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Patagonia - Problemática explicada a los europeos.

Isla Leguas podría convertirse en Reserva Nacional tras cruel matanza de pingüino



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El secretario de Estado recordó que "estamos hablando de un sitio aislado y de difícil acceso y que además tiene las complejidades de traslado asociadas a las condiciones del tiempo".

El Ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, anunció que se evaluará la posibilidad de aumentar el nivel de protección de la isla Leguas para su transformación en un Monumento Natural o Reserva Nacional y así prevenir la reiteración de hechos como la matanza de pingüinos y lobos marinos.

El Secretario de Estado informó que “Isla Leguas posee la categoría de Bien Nacional Protegido (BNP) junto a otros islotes que forman parte de las Islas Guapi Quilán, las que en su conjunto tienen una superficie superior a las 2.100 hectáreas”, en la Provincia de Chiloé, Región de Los Lagos. Añadió que “elevar el nivel de protección podría mejorar las condiciones para la preservación y protección de la flora y fauna de ese territorio fiscal”.

Se llama “Reserva Nacional” al área cuyos recursos naturales es necesario conservar y utilizar con especial cuidado, por la susceptibilidad de éstos a sufrir degradación o por su importancia en el resguardo del bienestar de la comunidad. Tiene como objetivo la conservación y protección del recurso suelo y de aquellas especies amenazadas de flora y fauna silvestre.

El “Monumento Natural” es un área generalmente reducida, que se caracteriza por la presencia de especies nativas de flora y fauna o por la existencia de sitios geológicos relevantes desde el punto de vista escénico, cultural o científicos. Su objetivo es preservar el ambiente natural, cultural y escénico, y en la medida que sea compatible con ello, desarrollar actividades educativas, recreacionales o de investigación.

Los bienes nacionales Protegidos son territorios que Bienes Nacionales reserva con el objetivo de rescatar y potenciar la gestión y la puesta en valor de ecosistemas de alto valor patrimonial, lo que se realiza a través de concesiones de uso a terceros, para que mantengan su conservación y le otorguen un desarrollo sustentable.

En ese sentido, “estamos examinando también la posibilidad de entregar en concesión este BNP a un organismo sin fines de lucro, como una Universidad o una Organización No Gubernamental (ONG), para que sirva a la investigación científica de acuerdo a los intereses del país”, señaló el Ministro Víctor Osorio.

El Secretario de Estado detalló que “estamos hablando de un sitio aislado y de difícil acceso y que además tiene las complejidades de traslado asociadas a las condiciones del tiempo”.

Recordemos que tras un operativo a cargo de la PDI, en respuesta a una acción solicitada por la Fiscalía de Quellón, se descubrió la evidencia de una matanza sistemática de pingüinos para ser utilizados como carnada y alimento para jaibas por parte de pescadores. Bienes Nacionales estudia camino para garantizar protección de biodiversidad en isla Leguas tras conocer matanza de pingüinos.

http://www.publimetro.cl/nota/croni...ras-matanza-de-pinguinos/xIQpcp!EUv9lsg5WDLW/



Crean parque “Secretos de la Patagonia profunda” en la provincia argentina de Santa Cruz

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A 1.700 metros de altura, en la planicie de la meseta del lago Buenos Aires, en la provincia de Santa Cruz, el cielo se toca con las manos y el viento puede arrasar los cuerpos con fuerza violenta. Desde el fin del Pleistoceno, el hombre transita por esta geografía imponente y deja sus marcas. Aún se encuentran, por ejemplo, los instrumentos de obsidiana que se usaron miles de años atrás para tallar dibujos en los murallones de roca. Junto a los antiguos petroglifos, que todavía están muy poco estudiados por los arqueólogos, un peón escribió también su nombre: Atilio. Fue un tal Atilio Méndez, un puestero que secuestró a una india tehuelche para hacerla su esposa. Y de eso ya pasó como un siglo. Pero ahora, nuestras pisadas sólo se confunden con las de los guanacos y las de las aves que moran en las lagunas. Somos grandes y pequeños a la vez.

La meseta tal vez sea uno de los mejores secretos de la Patagonia. Tallada fisonómicamente por la interacción de las erupciones volcánicas y de las glaciaciones, supo ser en el siglo XX sitio de verano del ganado lanar, que se comió con tanta voracidad las pasturas de este suelo pedregoso que quedó todavía más árido, casi desértico. Sin embargo, sigue siendo una “isla biológica”, como un arca de Noé de la estepa. Y eso es porque aquí suceden cosas irrepetibles. Una de ellas es la presencia de un ave pequeña, que se puede confundir con un pato, aunque es sólo un pajarito zambullidor, capaz de bucear como un submarinista al alimentarse. Se llama macá.

