Dicen esos tipos (y bertas zurdas frenteamelistas) que eso es arte, una expresión de rebeldía y que es mejor que las propagandas pegadas en los vagones.
Primero, no es arte. Solamente unos rayados feos que demuestran sin querer su visión anti estética.
Segundo, es un acto de rebeldía que termina en una pobre viejita (que podría ser la abuela) limpiar su "protesta.
Tercero, gracias a las propagandas pegadas en los vagones, es que el metro se financie. Por último, se retiran esos adhesivos sin mayores problemas y los rayados quitan tiempo y dinero para sacarlos.
Cuarto, arriesgar la vida, atrasar al resto de los mortales y ganarse el odio de las personas para rayar unas weas que nadie entiende y que tampoco la desea ver.
