Lo que pasa con este mantecoso reculiao hijo de la Nancy es que ahora que se vio con plata y ya se compró todos los juegos, consolas y muñecas que siempre quiso cuando chico (aparte de los canjes en notebook, silla maricona gamer y regalos del weonaje que le baila los flatos a este infame desgraciado), comenzó a pegarse pataches de cuanta weá encontró en delivery, comenzando con hamburguesas del Carl's, pizzas del Papa Johns mientras ve sus cagás de series, copetes caros (del pisco Campanario pasó al Glenlivet single malt), y así este triste chuchesumadre aunque pruebe la dieta más estricta, su contumaz estómago de ex pobre no resistirá someterse a sacrificios y lo llevará a pecar de gula para olvidar la hallulla con margarina y el jarro de leche Junaeb de sus tardes de escuela sin plata. Y de veras lo entiendo porque pasar de las legumbres CampoLindo y mortadela flatera a la once para ahora poder mandarse un pad thai mientras descarga juegos desde Steam en su flamante Acer Nitro es como para decir "nunca más conchetumadre", y seguir atorandose con comida basura para autogratificarse.
Pobre gordo culiao, el niño símbolo de los triglicéridos a la chucha.