"En rigor es un libro que comenzó a plantearse la pregunta por allá por 1970, que se fue ampliando, ramificando, y comencé a responder con distintos estudios, investigaciones, artículos, libros, en fin, hasta que tuve todo el material necesario para escribir este libro” “Yo voy a hablar desde la ciudadanía, mirando la clase política, lo más científicamente posible. Por eso está lleno de testimonios, fuentes, documentos. En Chile nunca se había hecho un estudio sobre la clase política"
Salazar asegura que en Chile claramente “nunca hemos tenido una clase política representativa”. “Durante al menos 130 años, la oligarquía que gobernó a Chile no fue electa, sino que al revés, ella manejó sus propias elecciones, a veces brutalmente. Todo el aparato electoral estaba manipulado por ellos”. Esto explica uno de los epígrafes del libro, que cita al aristócrata Luis Orrego Luco, que ya en 1915 señalaba que “en nuestras ilusiones no podíamos convencernos de que no tuviéramos ciudadanos”.
Esta manipulación terminó en los años 40, pero mediante la institución del voto individual, el cual distorsiona la voluntad popular porque, en su opinión, esta reside en las asambleas ciudadanas y comunales, como aquellas que existieron en la época colonial (los cabildos, destruidos por Diego Portales) y los albores de la República (con las mutuales, disueltas por el Código Laboral de 1981) y que en la actualidad han vivido un renacimiento, como lo muestran las asambleas de estudiantes secundarios. “Si no hay un colectivo que delibere, no hay soberanía”, sentencia. “Cuando el individuo vota, no delibera”.
Esta situación le viene como anillo al dedo a la clase dominante.