Hay varios tipos. Pero el macá tobiano es el que se convirtió en un símbolo de la provincia. Su foto está en todos lados, como si fuera la de un equipo de fútbol. Y hay una razón: es muy bello, pero sólo quedan unos 800. O menos. En invierno, vuela hasta la ría del río Santa Cruz, y en verano regresa aquí, a las lagunas. Pero si hay mucha vinagrilla (una planta acuática de la zona) las pasa por alto. Y si hay muy poca, también. Por lo tanto, sus ambientes están tan fragmentados, que sus posibilidades de supervivencia se reducen. La presencia de especies exóticas, como la trucha (que se come la famosa vinagrilla) y el visón, contribuyeron también a poner a la especie casi al borde del colapso. “El tobiano genera devoción”, revela Pedro Chiesa, quien está a cargo de un operativo impresionante para cuidar a la especie de sus predadores durante 24 horas todos los veranos, una logística muy complicada en la geografía gigante de la meseta, donde el viento es rey y la soledad mucha. Pero esto evitó que el número de tobiano, al menos, no bajara. O quedara en cero. Aves Argentinas, una de las organizaciones detrás del tobiano, detectó en 2013 que el pajarito estaba anidando en un campo que había sido abandonado por la sobreexplotación ovina y vacuna, y en el que no iban a sembrar truchas. ¿Acaso algún filántropo bien intencionado quisiera comprarlo? Finalmente, una fundación creada por argentinos, llamada Fauna y Flora, aceptó este desafío. Y con la ayuda de un donante suizo, que insiste en permanecer en el anonimato, pudieron rescatar la vieja estancia, que se terminó convirtiendo en el parque nacional Patagonia, la primera zona protegida de la estepa, creada en tiempo récord, en 2015.

Guanacos y hombres

El macá tobiano habrá sido la inspiración para proteger la estepa, pero lo cierto es que la meseta del Lago Buenos Aires ya fue también identificada hace tiempo como “área de conservación irreemplazable” en un estudio científico realizado por Parques Nacionales y Wild Life Conservation International. Y esto es lo que moviliza a Fauna y Flora a seguir adquiriendo campos para su restauración ecológica y su futura donación. El sueño es, eventualmente, poder realizar un gran parque binacional en el que quede comprendido Valle Chacabuco, que está apenas traspasando la frontera con Chile (un lugar paradisíaco), con todo el área que va desde la meseta del lago Buenos Aires y el cañadón del río Pinturas. De esta manera, se crearía toda una eco región integrada territorialmente, un mapa que tanto los antiguos como los tehuelches habitaron y entendieron, sin la necesidad de romperlo o dejarlo agotado, como está hoy.

Una de las últimas propiedades que compró Fauna y Flora fue la vieja estancia Los Toldos, en el impresionante cañadón del río Pinturas, donde se ubica la famosa Cueva de las Manos, declarada patrimonio de la cultural universal por la Unesco. Sus frescos más antiguos datan de 9.300 años atrás, y por lo tanto, son más veteranos que las pirámides egipcias, un dato que estremece. Pero si estos hombres, cuyos nombres no sabemos, pudieron permanecer miles de años en esta zona es por la existencia de un animal bello y grácil, que corre apenas detecta algo extraño y cuyo dibujo está estampado en la roca con insistencia total: el guanaco. Fue fuente de alimento, abrigo, grasa… Por algo las escenas de las manadas corriendo, del hombre cazándolo con distintas estrategias, son tan reiteradas en la piedra: aparecen a lo largo de miles de años.

“El guanaco es el elemento que une a todos los cazadores-recolectores”, dice Carolina Avila, museóloga de la Fundación Identidad, donde se construye el centro de interpretación Cueva de las Manos, en la localidad de Perito Moreno. “No se puede entender la vida del hombre sin el ciclo vital del guanaco”. Hoy, se ven muchas manadas de guanacos. Los estancieros de la Patagonia dirían –incluso– que son una plaga, porque compiten por las pasturas con las ovejas (de hecho, hace un par de años, hubo un proyecto en la legislatura santacruceña para erradicarlos). Pero son apenas medio millón. Cuando los habitantes primigenios dejaron estampadas sus aventuras de cacería en los aleros de la montañas (hay unos 80 sitios arqueológicos como Cueva de las Manos en la estepa) había decenas de millones de guanacos. Y, sin embargo, los suelos no estaban destruidos como hoy.

