He escuchado en la calle a personas comunes y corrientes, y hago esta descripción porque son todos aquellos que no han perdido su tiempo en salir a marchar y si bien se quejan de como el tema les ha afectado sus vidas cotidianas y que lo correcto es que las cosas vuelvan a cierta normalidad, pero al mismo tiempo he oído más comentarios en la línea de que el presidente tiene que hacer algo, que esta semana es clave o que algo debe ofrecerse o decirse al país. Están chatos de las marchas y destrozos pero lo preocupante es que están empezando a hartarse del presidente que no hace nada según ellos.
No vaya a ser que así como la revolución soyera le explotó en la cara a Piñera, al final los que trabajan y paran la olla terminen por explotar ellos también.