El otro día, hace unos meses en realidad apareció un reportaje del director de la academia judicial hablando de lo mala de la enseñanza del derecho en muchas universidades y asdf... Es cierto que hay profesionales pencas, pero en el ejercicio de su profesión, la calidad de su trabajo los discrimina, un mal profesional no va a tener mucho trabajo, nadie lo va a contratar.
La academia judicial por otro lado, es la institución que entrena a los jueces y desde el momento en que aceptan postulantes, ellos son responsables de los jueces que forman, y ahí radica gran parte de todo este problema. Seguramente el juez de garantía tiene un concepto demasiado radical de la detención por flagrancia que se define en el código procesal penal y dice "Los agentes policiales estarán obligados a detener a quienes sorprendieren in fraganti en la comisión de un delito." Y ahí el problema, porque como en el caso fueron sorprendidos "fuera del vehículo" y no al momento de estar robándolo, el juez considera que la detención fue ilegal porque no estaban cometiendo el delito al momento de ser sorprendidos a pesar de estar identificados, y más encima con antecedentes por lo mismo, lo que denota que las personas se dedican a cometer delitos, y dejarlos libres es un absurdo, porque estaban en huída y la flagrancia no significa solo ser sorprendido solo en el acto, y más encima si portaban otras especies de las víctimas lo que confirma su participación en el hecho. Pero todo parte de la base de una interpretación que hacen los jueces, y eso es culpa de quienes los entrenan, porque casi todos hacen lo mismo, es como por ejemplo, la ciega aplicación del principio in dubio pro operario en materia laboral, porque se pierde absolutamente la imparcialidad al considerar siempre al trabajador una víctima del empleador, cuando muchas veces, las demandas laborales son medios de venganza y/o de sacar dinero al empleador sin que haya una razón verdadera.
Que un juez sea de izquierda o derecha da lo mismo, porque en el ejercicio de sus funciones debe primar su objetividad e imparcialidad, cuando el juez se pone la toga representa algo más, (aquí no la usan pero deberían) cuando esto no ocurre, y se politizan y son parciales y hacen manifestaciones como usar una chaqueta, destruye la figura de lo que debe ser un juez, y estos detalles, si o si deben ser cuidados al momento de formar a los jueces y la culpa es de la academia y nadie más, y ahí es donde falta una autocrítica y un replantamiento de la manera en que son entrenados, se nota demasiado que la aplicación de ciertos principios son costumbristas y además antojadizos, porque no se analizan los criterios y solo se interpreta la norma tal receta de cocina sin existir criterio alguno. El fin del derecho es la justicia.