Estos recursos podrían haber sido perfectamente redirigidos a tratar patologías de relevancia: aumentar el espectro de campañas de vacunación, a seguir avanzando en las políticas públicas destinadas a mejorar la nutrición infantil, en campañas comunicacionales para motivar la práctica de una vida saludable, áreas verdes, entre tantas otras. Me parece ofensivo que se destine a uso estético, y más aún a personas (que a juzgar por la fotografía) tienen un claro desorden alimenticio, que debiese ser tratado en primer lugar, antes de una cirugía.
El no tratar este problema desde sus raíces psicológicas (ansiedad, compulsión, trastornos de atracón, etc.) simplemente genera un cículo vicioso, que resulta más redondo que las guatonas que aparecen ahí.