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Isrrael Villablanca: Un campesino de Ñuble privilegiado con un talento inigualable

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Mejor Titulo Culiao 2023
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A las 7 su padre debe tomar el medicamento, por lo que no podrá dormir más allá de las 6.30. A su madre también deberá ayudarla: hace poco se cayó y se fracturó un brazo. En San Miguel, un pueblo rural de Chile, dentro de la casa de adobe los tres resisten el frío de la precordillera.

Cuando los viejitos ya estén de pie y hayan desayunado, cuando haya arado la tierra, alimentado a las aves y logrado un acopio de leña que garantice pasar la noche recién entonces, Isrrael hará lo que quiere: dibujar a Rihanna.

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Isrrael Villablanca de la Fuente nació hace 46 años en Chillán, en la zona centro del Chile, cuatrocientos kilómetros al sur de Santiago. En el pequeño pueblo de San Miguel aprendió de su padre agricultor a trabajar la tierra y, de su madre, una mañana. Ella estaba dibujando pasajes bíblicos en unos afiches. Pequeño, Isrrael quedó maravillado por cómo sobre la hoja blanca aparecían formas y colores.


Varias veces viajó colgado en la cola del "micro de campo" para llegar a la escuela donde conoció a su profesor de Artes: Juan Carlos Espinoza. Él lo cambió todo. "Me habló de técnicas, de proporciones, de cómo afectaba el color, la escala".

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Isrrael en el campo, donde trabaja todos los días
Al ver que Isrrael era muy bueno en el dibujo, el profesor armó un taller extra escolar de artes plásticas. Allí comenzó a pintar al óleo. Lo hizo participar en concursos en otros pueblos y pintar, y pintar, y pintar. Y ganaba.

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De regreso a casa, en la que la ducha era un tarro al que perforaban y le ponían una manguera dentro, ayudaba a su padre a trabajar las tierras de la abuela. En aquella época los Villablanca Fuente tenían mayores extensiones que ahora en las que sembraban trigo, lentejas, maíz, porotos, avena, papas, sandías. Sembraban, araban, picaban leña. Cuando fue un poco más grande, a los 14 años, comenzó a ayudar con trabajos más duros: hombreaba las bolsas de trigo en las cosechas. En un molino de piedras que movían con un tractor molían la harina.

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Una versión aún no terminada de Violeta Parra
"El trabajo en el campo es duro, bruto, pesado. El sueldo depende del clima y más factores. Es de cansancio físico. En Chile, aquel que se dedica a dibujar no es tomado como un trabajador. Cuesta un poco romper ese esquema que en el campo es mucho más fuerte", cuenta Isrrael.

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Violeta Parra, por Isrrael Villablanca
De todas formas lo intentó y marchó los 140 kilómetros que separaban casa de la Universidad del Bío Bío, en Concepción. Estudiaría Arquitectura. Durante un tiempo costeó los estudios con lo que más le gustaba hacer: retratos a lápiz. Cuando faltaba poco para recibirse su padre enfermó, por lo que no pudo terminar la carrera y volvió al campo. En los tiempos que quedaban libres, entre las manos en la tierra y los ruegos por lluvias justas, se encerraba en el galpón a hacer lo más difícil: dibujar figuras humanas.

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A partir de una foto y sólo con un lápiz negro que varía en dureza y espesor, Isrrael construye la forma mediante áreas de sombras. El tiempo promedio que le lleva cada dibujo es de 80 horas. "Es una semana y media considerando tiempos de sueño".

El 27 de febrero de 2010 un terremoto de 8.8 en la escala Ricther sacudió a Chile. Por el sismo y el posterior Tsunami murieron 525 personas. El epicentro fue en la región de Ñuble. La región de Ñuble está en el centro de Chile. En el centro de Chile está San Miguel. En San Miguel, la casa de los Villablanca y también, más de 100 obras guardadas en un galpón.

