Hay un estigma producto de la ideología de izquierda del individuo y la personalidad: cualquiera que resalte, cualquiera que tenga más, cualquiera que sea más capaz que el resto es devorado por el pueblo y no debe nunca dejarse de equipararse a elllo. Por el contrario, colocan a los más mediocres para que no se sientan tan apocados cuando lo ciertos es que son poca cosa y no quieren ni admitirlo ni trabajar para superarlo. La dictadura del igualitarismo que coharta las potencialidades del individuo.