Depende de la situacion. Diferentes casos. Hay argentinos hijos de chilenos que han jugado gran parte de su vida en Chile por ejemplo. Otros casos en que no han jugado ni vivido en Chile yo ni los consideraria.
Hasta Matias Fernandez nacio en Buenos Aires pero siempre se considero chileno. Arias pese a sus cagadas tambien, de hecho se juntaba con los chilenos en racing.
Una cosa es
ser chileno en base a la ley (Art. 10 y ss., CPR) y otra, es el
sentirse como tal. El primero, es un criterio claro que - aunque no gusta a muchos - es el parecer del legislador (el polémico criterio del
ius solis).
Podríamos mencionar diversos casos de extranjeros afincados en el país y que se sintieron tanto o más chilenos que cualquier nacido; pero el criterio imperante en los deportes (y que trajó polémicas por el
colombiano Byron Castillo), es el de nacionalidad.
El extranjero no siente a la selección, porque la ve como un trampolín para hacer carrera; o derechamente, una oportunidad para no ser descarte en su país de origen (Ej. El sueco Miiko Albornoz, quiso jugar por Chile a las clasificatorias 2014 puesto que Suecia llevaba dos mundiales sin clasificar; de lo contrario, no se venía a Sudamérica) o los cientos de argentinos nacionalizados que pululan por el mundo, carentes de oportunidades en su país.
Ya en el rugby, el problema de nominar a extranjeros ha remecido el carácter que define a una selección nacional de cualquier especie (En la última Copa Mundial de Japón 2019, sólo 3 de 24 países no tenían jugadores nacionalizados;
Uruguay, Namibia y Argentina). A las eliminatorias del torneo nipón, Rumania quedó descalificada por alinear un par de tonganos que ni llevaban dos años como ciudadanos o residentes. Sin ir más lejos, España - habiendo clasificado - quedó fuera por un francés
no elegible.
(Al presente, World Rugby ya decidió que todo extranjero podrá ser elegible para un país, en la medida que tenga un mínimo de 5 años de naturalización; a fin de evitar aberraciones como Italia llena de argentinos, sudafricanos e irlandeses, Rumania con samoanos, España con franceses, Japón con sudafricanos y oceánicos, etc.)
Volviendo al fútbol, hay varios ejemplos que demuestran la mayor cohesión de los equipos con nóminas cerradas o criterios elitistas, ya por nacionalidad (Ej. Athletic de Bilbao, sólo vascos / Chivas, sólo mexicanos / El Nacional de Ecuador, sólo ecuatorianos) o sociales (Beitar Jerusalem,
no árabes ni musulmanes / Rangers FC, no católicos hasta algún tiempo atrás, etc.)
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