R0N1
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La tiendita de R0N1 presenta la efeméride del día:
Batalla de Tucapel: El auge de Lautaro (Leftraru) y la debacle de Pedro de Valdivia
Porque la conmemoración del día 25 de diciembre resulta polisémica según el prisma del observador, resulta necesario relevar parte de la historia mapuche en un día tan significativo en los acontecimientos que narran encuentros y desencuentros entre mapuche y españoles.
Entre el 24 y 25 de diciembre del año 1953 tiene lugar una de las victorias militares más resonadas de la que el mapuche tenga memoria y, al mismo tiempo, debe su relevancia al rival que Lautaro tuvo en la vereda contraria: Pedro de Valdivia, el "Conquistador".
Hacia finales del año 1550 Lautaro había abandonado su vida como sirviente de los españoles y caballerizo de Pedro de Valdivia y, en Tucapel, lideraría a los weichafes y conas en la reyerta. Así se daba inicio al primer gran levantamiento mapuche en la denominada "Guerra de Arauco".
Previo parlamento, Lautaro es nombrado Toqui general bajo el alero de Colocolo y demás longkos presentes. Y respaldado por un séquito de miles de guerreros se apodera del fuerte Tucapel.
Su fama de gran estratega militar se acrecienta en este lugar. Lautaro esperaba una rápida respuesta por parte del ejército español con la intención de recuperar el control del fuerte, y así ocurrió.
Quien se dirigía personalmente al lugar acompañado de casi medio centenar de jinetes y otros soldados era el mismísimo gobernador español Pedro de Valdivia, quien montado en cólera inició feroz cabalgata juramentada en acabar con el caudillo mapuche y recuperar el asentamiento militar español. Por su parte, Lautaro, contrariamente a lo que otro estratega hubiese hecho en el campo de batalla, desiste de la idea de imponerse por cantidad y opta por realizar oleadas de ataques en grupos de menor número. Con ello, el desgaste de las huestes mapuche era mínimo y se reducían enormemente el número de bajas, mientras que el enemigo español se debilitaba rápidamente al no tener un plan de respuesta a la estrategia implementada por el legendario Lautaro.
De manera aplastante, Lautaro triunfa sobre el ejército español cobrando la vida de todos sus militares y captura como prisionero a Pedro de Valdivia, quien posteriormente sería torturado y ejecutado por decisión de los lideres mapuche, con Lautaro y el bravío Caupolican presentes.
El éxito de esta acción, sumada a la pericia evidenciada por Lautaro a la hora de elegir el terreno de batalla y las tácticas utilizadas le granjearon el reconocimiento y apoyo militar de sus pares en sus futuras campañas militares.
Así se da inicio a una de las leyendas más grandes en la historia militar mapuche quedando grabado como uno de los estrategas militares más influyentes de la historia, referenciado alrededor del orbe.
Texto de Diego de Rosales:
De Rosales, D. (1878). Historia general de el reyno de Chile, Flandes indiano (Vol. 3). Impr. del Mercurio.
Batalla de Tucapel: El auge de Lautaro (Leftraru) y la debacle de Pedro de Valdivia
Porque la conmemoración del día 25 de diciembre resulta polisémica según el prisma del observador, resulta necesario relevar parte de la historia mapuche en un día tan significativo en los acontecimientos que narran encuentros y desencuentros entre mapuche y españoles.
Entre el 24 y 25 de diciembre del año 1953 tiene lugar una de las victorias militares más resonadas de la que el mapuche tenga memoria y, al mismo tiempo, debe su relevancia al rival que Lautaro tuvo en la vereda contraria: Pedro de Valdivia, el "Conquistador".
Hacia finales del año 1550 Lautaro había abandonado su vida como sirviente de los españoles y caballerizo de Pedro de Valdivia y, en Tucapel, lideraría a los weichafes y conas en la reyerta. Así se daba inicio al primer gran levantamiento mapuche en la denominada "Guerra de Arauco".
