Y aquí me dejaste, con tu memoria, parte de tu alma en mi corazón.
Fue tan difícil dejarte partir, mi Bonita. Fuiste una de las mejores cosas que me ha pasado en esta vida, y siempre te voy a recordar, cuando dormías conmigo, me ronroneabas toda la noche, cuando me buscabas para recibir cariño, cuando llegaba más cansada que la chucha a la casa y ahí estabas tú, mirandome con esos inocentes ojos, recibiendome como si no me hubieras visto en años.
Fue una de las decisiones más difíciles, pero verte sufrir era una agonía, más tuya que mía, ya no te podías, tenías la mirada cansada y perdida, y cuando me mirabas podía ver el dolor en tu rostro. La última noche contigo en mi cama fue la más triste, pero la más importante.
Nunca estaré 100% segura de que si fue la decisión correcta, pero haber estado contigo hasta tu último aliento me hizo entender que ya no había más dolor. Ya pudiste descansar.