"Si Occidente deja a Rusia a su suerte se convertirá en una gigantesca Corea del Norte"
Boris Bondarev es el único diplomático ruso que ha renunciado a su cargo criticando abiertamente la guerra de Vladímir Putin. Su experiencia en el Ministerio de Exteriores explica los grandes reveses de Moscú en la guerra
Una interesante entrevista a un diplomático ruso que renuncio en protesta, y explica varias cosas sobre la guerra, empezando porque los rusos terminaron creyéndose su propia propaganda sobre su ejercito y de que los ucranianos los recibirían con flores y ovaciones.
"Si quieres enfrentarse a Occidente, que tiene
un poder económico, militar y político combinado muy superior al de Rusia, tienes que aceptar que habrá más fracasos que éxitos. Es natural. Si eres diplomático o un funcionario de información ruso, pronto te verás informando de muchos más fracasos que éxitos. Pero Moscú no quiere escuchar malas noticias. Nadie quiere asumir los errores y problemas. Y si informas de muchos fracasos acabarás siendo
el principal sospechoso y te echarán la culpa", relata el exfuncionario, quien estuvo destinado en países como Camboya y Mongolia.
Entonces, explica Bondarev, los diplomáticos son instruidos para seleccionar con pinzas los elementos que se incluirían en los informe que envían a Moscú. En estos reportes nunca se dirá que un país está frontalmente en contra de la postura rusa, sino que se presentarán citas selectas que dan a entender un respeto o comprensión hacia los postulados del Kremlin. Incluso apoyo tácito, que no puede hacerse público por el temor a la presión de Estados Unidos. "Algo así será mucho mejor recibido en el Moscú. No es un fracaso. Es la mitad del camino hacia el éxito.
El truco es siempre culpar a Estados Unidos. Es el enemigo universal, está en todos los sitios y es el origen de todos nuestros problemas y responsable de nuestros fracasos. Suena divertido, pero es como piensan estos tipos de Moscú".
"Cuando ves todos esos cables de todos esos embajadores, día a día, año a año, entiendes que quién los recibe y los lee está
haciéndose una idea muy distinta del mundo. Y luego toman decisiones basadas en estos informes falseados". Decisiones como lanzar una invasión contra un país vecino.
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Creo que Putin tiene que estar muy decepcionado con su Gobierno.
Debe pensar que está rodeado de idiotas. Y también debe estar molesto porque los ucranianos osaron resistir y derrotar a sus tropas. También está furioso con Occidente. Creo que todo esto es muy personal para él. Como dije, es su guerra. Se siente desafiado personalmente. Por eso no puede haber negociaciones reales con Ucrania o un alto al fuego. Si las hay, solo será para rearmarse y volver a atacar.
Y si no es derrotado en Ucrania, atacará a otro exestado soviético".
En los primeros compases de la guerra, la diplomacia de
yes men (que siempre dan la razón) reventó. La
blitzkrieg de Putin se desmoronó ante la inesperada resistencia de Ucrania, que mantuvo el control de todas sus grandes ciudades y a su presidente Volodímir Zelenski, firmemente al mando. El Gobierno no huyó, los ucranianos prorrusos no se lanzaron a las calles a recibir a las tropas invasoras y los aliados occidentales cerraron filas con Kiev, política, económica y militarmente. Y, más grave aún para el Kremlin,
se destapó el gran trampantojo del Ejército ruso, que lejos de ser una superpotencia militar,
ha mostrado un desempeño técnico, táctico y logístico muy pobre y, por momentos, humillante. Parte de este fiasco se remonta a 2014, cuando Moscú fue sancionado tras la anexión unilateral de Crimea y el apoyo a los levantamientos separatistas del Donbás.
"Esas sanciones afectaron a todo tipo de productos de alta tecnología imprescindibles para el armamento moderno. Todo eso lo importábamos de Europa, EEUU o Japón, y tuvimos que empezar a meter las piezas de contrabando en el país.
Meter cinco, 20 o 50 es posible. ¿Pero 500? No puedes contrabandear a nivel industrial, ni tampoco el mantenimiento o los repuestos. Por eso vemos ahora que el Ejército ruso tiene escasez de misiles de precisión, de repuestos, de visores infrarrojos para tanques y sensores para artillería y aviación".
En paralelo,
la corrupción fue degradando las capacidades bélicas rusas. "Rusia compra ahora drones primitivos a Irán, que incluso tiene una producción más sofisticada que la rusa. Y los miles de millones que Rusia invirtió en drones fueron robados o malgastados. Tenemos réplicas baratas de modelos israelíes o incluso chinos. A veces compran drones chinos, les ponen una etiqueta
made in Russia y los muestran a los fotógrafos antes de mandarlos al frente como si fueran rusos. Suena estúpido, pero es así. Y
nadie en Moscú se dio realmente cuenta de este elemento de degradación, engañados por las mentiras de su propia propaganda. ¿Quién se iba a atrever a llevarle la contraria a los jefes?".
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La lección aquí es que si Rusia quiere hacer una transición, necesitará ayuda de los países democráticos. Putin no es para siempre, su régimen caerá algún día. Será una situación dura, muy diferente a la de los 90. Esta vez habrá sanciones, no habrá inversores, ni perspectivas. Y podemos caer en otra espiral desesperanza que nos lleve a repetir estas tristes experiencias una y otra vez", avisa Bondarev. "
Si Occidente deja a Rusia a su suerte se convertirá en una gigantesca Corea del Norte", concluye.
Fuente y el resto de la entrevista:
Boris Bondarev es el único diplomático ruso que ha renunciado a su cargo criticando abiertamente la guerra de Vladímir Putin. Su experiencia en el Ministerio de Exteriores explica los grandes reveses de Moscú en la guerra
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