No podí poner al Dr. Orozco, maldito conchetumare. ¡LA CORFUCH, CONCHETUMARE, LA CORFUCH!
A "Don Choco" tampoco lo metería al baile. Su gestión hay que verla en perspectiva histórica, por lo demás, el trasfondo de su crítica y sus detractores, se posicionan desde intereses de clase más que a un trasfondo futbolístico.
Por último, a los nefastos de Pizzi y el parrilla, si bien, ambos evidenciaron tener escasas competencias para el puesto, y francamente fueron deficientes en su rol, lo cierto es que sólo son sujetos cumpliendo una función determinada en la estructura. Y esa estructura la encarnan los "Patricios", el hijo de perra de Arturo Salah; no existe un Broghi o un Pizzi sin algún "Patricio" que propiciara las condiciones para su designación como D.T.
Reitero, ése viejo hijo de puta es lo peor de nuestro fútbol, todo lo demás está asociado a él de una u otra forma.