Sandinama
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Alberto Fernández consigue más del 47% de los votos frente al 32% de Mauricio Macri y tiene la presidencia al alcance de la mano
"A VOLVER, VAMOS A VOLVER"
A las nueve de la noche había una multitud reunida dentro y fuera del búnker del Frente para Todos. Sabían que habían ganado, pero esperaban los primeros resultados oficiales para conocer el margen. Una hora después, los datos aún no habían salido y nadie podía creer lo que les llegaba a través de los fiscales de mesa: por lo bajo se hablaba de una diferencia superior a los 10 puntos y se soñaba con ganar las presidenciales en primera vuelta en octubre.
Cuando Macri reconoció la derrota, aún sin resultados oficiales, en el búnker se volvió difícil contener la sensación de que habían vencido por paliza. Se confirmó pocos minutos después: 47% a favor del Frente de Todos frente al 32% de Juntos por el Cambio. El público estalló en aplausos, abrazos y cánticos: "Perón, Perón, qué grande sos", "A volver, a volver, vamos a volver".
Los cánticos no cesaron en el resto de la noche, mientras los principales protagonistas subían al escenario entre gritos de "Kicillof, Kicillof" y "se siente, se siente, Alberto presidente". La felicidad se replicaba puertas afuera, sobre la avenida Corrientes, que fue cortada al tránsito a medida que más y más gente se acercaba a celebrar el triunfo.
Pasada la medianoche, cuando los discursos terminaron y la multitud comenzó a dispersarse, la fiesta siguió en las calles. Como si se tratase de una victoria futbolera, numerosos automovilistas saludaban con bocinazos a quienes veían con una bandera argentina en las inmediaciones del búnker. "Chau Macri", les gritaban a modo de respuesta quienes volvían a casa con una sonrisa en la cara. El presidente argentino pidió a la gente que se fuese a dormir. Los peronistas respondían que les sería muy difícil.
"A VOLVER, VAMOS A VOLVER"
A las nueve de la noche había una multitud reunida dentro y fuera del búnker del Frente para Todos. Sabían que habían ganado, pero esperaban los primeros resultados oficiales para conocer el margen. Una hora después, los datos aún no habían salido y nadie podía creer lo que les llegaba a través de los fiscales de mesa: por lo bajo se hablaba de una diferencia superior a los 10 puntos y se soñaba con ganar las presidenciales en primera vuelta en octubre.
Cuando Macri reconoció la derrota, aún sin resultados oficiales, en el búnker se volvió difícil contener la sensación de que habían vencido por paliza. Se confirmó pocos minutos después: 47% a favor del Frente de Todos frente al 32% de Juntos por el Cambio. El público estalló en aplausos, abrazos y cánticos: "Perón, Perón, qué grande sos", "A volver, a volver, vamos a volver".
Los cánticos no cesaron en el resto de la noche, mientras los principales protagonistas subían al escenario entre gritos de "Kicillof, Kicillof" y "se siente, se siente, Alberto presidente". La felicidad se replicaba puertas afuera, sobre la avenida Corrientes, que fue cortada al tránsito a medida que más y más gente se acercaba a celebrar el triunfo.
Pasada la medianoche, cuando los discursos terminaron y la multitud comenzó a dispersarse, la fiesta siguió en las calles. Como si se tratase de una victoria futbolera, numerosos automovilistas saludaban con bocinazos a quienes veían con una bandera argentina en las inmediaciones del búnker. "Chau Macri", les gritaban a modo de respuesta quienes volvían a casa con una sonrisa en la cara. El presidente argentino pidió a la gente que se fuese a dormir. Los peronistas respondían que les sería muy difícil.