MarquesVrolok
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Algunas de las acepciones más denostadas por su sesgo machista desaparecerán. Ya no será más huérfano quien pierda al padre que a la madre. Lo femenino no equivaldrá a débil y endeble, ni lo masculino a varonil y enérgico.
Algunas de las siguientes acepciones del Diccionario de la Real Academia Española serán modificadas en la edición, que se publicará a finales de 2014.Huérfano. Dicho de una persona de menor edad: a quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre.Gozar. Conocer carnalmente a una mujer.Cocinilla. Hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.Periquear. Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad.Cancillera. Cuneta o canal de desagüe en las lindes de las tierras labrantías.Edén. Paraíso terrenal, morada del primer hombre antes de su desobediencia.Hombre. Ser animado racional, varón o mujer. / Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.Mujer. Persona del sexo femenino. / Que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia.Femenino. Débil, endeble.Masculino. Varonil, enérgico.Padre. Varón o macho que ha engendrado. / Cabeza de una descendencia, familia o pueblo. / Padre de familia: jefe de una familia aunque no tenga hijos.Madre. Hembra que ha parido. / Madre de familia: mujer casada o viuda, cabeza de su casa.
El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional en la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975. No es exclusivo de las lenguas latinas. El inglés arrastra sus prejuicios. En un artículo de hace unos años, Deborah Cameron, profesora de Lengua y Comunicación en la Universidad de Oxford, citaba fireman (bombero), gestada a partir de la palabra man (hombre), y sustituida por el integrador firefighter tras presiones de movimientos femenistas. Dicho lo cual avisaba de que la lengua corre libre: “Las instituciones pueden legislar sobre el lenguaje, pero las reformas solo funcionan si la mayoría de los hablantes las aceptan. La gente nunca consulta a las autoridades antes de abrir la boca”. A estas alturas nadie comparte lo que un día espetó Leopoldo Alas: “Somos los amos de la lengua”. Las palabras nacen, mueren o se transforman por voluntad de todos en general y de nadie en particular (salvo excepciones: mileurista tiene una madre reconocida que acuñó el término en una carta a este diario que corrió como la pólvora). En esto coinciden los hacedores de diccionarios y quienes los someten a auditorías externas. “Las lenguas dependen de la gente y las cosas van a su cauce”, concede Eulàlia Lledó.“El Diccionario tiene que reflejar la realidad y toma nota de lo que pasa del uso al desuso. Pero el Diccionario no puede acelerar el proceso”, defiende Álvarez de Miranda. Por ejemplo, sexo débil “podría estar cerca de la necesidad de tener una marca de vigencia porque probablemente hoy se usa poco, pero en la próxima versión saldrá sin marca”. En 2014 se conservarán las acepciones de sexo débil como “conjunto de las mujeres” y sexo fuerte o feo como “conjunto de los hombres”. Otra herencia sexista del siglo XX. http://tinyurl.com/p95fkhp
Alo, con @Tecladosinache por favor...