Un nuevo pacto
con la naturaleza

Pablo Díaz es biólogo de Flora y Fauna. Cuenta que el suelo erosionado por el pisoteo y el pastoreo de las ovejas está dando vueltas por la atmósfera o el mar, en alguna parte del mundo. El dato alucina, aunque es perfectamente visible: una laguna que se seca, literalmente se vuela con esos vientos feroces que vienen del Pacífico. Podemos registrar polvareda que se levanta, lo que no sabemos es a dónde va a parar. Cerca de la mitad de los suelos patagónicos están en un estado crítico o malo.

“Son de muy difícil recuperación”, dice Díaz. Pero el ovino ha sido parte de la cultura patagónica desde la colonización, a fines del siglo XIX. Gente brava que se atrevió al invierno (y claro, al sempiterno viento) para apostar al precio de la lana y una vida mejor. La naturaleza empezó a imponer sus límites justo cuando lo que se pagaba por la fibra de oveja perdió el atractivo ante la fibra sintética. Luego, el volcán Hudson llenó la zona de cenizas en el 91 y muchas estancias fueron abandonadas hasta hoy. Cuando se destina territorio para la conservación no significa dejarlo momificado, sino reescribir el contrato que tiene el hombre con su entorno a fin de poder vivir con la naturaleza, no en contra suyo. No porque suene bonito o políticamente correcto, sino porque ya traspasamos las fronteras del daño y estas son peligrosas para nosotros mismos. Díaz sostiene que la única forma de salvar al guanaco es cambiar la cabeza: en vez de verlo como un enemigo, hay que verlo como un recurso.

“Hay un tabú cultural: que pasarse de la oveja al guanaco es como renunciar. Capaz que los estancieros prefieren seguir hasta el límite y abandonar el campo, porque esa fue la cultura del pionero. Con la visión conservacionista pura esto tampoco se arregla. En el caso del guanaco, tal vez lo salve el productivismo”, indica. A él –por eso– le gustaría que hubieran emprendimientos de lana de guanaco en los territorios del futuro parque nacional. Y en Perito Moreno hay gente que está de acuerdo con esto. Por ejemplo, Ricardo Vázquez, un experto en guanacos de la Fundación Identidad. El indica que la fibra del camélido es la de mayor calidad de cualquier animal, pero para poder esquilarlos se necesitan hacer fuertes inversiones. La práctica, sin embargo, ya funciona. Se hace en río Mayo, Chubut.

“Los alambrados en el campo modificaron las trayectorias de las migraciones de los guanacos”, se lamenta Vázquez. Todo aquel que haya visitado el Sur habrá visto a los chulengos (las crías) morir enganchados en los cercos. Por eso, el primer paso para restaurar ecológicamente un campo es quitar los alambres, nos cuenta Guido Vittone, un eximio conocedor de la Patagonia, que ahora coordina las actividades de Flora y Fauna en la zona. Desde el año pasado, grupos de voluntarios llegan desde todas partes (incluso, desde el exterior) para quitar las cercas de las estancias. Hasta el momento, la Fundación ha adquirido también los viejos establecimientos La Tapera, El Sauce y La Ascención, mientras tiene en vista otras propiedades más que, muchas veces no se pueden comprar porque sus dueños nunca regularizaron los títulos desde que les fueron entregados informalmente a sus antepasados durante la colonización. El rompecabezas del futuro parque igual se va armando.

Mientras conduce por el cañadón del impresionante río Pinturas, Vittone habla de la historia geológica de la meseta con emoción, como si las piedras pudieran revelarnos cosas que no sabemos. Cuenta que los tehuelches creían que Dios había diseminado a los animales en la meseta después de haber creado el mundo. Acaso por eso sea un tesoro. O, como dice otro hombre de Perito Moreno, llamado Juan Nauta: “Esta es la verdadera Patagonia, la Patagonia agreste”.

http://laprensaaustral.cl/cronica/c...unda-en-la-provincia-argentina-de-santa-cruz/
 
Parque Nacional Yendegaia ya cuenta con las 38.780 hectáreas donadas por familia Tompkins
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El Parque Nacional Yendegaia, que fue inaugurado en el gobierno de Sebastián Piñera, alcanzó su máxima extensión tras anexar 38.780 hectáreas donadas por la fundación del mismo nombre, propiedad de Douglas Tompkins.

Yendegaia representa un esfuerzo en conjunto entre el gobierno y un privado, en este caso, las fundaciones ligadas a Douglas Tompkins, para lograr la creación de un área protegida con terrenos fiscales y privados

El parque fue creado el 24 de diciembre de 2013 y consideraba 111.832,19 hectáreas. El ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio explicó que ello se ejecutó, sabiendo que existía la intención de Tompkins de donar las 38.780 hectáreas, las que pasarían a conformar el Parque Nacional.

Para ello, eran necesarios dos pasos que se ejecutaron en el actual gobierno de Michelle Bachelet:concretar la donación al Fisco e incluir los terrenos al Parque Nacional en un plazo de 18 meses desde que fueron entregados. Algo que finalmente se concretó el pasado 5 de marzo.

El ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio, se mostró conforme ya que pusieron el mayor esfuerzo en culminar el parque “convencidos de que Yendagaia es un territorio con ambientes únicos en diversidad biológica natural del país, no alterada por la acción humana, con especies deflora y fauna también únicas, siendo un espacio de especial interés para el desarrollo de la ciencia, la sustentabilidad y el turismo”.

Por su parte el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, señaló que “representa un esfuerzo en conjunto para lograr la creación de un área protegida con terrenos fiscales y privados. Las especies de Tierra del Fuego son un recurso valioso desde el punto de vista científico y turístico por lo que hay que protegerlos”.

Ante la diversidad de ecosistemas como de especies que habitan en el territorio del parque (incluyendo incluso ejemplares en estado de conservación y vulnerables), es que las autoridades comprometieron todos sus esfuerzos para que éstas nuevas dependencias sean protegidas y se conviertan en un paraje de interés tanto regional como nacional.

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Ministerio de Bienes Nacionales

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Ministerio de Bienes Nacionales

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http://www.biobiochile.cl/2016/03/2...e-se-suman-al-parque-nacional-yendegaia.shtml
 
Si ocurriera un eventual desplazamiento de población chilena; ¿Cómo creen que actuaríamos en general?
 
El 82% de las iniciativas privadas de conservación se concentran en el sur


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El patrimonio natural de Chile incluye 30 mil especies de animales, plantas, hongos y bacterias en variados ecosistemas.

Este rico patrimonio biológico requiere de una gestión sustentable para preservarlo. Es lo que resalta la segunda edición del libro Las Áreas Protegidas de Chile, del Ministerio de Medioambiente ((MMA). Y debe ser un esfuerzo no sólo es del Estado, sino de los privados, indica Alejandra Figueroa, jefa del Departamento de Biodiversidad y Áreas Protegidas del MMA.

“La publicación busca poner a disposición de manera simplificada, la información de áreas protegidas en Chile”, resume Figueroa.

El libro recopila el contexto, historia, datos, estadísticas e información general sobre la institucionalidad actual de las áreas protegidas de Chile.

Muchas veces se cree que hablar de biodiversidad es es un asunto exclusivo del mundo científico. Pero se trata de un aspecto valioso para la sociedad. Existe el acuerdo general de que cuidar de las áreas protegidas es importante, dice Figueroa, pero las encuestas muestran que la gente desconoce las áreas protegidas de su región y la visitas muy poco.

Proyecto de Ley

La tarea de conservación no es exclusiva del Estado. En los últimos 20 años y de forma espontánea el sector privado se ha incorporado en esta tarea.

Existen 246 Iniciativas de Conservación Privada (ICP) que suman en total 1.258.120 hectáreas de humedales. Representan el equivalente a casi un 7,6% de las áreas protegidas de Chile o el 1,7% del territorio nacional. El 82% se concentran en cuatro regiones del sur: Magallanes y la Antártica Chilena, Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo, Los Ríos y Los Lagos. En tanto en la regiones de Los Ríos y Los Lagos, son un 10% del territorio regional.

Hoy el desafío es que las áreas protegidas tengan conectividad a través de corredores biológicos para permitir continuidad espacial a la diversidad genética, de especies y ecosistemas.

Pero no es sólo crear nuevas áreas protegidas, sino además que ellas se gestionen y manejen bajo un enfoque de planificación estratégica, adecuado al ámbito de la conservación.

Faltan recursos, dice Figueroa. “Pero en la medida en que existan mejores instrumentos, que se habiliten fondos especiales para donaciones, se podrá facilitar la gestión de áreas protegidas”. Es lo que se busca con el proyecto de ley, en tramitación, para la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.

La idea es implementar políticas públicas en materia de conservación y preservación de ecosistemas y especies, junto con la gestión del futuro sistema Nacional de Áreas Protegidas.

“Los privados prefieren autonomía en cuanto al manejo de los predios, pero tenemos que entregarles herramientas y capacitación, y que estas iniciativas de protección pasen a formar parte de una gran área de protección”, dice Figueroa.

Si bien la categoría de área protegida privada es reconocida legalmente (Art.35 de la Ley 19.300), aún no hay mecanismos para que opten de manera voluntaria a un reconocimiento oficial como área protegida del Estado, a excepción de las que están dentro de la categoría de Santuario de la Naturaleza.

Por ello la ley es tan importante. “Para que se consoliden en un sistema nacional integral de áreas protegidas”, concluye.

http://www.latercera.com/noticia/te...de-conservacion-se-concentran-en-el-sur.shtml
 
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