"nosotros, buscadores del conocimiento, permanecemos desconocidos para nosotros mismos.
Con buena razon: nunca nos hemos buscado.
¿Como podremos encontrarnos algún día?
Nuestro tesoro será encontrado en las colmenas del conocimiento. Las abejas siempre buscan a los coleccionistas de la miel de la mente.
Nuestros corazones están puestos en una sola cosa: traer algo a casa.
En cuanto a lo demás, en cuanto a la vida, con sus supuestas experiencias? ¿Quien de nosotros las toma en serio?¿Quien tiene el tiempo para hacerlo?
¿Quien oye el reloj dar las doce?
... Y una vez despierto se pregunta a si mismo: ¿Qué acaba de dar el reloj?
Así frotamos nuestras orejas después que sucedió y nos preguntamos sorprendidos: ¿Qué hemos experimentado?
Entonces intentamos, después que sucedió como acabo de decirlo, contar a través de las doce campanadas de nuestra experiencia, nuestra vida, nuestro ser y perdemos la cuenta en el proceso.
Somos desconocidos para nosotros mismos. No nos entendemos.
Respecto a nosotros, no somos buscadores de conocimiento."