Un factor importante en esta escalada presupuestaria es que “Mission: Impossible 7” estaba inicialmente programada para comenzar a filmarse en Venecia en febrero de 2020, pero tuvo que detenerse y comenzar la producción en siete momentos diferentes, dijeron fuentes internas. El primer día de la filmación principal, que se suponía que involucraría una secuencia de acción elaborada durante el Carnaval de Venecia, un festival anual famoso por sus máscaras elaboradas, tuvo lugar el mismo día en que el norte de Italia entró en bloqueo de COVID-19. Luego, la producción se apresuró a trasladar el rodaje a Roma, solo para verse obligada a cerrar una vez más cuando los casos aumentaron.
Las restricciones de salud pública y nuevos brotes del virus agregaron costos imprevistos, dijeron las fuentes, porque el estudio ha tenido que mantener al equipo y a los miembros del elenco empleados y alojados durante largos períodos de retraso y cuarentena. También hay costos asociados con tener que cerrar calles y canales en las principales ciudades, como Roma y Venecia, solo hay que descartar esos planes y reprogramarlos. Aunque los patrocinadores de la película trataron de ser ágiles, la complejidad de montar una producción internacional, una que atravesó media docena de países, incluidos Polonia y los Emiratos Árabes Unidos, significaba que no importaba cuánto lo intentara el equipo de 'Misión: Imposible'. no pudo escapar de una pandemia que no conoce fronteras. Para complicar aún más las cosas, los problemas de la cadena de suministro global, agregaron otros expertos, que generaron costos imprevistos a través de la madera y los materiales adicionales.
Los dolores de cabeza presupuestarios alcanzaron un punto culminante el verano pasado cuando el distribuidor de 'Misión: Imposible', Paramount, se enfrentó a asumir aproximadamente $ 50 millones en excedentes por sí mismo. El problema era que el coproductor Skydance ya había alcanzado su límite en términos de contribuciones financieras, según dos fuentes. Se negaron a exceder sus requisitos contractuales, alrededor de $ 240 millones, y aportaron los fondos adicionales que Cruise y McQuarrie dijeron que se necesitaban para completar la película.
Al mismo tiempo, Paramount espera aliviar su carga financiera con la ayuda de sus aseguradoras. Pero sus esfuerzos para lograr que la aseguradora pague por los retrasos relacionados con brotes y cierres se han enredado en litigios. Con ese fin, el estudio presentó una demanda en agosto contra Federal Insurance Company por incumplimiento de contrato, argumentando que la aseguradora era responsable de los costos adicionales asociados con COVID.
“Mission: Impossible 7” no es la única tienda de campaña que se ha visto obligada a navegar por una nueva realidad. Estos éxitos de taquilla orientados a la acción tienen presupuestos masivos y abarcan países y continentes, lo que crea dolores de cabeza logísticos en un momento en que el virus ha demostrado ser tan mutable y duradero. Muchos lanzamientos de estudios importantes han tenido que agregar decenas de millones de dólares en costos asociados con el establecimiento de precauciones de COVID y los retrasos cuando ocurren brotes.
Otro desafío que enfrenta “Misión: Imposible” y otras películas taquilleras es que este tipo de películas tienden a funcionar bien en China, donde “Fallout” ganó más de $180 millones. Pero las tensiones entre EE. UU. y China han afectado el apetito del país por las películas de Hollywood, reduciendo sus ingresos brutos en el importante mercado.