Previo parlamento, Lautaro es nombrado Toqui general bajo el alero de Colocolo y demás longkos presentes. Y respaldado por un séquito de miles de guerreros se apodera del fuerte Tucapel.
Su fama de gran estratega militar se acrecienta en este lugar. Lautaro esperaba una rápida respuesta por parte del ejército español con la intención de recuperar el control del fuerte, y así ocurrió.
Quien se dirigía personalmente al lugar acompañado de casi medio centenar de jinetes y otros soldados era el mismísimo gobernador español Pedro de Valdivia, quien montado en cólera inició feroz cabalgata juramentada en acabar con el caudillo mapuche y recuperar el asentamiento militar español. Por su parte, Lautaro, contrariamente a lo que otro estratega hubiese hecho en el campo de batalla, desiste de la idea de imponerse por cantidad y opta por realizar oleadas de ataques en grupos de menor número. Con ello, el desgaste de las huestes mapuche era mínimo y se reducían enormemente el número de bajas, mientras que el enemigo español se debilitaba rápidamente al no tener un plan de respuesta a la estrategia implementada por el legendario Lautaro.
De manera aplastante, Lautaro triunfa sobre el ejército español cobrando la vida de todos sus militares y captura como prisionero a Pedro de Valdivia, quien posteriormente sería torturado y ejecutado por decisión de los lideres mapuche, con Lautaro y el bravío Caupolican presentes.
Lautaro le puso la lanza en los pechos, perdido ya el respeto a su amo, y le dixo: Huye Valdivia, si no quieres pagar a mis manos los azotes, que en tu casa me dieron.
(De Rosales, 1878: 435).
El éxito de esta acción, sumada a la pericia evidenciada por Lautaro a la hora de elegir el terreno de batalla y las tácticas utilizadas le granjearon el reconocimiento y apoyo militar de sus pares en sus futuras campañas militares.
Así se da inicio a una de las leyendas más grandes en la historia militar mapuche quedando grabado como uno de los estrategas militares más influyentes de la historia, referenciado alrededor del orbe.
Texto de Diego de Rosales:
De Rosales, D. (1878). Historia general de el reyno de Chile, Flandes indiano (Vol. 3). Impr. del Mercurio.
EDUCACIÓN DEL CACIQUE
Por Pablo Neruda
LAUTARO era una flecha delgada.
Elástico y azul fue nuestro padre.
Fue su primera edad sólo silencio.
Su adolescencia fue dominio.
Su juventud fue un viento dirigido.
Se preparó como una larga lanza.
Acostumbró los pies en las cascadas.
Educó la cabeza en las espinas.
Ejecutó las pruebas del guanaco.
Vivió en las madrigueras de la nieve.
Acechó la comida de las águilas.
Arañó los secretos del peñasco.
Entretuvo los pétalos del fuego.
Se amamantó de primavera fría.
Se quemó en las gargantas infernales.
Fue cazador entre las aves crueles.
Se tiñeron sus manos de victorias.
Leyó las agresiones de la noche.
Sostuvo los derrumbes del azufre.
Se hizo velocidad, luz repentina.
Tomó las lentitudes del otoño.
Trabajó en las guaridas invisibles.
Durmió en las sábanas del ventisquero.
Igualó la conducta de las flechas.
Bebió la sangre agreste en los caminos.
Arrebató el tesoro de las olas.
Se hizo amenaza como un dios sombrío.
Comió en cada cocina de su pueblo.
Aprendió el alfabeto del relámpago.
Olfateó las cenizas esparcidas.
Envolvió el corazón con pieles negras.
Descifró el espiral hilo del humo.
Se construyó de fibras taciturnas.
Se aceitó como el alma de la oliva.
Se hizo cristal de transparencia dura.
Estudió para viento huracanado.
Se combatió hasta apagar la sangre.
Sólo entonces fue digno de su pueblo.
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