyecto tropezó con una piedra que los mismos comunistas habían plantado. Al principio de la revolución las propiedades de los grandes terratenientes fueron confiscadas y, en su mayor parte, distribuidas entre los campesinos. Con ello se generó una amplia masa de campesinos, propietarios de pequeñas y medianas extensiones de tierra, que sumada al pequeño y mediano campesinado preexistente terminó siendo el obstáculo más serio a la colectivización. Ahora que los grandes latifundios habían sido fraccionados, los planificadores comunistas de pronto se dieron cuenta de que, con pequeñas unidades de 5 a 10 hectáreas, la producción no resultaba eficiente. Pero tampoco al pequeño o mediano campesino le entusiasmaba precisamente la idea de ceder su tierra a la granja colectiva y su producción al Estado.

El gobierno soviético, al percibir la resistencia, comenzó por equiparar el concepto de “campesino rico” al de “capitalista”. Nació así el concepto de “kulak”, empleado al principio para designar a los propietarios medianos con cierto patrimonio pero luego generalizado y aplicado como estigma despectivo y finalmente criminal a todo aquél que se opusiera a la colectivización. Con ello estuvieron dadas las condiciones para catalogar al campesinado como “clase explotadora” y, por consiguiente, llevar la lucha de clases al campo. En suma: el Estado creó una clase social por decreto para aplicarle luego la lógica – y los procedimientos – de la lucha de clases según la teoría marxista.

Y, tal como lo requería el dogma vigente, ese mismo Estado tomó la deliberada, resuelta y firme decisión de exterminar esa “clase explotadora enemiga de la revolución y del pueblo” que le impedía la proletarización del agro.

Y lo consiguió.

Matándola de hambre.

********

Para deshacernos de nuestros enemigos
debemos tener nuestro propio terror socialista.
Debemos atraer a nuestro lado, digamos,
a 90 de los 100 millones de habitantes de la Rusia soviética.
En cuanto a los otros, no tenemos nada que decirles.
Deben ser aniquilados.

Grigori Zinoviev (1883-1936)
Severnaya Kommuna, N° 109.
19 de septiembre de 1918, pág. 2
Desde el año 2006, en Ucrania el Holodomor se conmemora cada cuarto sábado de Noviembre. El 28 de Noviembre de 2006 el parlamento ucraniano sancionó una ley declarando a la matanza como genocidio. El 13 de Enero de 2010 la Corte de Apelaciones ucraniana sentenció que los dirigentes del gobierno soviético habían sido los culpables de ese genocidio.

Sin embargo, ninguno de los promotores y ejecutores fue juzgado y condenado en vida por el hecho. Lazar Kaganovich, uno de los más notorios culpables de la masacre, casi sobrevivió al propio comunismo soviético. Falleció en 1991, a los 97 años de edad. En su casa. En la cama.

Si bien una docena de países también han reconocido al Holodomor como genocidio (entre ellos Argentina), el Parlamento Europeo, las Naciones Unidas y otros organismos internacionales no lo reconocen como tal y lo mencionan solo como “tragedia” o a lo sumo como “crimen de lesa humanidad”.

Quizás sea superfluo señalarlo, pero tampoco los sobrevivientes del Holodomor – hayan sido ucranianos o no – recibieron indemnizaciones o compensación alguna por los sufrimientos padecidos.

Uno no puede menos que preguntarse ¿por qué?

¿Por qué algunas masacres se publicitan cultivando una memoria casi neurótica mientras otras se admiten con un encogimiento de hombros y, a lo sumo, con un “¡qué barbaridad!” resignado?

Alguien alguna vez me tendrá que explicar por qué algunos consideran que una persona muerta por pertenecer a una etnia o nacionalidad es supuestamente más digna de ser recordada que la que fue asesinada por pertenecer a una clase social.



