Estaba igual que tu hace un par de años. Yo diría que entre los 20-24 fué la última gran época de mi era juventud. Tenía un grupito de 4-5 weones, amigos de años. Era wea que bien seguido hacíamos algo y lo pasabamos bien. Por mi parte, era un weón piola, buen chato, bien lúdico, dinámico, no me iba mal con las minas, siempre tenía algo que hacer. Si no era con ellos, era con otras. Sí, en algún momento de mi vida, tuve amigas. Cuando llegaba el viernes, era el primer weón al pie del cañón. Tuve hasta una pololita en ese periodo. Buenos tiempos...
Bueno, pasaron los años y me volví sin darme cuenta, un hombre trabajólico y un antroniano. Hay un punto en el que no te importa llegar a casa, hacer un par de weas banales, dormir y al otro día repetir. Yo le llamo: "punto de no retorno". Cuando llegué a ese punto, me di cuenta que ya practicamente no salía de casa (salvo contadas ocaciones como cumpleaños/partidos), me daba paja, prefería quedarme viendo una película, jugando play, siempre encontraba una excusa para no abandonar mi zona de confort. Mi círculo social se redujo al máximo, al punto de perder todo contacto con gente que antes si mantenía comunicación para algún panorama o cualquier cosa, dejé de usar redes sociales, en el fondo, mis energías se consumieron junto con mi motivación. Hay un momento en que le empiezas a agarrar el gustito a la soledad, en que se vuelve adictiva. Me mantuve en ese ritmo, de los 25 hasta como los 28. 3 años preocupado solo de mí. Estás tan centrado en tí mismo, que practicamente el entorno a tu alrededor pasa a segundo plano en tu vida. El punto de quiebre, fué mi cumpleaños número 28. Aparte de recibir los saludos respectivos de un par de familiares, esa fecha pasó sin pena ni gloria, como nunca. Lo recuerdo con cariño, me terminé tomando unos copetes en mi casa solo
Ni ahí con la wea, hoy me lo tomo con humor. Esa noche entre alcoholes reflexioné sobre el paso del tiempo, las cosas que dejé de hacer, los amigos/conocidos que quedaron atrás. Ahí me dije: "puta que estay cambiao wn", para bien o mal, era el camino que estaba tomando mi vida. Nada depresivo, simplemente, reflexiones de un hombre solitario.
Bueno, hoy digamos que no soy roberto carlos y no tengo un millón de amigos. El tiempo pasa y no en vano. Es imposible volver el tiempo atrás y retomar todo. La gente sigue su vida y bien por ello. Yo sigo caminando solo en la mía y acostumbrado. Pero me trazé un objetivo: vivir más. Así de simple. Hacer cosas que no transformen mi vida en una rutina, tan simple como eso.
En conclusión tu eliges: haces algo por ti o miras como se te pasa la vida frente a tus ojos. Yo opté por lo primero.
Saludos