Lo imaginé, pero no quise desparramar mierda junto a mi consulta sin saber antes su apreciación.
Lo entiendo perfectamente. Puta que es gratificante llegar a la casa cargado del supermercado, aunque sea un paquete de vienesas, algunos de fideos y un kilo de arroz.
Por lo que me cuentan amigos ese tipo de mujeres empoderadas está acostumbrada a mantener su casa, solventar sus gastos y pagar caprichos y lujos varios (viajes en vacaciones, sesiones de masajes, empoderamiento visual, entre otras joyas), pero llegado el momento exigen que el hombre sea el único que mantenga la casa en común. Ojalá su caso sea la excepción, aunque Julio no pinta nada de bien según su posteo. Incluso es posible que las féminas de ese estilo efectivamente amen a sus parejas, pero llegado el momento crucial consideran factores que no corresponde evaluar, dejan de lado lo importante y deciden como las weas. Los más felices son los gatos, sozí.