Christoph Waltz, el último diamante descubierto por Tarantino
Cuando el actor austríaco Christoph Waltz leyó el guión de "Inglourious Basterds", de Tarantino, encontró en el coronel Hans Landa "el mejor personaje jamás escrito en toda la historia del cine". El jurado de Cannes lo alzó hoy a él, por su parte, como el mejor actor del festival.
Tarantino estaba a punto de tirar la toalla. No encontraba un actor a la altura del hilarante personaje que había creado: un nazi cazador de judíos que, a pesar de despreciar todo lo que no sea ario, habla cuatro idiomas.
Entonces, conoció a
Christoph Waltz, un actor vienés con amplia carrera en cine y televisión, y un hombre capaz de eclipsar a
Brad Pitt,
Eli Roth,
Daniel Brühl y
Michael Fassbender, sus compañeros de reparto en "Inglourious Basterds".
"No había que entender mucho de cine para saber que ese papel era fantástico. Yo diría que incluso el mejor de la historia de la literatura desde sus inicios", asegura
Waltz, como contagiado por el espíritu magnificador de
Tarantino, en una entrevista con los medios internacionales, entre ellos Efe.
Tarantino le envió el guión entero de la película,
"algo por desgracia poco habitual", según
Waltz. Y así se perfiló el personaje que es carne de leyenda para toda la tropa de fanáticos del director de "Pulp Fiction" (1994).
"No he interpretado a un villano, porque creo que si actúas pensando que eres el malo de la película sólo provocas risas. No hay que generalizar, sino mirar todos los detalles, y así es como construyes a la persona, no al personaje".
"La gente ya se da cuenta de que es un nazi por su uniforme, por la esvástica y por sus botas. Yo me dediqué a todo lo demás", aclara. Y disfruta viendo la empatía que genera su personaje. "
¿Te parece mal que le tiente traicionar a los suyos?", provoca.
Hans Landa acapara en "Inglourious Basterds" los mejores diálogos de la película y protagoniza la escena inicial, considerada por
Tarantino como la mejor secuencia de toda su carrera y en la que el personaje que interpreta
Waltz hace una metáfora sobre su sentimiento hacia los judíos basándose en ratas y ardillas.
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"Inglourious Basterds" es la última excentricidad de
Tarantino -
"un director que controla absolutamente todo lo que hace", dice-, que esta vez opta por hacer una película bélica ambientada en la Francia invadida por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero reescribiendo a su gusto la Historia.
"Eso es lo que más me gustaba de la película: no es irresponsable con la historia, no intenta corregir la historia, sino que toma una alternativa narrativa radical", asegura este actor, que estudió interpretación en el Max-Reinhardt-Seminar de Viena y en el Instituto Lee Strasberg de Nueva York.
Sobre la potencial polémica de la película -que retrata a un batallón de judíos estadounidenses dispuestos a matar a todos los nazis que se crucen en su camino-,
Waltz explica:
"No creo que en Alemania siente mal la película, pero todos los demás países están como muy nerviosos al respecto".
Él, en cambio, está muy tranquilo, teniendo en cuenta que comulgó desde el principio con la irreverente propuesta, además de ver una oportunidad única en su carrera, que es
"lo suficientemente larga para incluir unos cuantos fracasos", bromea.
Sus diálogos en alemán fueron traducidos por el realizador alemán Tom Tykwer, autor de "Corre, Lola, Corre" (1998), aunque él habla con soltura inglés, francés e italiano.
"A veces fue difícil trabajar en todos los idiomas. Pero lo grande del cine es eso. Que puedes hacer todo otra vez", concluye.
El actor Christoph Waltz, posa para los medios tras recibir el premio al mejor actor en la 62 Edición del Festival de Cannes por su interpretación en la película "Inglourious Basterds", de Quentin Tarantino, en Cannes, Francia. EFE
Pueden enterarse del resto de los premios de la
62 Edición del Festival de Cannes aquí.
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