Por varias razones:
- Porque ese relato de derecha libertaria (libertad, libre mercado, autodeterminación, dinero,
), que por lo demás no es de "centro" en ninguna sociedad decente, es tan caricaturesco y erroneo como la idealización marxista-leninista de la sociedad. Es como comprarle todo lo que dice a Axel Kaiser
- Porque en países con la desigualdad e injusticia redistributiva que existe en Chile y Latinoamérica, no puedes pretender vender libertades y derechos que solo el dinero -que no tienen- puede comprar, como el "derecho de elegir la educación".
- Porque, cuando lo hacen, inmediatamente salen a contrastar sus ideas comparandose a los modelos más que fracasados de Cuba, Venezuela, Corea del Norte, siendo que no hay que ser un genio para saber que hay varios otros países con un Estado que entrega garantías sociales decentes, pero que nadie diría jamás que no son, en esencia, capitalistas (Alemania, Suecia, Finlandia, Canadá, etc.), y que gran parte de la centro-izquierda no está precisamente por destruir el capitalismo.
- Porque, a diferencia de otros países donde la derecha al menos se ciñe a la democracia, al republicanismo y al Estado de Derecho, las derechas latinoamericanas han usado dictaduras y el poder de las armas para imponer sus modelos de desarrollo, sin el debate democrático o siquiera la civilidad que ello necesita. Y no hablo solo de las dictaduras en Guerra Fria, sino que la historia latinoamericana está marcada por una derecha que incluso mata a otros para defender sus ideas.
- Porque nuestra derecha en general no es tan libertaria: Son pechoños (de la boca para afuera, al menos), con una visión bastante clasista y segregadora de la sociedad. Aunque alguien externo a ellos, por mucho "mérito" que haya tenido, llegue a los espacios donde ellos están, aún así no será parte 100% de esa sociedad de élite.
- Porque para ganar elecciones no resulta publicitar al 100% el ideario de derecha. Lo adaptan para vender la imagen aspiracional de mayor -y mejor- empleo, y por lo tanto, más dinero para consumir, y reforzando de forma tangencial la imagen individualista de "mi dinero, pago solo por mis derechos", pero sin decirlo directamente.