Mirrors
(Espejos Siniestros)
Ben Carson (
Kiefer Sutherland) un ex policía que debido al haber matado por error a un agente encubierto, ha perdido casi todo, su esposa Amy (
Paula Patton) no le habla, ve muy poco a sus hijos y vive en el sofá de su hermana menor Angela (
Amy Smart). Cansado de tomar antidepresivos y de refugiarse en la bebida, Ben decide trabajar como guardia nocturno en un enorme edificio que antes perteneció a una gran tienda de ropa que fue consumido por un extraño incendio que cobró la vida de cientos clientes. Todo va bien hasta que comienza a darse cuenta que las imágenes que reflejan los pulidos espejos le muestran cosas que no están realmente y que recuerdan al siniestro. Ben no sabe qué pasa y le echa la culpa al estrés, pero estas alucinaciones comienzan a perseguirlo, a atacarlo susurrarle un apellido. No obstante, y ante la ingravidez de Ben, los reflejos lo siguen hasta donde sus seres queridos. Ha llegado el momento de actuar.
El cineasta francés
Alexandre Aja, que en Hollywood saboreó el éxito gracias a
The Hills Have Eyes", película que revisita el subgénero del gore de los ’70 que comenzó aquella insigne película titulada
The Texas Chainsaw Massacre, y que en su Francia natal realizó Alto Voltaje, cinta de similar corte, se vuelve a unir al guionista Grégory Levasseur para darle un toque occidental al script de Sung-ho Kim y su versión original de
Mirrors.
El espectáculo que nos brinda Aja está lejos de lo macabro de sus anteriores películas, y aquí nos adentramos al otro miedo, a ese de lo que no podemos ver ni explicar. Y qué mejor que utilizar los espejos para transformar nuestras pesadillas en realidad, como portales a lo oculto, a aquello que se oculta en el reflejo del yo. Esta imagen que nos ayuda para separar nuestra individualidad del todo, es en Espejos Siniestros el puente en el cual los espíritus en pena pueden utilizar para concretar su venganza, y la idea del que nuestro protagónico sufra las consecuencias físicas solo en su reflejo, pero las reminiscencias tañidas en su yo corpóreo hacen del más fuerte espectador grito ahogado en la platea.
Kiefer Sutherland viste nuevamente el papel que lo ha consagrado, ya que Ben Carson es otra adaptación de
Jack Bauer, para bien o para mal, eso lo decide el espectador. Por lo menos le resulta la gracia al hijo de Donald, aunque en vez de policía, bien podría haber tenido otra profesión, periodista quizás; al parecer las cosas se le dan mejor a un uniformado, aunque eso revista en el exceso de las armas y los contactos policiales.
Si bien,
Espejos Siniestros es una película que impacta por su veracidad efectista y nos lleva a un mundo siniestrado habitado por un sinnúmero de almas en pena, esta va un poco más allá hasta quemarse a sí misma en el desenlace, y es que hay veces en que el director se envicia y tira todo a la parrilla.
Entretenida película de interesante y expectante desarrollo, que cuenta con un
excelente final, pero con un clímax demasiado efectista que bien pudo haber sido trabajado mejor para no agobiar al espectador.
Fuente: Espejos Siniestros | Cinematografia.cl