El 80% de la fuerza laboral son Pymes, y el 20% gran empresa, es decir el 80% de los trabajadores chilenos gana un sueldo entre el sueldo mínimo 195.000 a 400.000 apróx lo que equivale a tener un gran porcentaje de pobreza, es decir los niveles de pobreza en Chile son mucho mayores a los montos y cifra que da el Estado. Por lo cual el candidato Marcel está en justa razón de proporciones. Sólo mirando la configuración urbana en Chile se despliega fácilmente los niveles de pobreza aberrantes, como gente viviendo en faldas de cerros en viviendas realmente inhóspitas. Las grandes empresas en concordancia y alineadas para concentrar la riqueza e impedir que otras empresas pequeñas compitan y entren en el mercado creando monopolios, esto hace que las medianas empresas y pequeñas empresas no puedan crecer y mejorar sus niveles de ventas y servicios para generar mayores ingresos y que puedan pagar estas mayores y mejores remuneraciones. Más encima AFPs que prestan dinero de trabajadores pobres a ricos terratenientes como Paullmann para concretar sus vergonzosas construcciones son asidero de nada nada si no con el claro fin de potenciar sus inversiones en zonas ricas de Chile, es decir construyen infraestructura del primer mundo con sueldos del cuarto mundo. Mejor no hablemos del sector poniente de Santiago y los arrabales de las comunas más pobres de Chile, es espantoso ver en Valparaíso a un conjunto de barrios pobres enclavados en los cerros llamándole monumento patrimonio cultural. Quizás a la Pintana con el correr del tiempo la Unesco la declarara patriminio cultural arquitectónico. La visión de calidad de vida y pobreza en Chile está totalmente descontextualizado por los economistas del Estado, toda esta wea es una aberración económica y social. Así con el librito del Ladrillo que prometía sacar a Chile de su atrazo y pobreza, termino enriqueciendo a las mismas familias ladronas de siempre, dueñas de universidades privadas, grandes empresas, retail, bancos, etc.