RaveN_WolF
Bolsa'e caca
- Registrado
- 2007/07/03
- Mensajes
- 35.342
- Sexo
Se ganó el Premio Darwin con creces. Sabía los riesgos, pudo volver y sin embargo prefirió quedar mas ensartado que San Sebastián.
Como decía un dicho: "Que seas vegetariano, no quiere decir que un tigre hambriento te perdone la vida"
http://www.upsocl.com/mundo/revelan...G4oACQr01fl90MrtxS83jonjGk#Echobox=1542907799
Como decía un dicho: "Que seas vegetariano, no quiere decir que un tigre hambriento te perdone la vida"
“¡NO QUIERO MORIR! ¿Sería más prudente irse y dejar que alguien más continúe? No, no lo creo. Todavía podría regresar a Estados Unidos de alguna manera, ya que casi parece una muerte segura quedarse aquí”, escribió después de que los indígenas intentaran matarlo en un primer encuentro. Y tenía mucho miedo… pero de todas formas quiso seguir su fe.
Querer entregar la palabra de Jesús no siempre puede dar resultados positivos… en especial cuando se intenta tratar con individuos salvajes que se niegan a ser parte del mundo moderno y siguen viviendo al margen de las sociedades civilizadas, como ocurre con la tribu de cazadores y recolectores que habitan la isla Sentinel del Norte, en India.
Sin embargo, John Allen Chau, un misionero estadounidense de 27 años, estuvo dispuesto a intentarlo, y se aventuró al Océano Índico para conocer a la tribu indígena en un viaje que había planeado por al menos 3 años… pero desde un comienzo, nada salió como él imaginaba. Apenas puso un pie en la isla, intentaron matarlo con disparos de flechas.
Y aunque logró escapar, estaba dispuesto a correr el mismo riesgo con tal de presentar a Jesús. Así que al día siguiente volvió al lugar, pero jamás volvió a salir.
El joven, nativo de Alabama, fue transportado ilegalmente a la isla por pescadores, a quienes les entregó sus notas de lo que había vivido minutos antes de adentrarse en la selva por última vez, en caso de que algo le ocurriese, pues había hecho dos o tres viajes a la isla usando una canoa en los días previos a su muerte y sabía lo peligroso que era.
En esas excursiones, el misionero intentó ser amable con los nativos y les llevó pescado y un balón de fútbol como regalo, pero de acuerdo a sus notas, ese primer contacto no fue bien recibido. “He sido tan amable con ellos, ¿por qué están tan enojados y tan agresivos?” escribió. Y luego recordó que “dos Sentinelese armados salieron apresuradamente a gritar”, así que decidió presentarse. “Mi nombre es John, los amo y Jesús los ama”, gritó de vuelta cuando estaba a solo unos centímetros de ellos.
Pero rápidamente tuvo que correr para salvar su vida. De acuerdo a su relato, un pequeño niño de unos 10 años le lanzó una flecha que quedó clavada en su Biblia, lo que lo salvó de morir… pero allí pudo ver lo afilada que estaba la punta de metal y comenzó a sentir miedo.
Por suerte su canoa no había sido intervenida por los salvajes y pudo regresar a una zona segura. Allí, reflexionó sobre lo que había vivido y le escribió a Jesús. “Si quieres que me disparen o incluso que me maten con una flecha, que así sea”, escribió. “Sin embargo, creo que podría ser más útil con vida, pero a ti, Dios, te doy toda la gloria de lo que pase”.
Pero ese encuentro cercano con la muerte lo hacía dudar en continuar su misión. “Es raro. En realidad no, es natural: tengo miedo. Lo dije. También estoy frustrado y tengo incertidumbre, ¿vale la pena ir a pie para encontrarme con ellos?”… y su pregunta fue respondida inmediatamente en las siguientes líneas: “¡NO QUIERO MORIR! ¿Sería más prudente irse y dejar que alguien más continúe? No, no lo creo. Todavía podría regresar a Estados Unidos de alguna manera, ya que casi parece una muerte segura quedarse aquí”.
Sin embargo, parece decidido a continuar: “Lo intentaré de nuevo mañana”.
Y en caso de que no volviera, que era una gran posibilidad, dejó escrito que lo perdonaran. “Padre, perdónale a él (al niño que le disparó) y a cualquiera de las personas en esta isla que intenten matarme… y especialmente perdóname si tienen éxito”.
Y en unas líneas más abajo, contó sobre su plan para volver a la isla. Le pediría a los pescadores que lo dejaran cerca de la isla y luego se fueran, para que no tuvieran que dar testimonio de su muerte si la misión no funcionaba y así él podría estar en paz. De todas formas, le pediría a los hombres que regresaran más tarde.
Las últimas notas de Chau, están fechadas entre el 14 al 16 de noviembre, pues a la mañana siguiente, cuando los pescadores regresaron, vieron a personas de la tribu arrastrar el cuerpo de Chau a través de la playa y luego enterrarlo en la arena.