Denes Martos
26/Noviembre/2013

Fuente: http://www.denesmartos.com.ar/01_Articulos/100_Holodomor.html
 
y pensar que alabando a esos mounstros tenemos los rojelios piñuflas d eeste lado del globo que les importa un mendigo la realidad con tal de seguir idealizando su revolucion
 
Ta bueno el tema, los rusos desde la época de Ivan el terrible han tenido gobernadores muy malos (Ivan mando a eliminar 60.000 mujeres, hombres y niños, de una ciudad porque le llegó el rumor de una rebelión), ahora busca cual ha sido el país más bombardeado en la historia de la humanidad.
 
Terrible, los rusos, los japonenes y los chinos son malos gobernantes, por eso es que terminan siempre para atras.
 
stalin ! . Hasta gorvachov reconocio sus crimenes. Pero hay otro crimen silencioso que desangra a rusia., y recien putin le asoma para terminarlo algun dia.

En todo caso los ucrania harto le dieron paliza. Creo que incluso cuando llegaron los nazis los vieron como benefactores ante la masacre ocurrida una decada atras de su llegada.

En cuando a chernobil, la historia es oscura si se quiere hacerla consparanoica. Ofiacialmente un error.
 
Y pensar que acá los rojitos idolatran a esos genocidas.

¿Hay alguna lista para comparar quienes fueron mas genocidas en el siglo XX?
 
Y pensar que acá los rojitos idolatran a esos genocidas.

¿Hay alguna lista para comparar quienes fueron mas genocidas en el siglo XX?


No comprendo el sentido que pueda tener la historia comparándola en cifras de muertos.
La historia no es un partido de fútbol. La historia se hace útil cuándo nos permite ver paralelos entre los sucesos históricos, cuando nos invita a comprender que las muertes y masacres en masas, muchas veces van de la mano de interesés económicos disfrazados de ideologías políticas. El mundo de que es mundo ha permanecido en una constante lucha
de poder entre pueblos, imperios y naciones expansionistas. Sólo hay que observar, ser crítico
y darse cuenta que dividir el mundo entre buenos y malos es una forma muy simplista de entender los acontecimientos.
 
EL MITO DEL HOLODOMOR


Sebastopol, ciudad de Ucrania, acoge estos días una exposición que intenta demostrar la veracidad del Holodomor, palabra que utilizan los anticomunistas ucranianos para referirse a una hambre masiva presuntamente organizada por los bolcheviques, concretamente por el mismo hermano de Lúcifer, por la bestia comeniños, por el monstruo chupasangre, por el hermano chungo de Jason, por el tipo que deja al fulano de la sierra eléctrica de la Matanza de Texas como un imbécil Hare Krishna. Sí, por Stalin.

Cierto que hubo hambre en Ucrania. Así es. Pero no es menos cierto que también hubo hambre en Kazakstán y en el sur de Rusia. Aún que la investigación histórica (científica) está dando los primeros pasos, eso sí, dejando ya en evidencia las propagandísticas interpretaciones de “historiadores” preocupados por enseñarnos la maldad del sistema socialista al tiempo que esconden la colaboración de sus héroes con los nazis, todo hace indicar que las causas del hambre, reiteramos que no solo en Ucrania, hay que buscarlas, especialmente, en una combinación entre: una terrible sequía que duró de 1930 a 1932, el abierto enfrentamiento de los bolcheviques contra los filonazis ucranianos y los kulaks (con sus continuas sabotajes), una epidemia de tifos que barrió toda la región, y por último, los comprensibles errores del sistema soviético (desorganización, falta de experiencia, radicalismo ultraizquierdista de algunas capas, etc.) Los nazis fueron los primeros en promover la visión dominante en Occidente sobre el Holodomor, y sus aliados ucranianos se apresuraron de coger el relevo. Después, como todas las mentiras sobre la historia de la Unión Soviética, fue utilizada por los imperialistas occidentales, quien, como no?, iban contar con la oportuna ayuda de innumerables organizaciones pequeñoburguesas, especialmente trotskistas, para hacernos olvidar la origen verdadera de una pésima película de la que se estrena estos días la enésima secuela.

Ahora es el Presidente ucraniano ese gran enamorado de la OTAN, Viktor Yushchenko, quien abandera una campaña nacional para dar a conocer la “auténtica” historia de Ucrania y para que se reconozca como crimen contra la humanidad el supuesto holocausto ucraniano. Incluso gastó una buena parte de sus presupuestos estatales para llenar el país con monumentos de recuerdo al Holodomor, lo que dio pie a Leonid Grach, diputado opositor, a comentar que Yushchenko era culpable de la única hambre provocada en Ucrania, la que se estaba a vivir ahora: «Gastó millones en esto. Justo cuando nuestros médicos, profesores y obreros están luchando por ganarse la vida. Es Yushchenko quien está a orquestar una moderna hambre en Ucrania». Mientras institucionaliza al nazi Bandera como héroe de Ucrania, hace propaganda del Holodomor por todas las esquinas del país. Yushchenko asistió a la exposición organizada en Sebastopol y comentó por el detalle las supuestas imagenes del holocausto perpetrado por los rojos.

El escándalo es monumental. Historiadores y políticos de la oposición se escandalizaron al comprobar que eran las mismas fotografías de siempre, las mismas imágenes falsas que no correspondían a la Ucrania de los años 30. Son las mismas imágenes con las que el multimillonario empresario de los medios de comunicación, el norteamericano Hearst, inundó las portadas de sus periódicos a finales de los años treinta. Las mismas que podemos ver en la embajada ucraniana en Norteamérica. Las mismas que se ven en todas las exposiciones que hay para reescribir la historia, como sucedió no hace mucho en el Parlamento Europeo. Las mismas que decoran los portales electrónicos de muchas organizaciones anticomunistas ucranianas que luchan por transcribir la historia según sus intereses. La mismas, también, que sirvieron de material “científico” a grupos izquierdistas anticomunistas para utilizar como contrafuerte de su discurso antisoviético. En fin, un ingrediente más de la masa que la hormigonera capitalista elabora para solidificar un paradigma totalitario que mantiene enlamados en una pila de tópicos a buena parte de la izquierda mundial.

Y por qué esta manía por utilizar las mismas imágenes falsas de siempre? Para que correr el riesgo de, como ahora, quedar en ridículo? Se puede comprender en la Norteamérica de los años 30. Como se iba a conocer la verdad? Tampoco causa sorpresa que las utilicen en sus estrambóticas publicaciones los modestos grupúsculos derechosos ucranianos. Lo que ya nos debe encaminar a la auténtica razón es que sean los propios dirigentes de Ucrania, sus brazos institucionales, quien echen mano, una vez más, de las sempiternas imágenes. La razón es bien sencilla: no hay otras fotografías.

Cuando en enero de este año el presidente Yushchenko empezó su cruzada por su particular verdad histórica, instó al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a desclasificar todos los documentos relacionados con su supuesta represión soviética. Como no aparecía más nada, el SBU montó en cólera contra los pobres archiveros, acusándolos de no hacer bien su labor. Lo cierto es que los archivos hacía ya bastante tiempo que estaban todos desclasificados. Lo cuenta la responsable de la Comisión Estatal de los Archivos de Ucrania entre septiembre de 2006 y abril de 2008, Olga Ginzburg: «Ya desclasificamos todos los documentos hace mucho tempo. Se estudiaron durante años». Vadim Kolesnichenko, del Partido de las Regiones, lo aclara con sencillez: «No hay documentos que demuestren que existiera algo parecido a un genocidio del Kremlin contra los ucranianos. Simplemente porque no hubo genocidio. Lo que hay es un deseo por retratar a Rusia como enemiga de Ucrania. La historia es para los científicos, y cuando son los servicios especiales los que quieren estudiar la historia la cosa siempre acaba mal.»

