Específicamente,
los residentes de avenida Brasil, sector que se caracteriza por ser una zona residencial con edificios, están dispuestos a arrendar sus balcones con vista privilegiada a la calle para ver al Papa, según consignó
El Mercurio.
Por ejemplo, Rodrigo Rojas de 43 años, quien vive hace seis años en un tercer piso en la esquina de San Pablo con Brasil, está dispuesto a alquilar su terraza por
300 mil pesos aunque, señala, "si me ofrecen más, mejor".
Alejandro Saavedra, de 39 años, por su parte, aseguró que si se le presenta una oferta de alguien que quiera filmar o ver de forma directa, aprovecharía.
El protocolo del Vaticano dice que el vehículo debe avanzar a 40 kilómetros por hora, por lo que, tomando un campo visual de una cuadra,
quienes se acerquen a ver al Papa podrán hacerlo por 18 segundos, de acuerdo a un ejercicio realizado en terreno por El Mercurio.