Mi primera amistad en la infancia que no era familiar ni del jardin/escuela era un niño vecino de mis abuelos. Siendo sólo un adolecente él se escapó de la casa a Argentina, pocos años después lo atraparon en Neuquén, había cometido delitos en Ushuaia, Río Gallegos y Comodoro Rívadavia. Por razones que desconozco su familia lo fué a buscar a Bariloche y cuando estabamos en la casa de mi abuela él se volvió loco porque nosotros andabamos en auto y empezó a romperlos, se había transformado en un delincuente total y descontrolado, nos reconocía y odiaba con un rencor que jamás he visto en otra persona. Por seguridad mejor todos nos encerramos en la casa de mi abuela y llamamos a la policía para que lo detenga, demoraron en llegar y lo golpearon mucho porque se resistía y armó un escándalo del que todos los vecinos se enteraron.
Esa imagen, ese recuerdo de ver a quien alguna vez fué mi amigo, siendo agredido por carabineros por destruir algo mio es lejos lo que más he sufrido.