Por este hecho fueron arrestados 7 pescadores bajo sospecha de llevar a Chau a la isla y se registró como un caso de asesinato, sin embargo, la madre de Chau, Lynda Adams -que cree que su hijo está vivo gracias a sus oraciones- pidió que los liberaran, asegurando que su hijo había ido a la isla por voluntad propia.
Querer entregar la palabra de Jesús no siempre puede dar resultados positivos… en especial cuando se intenta tratar con individuos salvajes que se niegan a ser parte del mundo moderno y siguen viviendo al margen de las sociedades civilizadas, como ocurre con la tribu de cazadores y recolectores que habitan la isla Sentinel del Norte, en India.
Sin embargo, John Allen Chau, un misionero estadounidense de 27 años, estuvo dispuesto a intentarlo, y se aventuró al Océano Índico para conocer a la tribu indígena en un viaje que había planeado por al menos 3 años… pero desde un comienzo, nada salió como él imaginaba. Apenas puso un pie en la isla, intentaron matarlo con disparos de flechas.
Y aunque logró escapar, estaba dispuesto a correr el mismo riesgo con tal de presentar a Jesús. Así que al día siguiente volvió al lugar, pero jamás volvió a salir.
El joven, nativo de Alabama, fue transportado ilegalmente a la isla por pescadores, a quienes les entregó sus notas de lo que había vivido minutos antes de adentrarse en la selva por última vez, en caso de que algo le ocurriese, pues había hecho dos o tres viajes a la isla usando una canoa en los días previos a su muerte y sabía lo peligroso que era.
En esas excursiones, el misionero intentó ser amable con los nativos y les llevó pescado y un balón de fútbol como regalo, pero de acuerdo a sus notas, ese primer contacto no fue bien recibido. “He sido tan amable con ellos, ¿por qué están tan enojados y tan agresivos?” escribió. Y luego recordó que “dos Sentinelese armados salieron apresuradamente a gritar”, así que decidió presentarse. “Mi nombre es John, los amo y Jesús los ama”, gritó de vuelta cuando estaba a solo unos centímetros de ellos.
Pero rápidamente tuvo que correr para salvar su vida. De acuerdo a su relato, un pequeño niño de unos 10 años le lanzó una flecha que quedó clavada en su Biblia, lo que lo salvó de morir… pero allí pudo ver lo afilada que estaba la punta de metal y comenzó a sentir miedo.
Por suerte su canoa no había sido intervenida por los salvajes y pudo regresar a una zona segura. Allí, reflexionó sobre lo que había vivido y le escribió a Jesús. “Si quieres que me disparen o incluso que me maten con una flecha, que así sea”, escribió. “Sin embargo, creo que podría ser más útil con vida, pero a ti, Dios, te doy toda la gloria de lo que pase”.
Pero ese encuentro cercano con la muerte lo hacía dudar en continuar su misión. “Es raro. En realidad no, es natural: tengo miedo. Lo dije. También estoy frustrado y tengo incertidumbre, ¿vale la pena ir a pie para encontrarme con ellos?”… y su pregunta fue respondida inmediatamente en las siguientes líneas: “¡NO QUIERO MORIR! ¿Sería más prudente irse y dejar que alguien más continúe? No, no lo creo. Todavía podría regresar a Estados Unidos de alguna manera, ya que casi parece una muerte segura quedarse aquí”.
Sin embargo, parece decidido a continuar: “Lo intentaré de nuevo mañana”.
Y en caso de que no volviera, que era una gran posibilidad, dejó escrito que lo perdonaran. “Padre, perdónale a él (al niño que le disparó) y a cualquiera de las personas en esta isla que intenten matarme… y especialmente perdóname si tienen éxito”.
Y en unas líneas más abajo, contó sobre su plan para volver a la isla. Le pediría a los pescadores que lo dejaran cerca de la isla y luego se fueran, para que no tuvieran que dar testimonio de su muerte si la misión no funcionaba y así él podría estar en paz. De todas formas, le pediría a los hombres que regresaran más tarde.
Las últimas notas de Chau, están fechadas entre el 14 al 16 de noviembre, pues a la mañana siguiente, cuando los pescadores regresaron, vieron a personas de la tribu arrastrar el cuerpo de Chau a través de la playa y luego enterrarlo en la arena.
Por este hecho fueron arrestados 7 pescadores bajo sospecha de llevar a Chau a la isla y se registró como un caso de asesinato, sin embargo, la madre de Chau, Lynda Adams -que cree que su hijo está vivo gracias a sus oraciones- pidió que los liberaran, asegurando que su hijo había ido a la isla por voluntad propia.
http://www.upsocl.com/mundo/revelan...G4oACQr01fl90MrtxS83jonjGk#Echobox=1542907799
Última edición: