Si el supervolcán de Yellowstone hiciera erupción, una
lluvia de cenizas recubriría la totalidad de Estados Unidos por décadas. Las condiciones climatológicas se modificarían, dada la magnitud de la formación geológica que descansa, todavía activa, debajo del Parque Nacional. La calidad del aire se volvería completamente tóxica, terminando con la
vegetación y diversidad de fauna como la conocemos.
Los estados circundantes a Utah se verían gravemente afectados. Montana, Idaho y Wyoming, que están más cerca de la reserva natural, se devastarían por los flujos piroclásticos. De la misma manera, según el
USGS, las
consecuencias se apreciarían a nivel global. A pesar de que esto es cierto, las autoridades señalan que
es muy poco probable que un evento así suceda en, al menos, miles de años.
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