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En 2014 Isrrael logró darle a la cantante Laura Pausini su retrato
La casa, de adobe, se derritió en segundos. Isrrael no estaba: trabajaba en Santiago. No podía comunicarse con sus padres ni viajar a verlos. Cuando pudo llegar a su pueblo y abrazarse con ellos lo supo: los 100 cuadros habían quedado entre los escombros y el barro. Se fueron, con el terremoto, tres años de trabajo.

Cuatro años más tarde, en el verano de 2014, tomó un micro a Viña del Mar. Llevaba una mochila y un cuadro de Laura Pausini. El festival de música comenzaría en unos días. Contactó al club de fans de la cantante y, junto a ellos, se instaló en la puerta del hotel donde se hospedaba la italiana. Cada rato, Isrrael levantaba el cuadro por encima de su cabeza. El gesto, mecánico, lo repetía frente a móviles de televisión, fans y cada vez que una cortina se corría. En la terminal de micros esperaba Rod Stewart: era un segundo tiro que se guardaba. Stewart también cantaba en Viña.

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En el acceso al anfiteatro de la Quinta Vergara, los fans de Pausini se sacaban fotos con su ídola hecha en lápiz. Aunque Isrrael no podía ingresar con el cuadro -elemento corto punzante, señor-, los fans lo ayudaron. Ya dentro se organizaron: "Gritaremos ¡El dibujo! Así ella lo ve y te hará subir. Tienes que entregárselo".

Exaltada, Pausini recibió la Gaviota de Oro, el premio que le dan allí a los artistas y mientras se deshacía en agradecimientos sin destinatario llegó desde el fondo del anfiteatro, fuerte y claro: "¡El dibujo, el dibujo!". La transmisión televisiva tomó a Isrrael que agitaba el cuadro. Pausini lo llamó.

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"Estaba tan cansado, había tenido el dibujo en andas durante 12 horas, no podía levantarlo en el escenario. Subí casi gateando. No pude levantarlo más allá del nivel del pecho", recuerda Isrrael.

Pausini se llevó su retrato y le compró uno de Violeta Parra. Los dibujos que vendía Isrrael a 10 dólares ahora valían 1000. Eso le pagó un fanático de Rod Stewart en medio del Festival de Viña del Mar.

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Isrrael volvió al galpón de la región del Ñuble donde estuvieron Nadia Comaneci, Elton John, Violeta Parra, Beyoncé y desconocidos: lo ocurrido con Laura Pausini generó encargos de dibujos particulares. Pero el sueño de Isrrael es exponer: "Me encantaría poder mostrar mi trabajo en alguna exposición. Lo que lo dificulta es la necesidad de tener algún tipo de apoyo que logre compensar el tiempo del crear y del hacer. Es la triste paradoja con la que muchas personas que nos dedicamos al arte vivimos. Muchos talentos se pierden en el espacio y el tiempo porque deben dedicarse a otra actividad para poder sobrevivir. La esperanza nos abandona, irremediablemente".

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Nadia Comaneci, por Isrrael Villablanca
Ahora Isrrael depende del sol y el viento. En abril ellos abrirán los erizos y podrá recoger las castañas. Mientras, limpia el suelo. La recolección, cuenta, es a mano, lenta y cansadora. Sabe que las manos le pincharan. Dolerán como las ampollas que se le hacen por trabajar con maquinarias. Sabe, también, que hará apenas termine: volverá al galpón.


:clapclap: La cagó
Pollo Fuentes
 
Gran artista :clapclap:

Hay que promoverlo para que le vaya bien al hombre, y podamos disfrutar de su talento :buenaonda:

:monomeon: Grafiteros culeaos charcha
:monomeon: Hueónes menos que grafiteros que sólo rayan y ensucian
:monomeon: Negros (Na que ver la hueá, pero esas mierdas siempre deben ser odiadas)
 
Este weon entre los 17 y 25 tenia que haber estudiado arte. Trazo excelente, pero y el color???
 
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