Pasamos ya a las imágenes falsificadas. Hay muchas más de las que ponemos aquí. Aún que para comprobar el grado de degeneración de los actuales gobernantes de Ucrania, basta con las seleccionadas. Las imágenes de la exposición, que quieren hacernos creer que retratan la Ucrania de 1936, corresponden en su inmensa mayoría a la realidad de otros países. Especialmente son imágenes de la Gran Depresión norteamericana de principios de los años treinta del siglo pasado y del período de hambre que padeció la región del Volga entre 1921 e 1923 después de la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil que enfrontó a los bolcheviques con los imperialistas y los guardias blancos.

IMÁGENES

1.jpg


Fíjense en las imágenes señaladas en este panel de la exposición de Sebastopol

2.jpg


Fotografía de Ben Shahn: “Bendito País”. Data de octubre de 1935. Se trata de una familia en un asentamiento de Arkansas.

3.jpg


Fotografía de Dorothea Lange. Retrata una familia que vive en lamiseria en Oklahoma County. Es de agosto de 1936.

4.jpg


Otra fotografía de Dorothea Lange. Vemos a dos niños que, en noviembre de 1936, viven en un campo de refugiados en California por causa de la sequía que asolaba Oklahoma.

5.jpg


Fridtjof Nansen, diplomático y científico noruegués, en su condición de Alto Comisionado de la Sociedad de Naciones, viajó a Rusia durante la hambre de 1921. La imagen, en que Nansen aparece el primero por la izquierda, está tomada en la ciudad rusa de Sarátov, en la bacía do río Volga.

6.jpg


Otro expositor en Sebastopol

7.jpg


En una ampliación de la imagen se puede leer que la fotografía está tomada en Járkov, segunda ciudad ucraniana en número de habitantes, en 1933.

8.jpg


La imagen realmente corresponde al cementerio de Buzuluk en diciembre de 1921.

9.jpg


Fijémonos aquí en la fotografía de la esquina superior derecha

10.jpg


También estamos aquí ante una imagen tomada en la expedición que Nansen realizó a la región del Volga a principios de los años 20.

11.jpg


El presidente ucraniano, Viktor Yushchenko, junto a otros compungidos visitantes

12.jpg


La imagen señalada ya fue utilizada por el gobierno ucraniano a finales de marzo de 2007, dentro de la campaña por lo reconocimiento del genocidio, (que como explica la imagen fue causado en 1933 por el NKVD!)

13.jpg


La fotografía original es de 1922 y fue utilizada en la “Exposición de Ayuda Humanitaria Americana a la Rusia Soviética durante la Hambre de 1921-1923”. Actualmente está en Ginebra, en el archivo de la Ayuda Internacional a los Niños.

14.jpg


Las palabras del panel escritas en amarillo dicen: “Decir la Verdad. Desvelar la Memoria”

15.jpg


Imagen tomada en noviembre de 1921 en la ciudad de Sarátov. La imagen se encuentarn en los archivos de Nansen.



Fuentes:

Rewriting Ukrainian history: truth or Falsification?, Russia Today, 3 de abril de 2009.
Erroneous famine photos spark foul cries, Russia Today, 10 de marzo de 2009.
Otra mirada sobre Stalin, Ludo Martens.

La mayoría de las imágenes fueron extraídas de distintos portales de Ucrania y Rusia, como pueden ser la página 2000 o The New Russian Forum. Las imágenes correspondientes a la Gran Depresión norteamericana se pueden ver en el portal Shorpy.
 
No comprendo el sentido que pueda tener la historia comparándola en cifras de muertos.
La historia no es un partido de fútbol. La historia se hace útil cuándo nos permite ver paralelos entre los sucesos históricos, cuando nos invita a comprender que las muertes y masacres en masas, muchas veces van de la mano de interesés económicos disfrazados de ideologías políticas. El mundo de que es mundo ha permanecido en una constante lucha
de poder entre pueblos, imperios y naciones expansionistas. Sólo hay que observar, ser crítico
y darse cuenta que dividir el mundo entre buenos y malos es una forma muy simplista de entender los acontecimientos.


excelente opinión !!!!. :ohmy-96:

Solo para seguir con el tema : La situación de la Masacre de los Armenios :

http://www.genocidioarmenio.org/preguntas-frecuentes/
 
Volver
Arriba