• ¿Quieres apoyar a nuestro foro haciendo una donación?, entra aquí.

¿Por qué muchos metaleros tienden a ser de derecha?

Lo último que me queda de metalero es la chasca larga. Y cuando lo era, siempre fui antiderecha; los amigos que conservo de ese tiempo aun me dicen comunista de mierda.

pd :idolo: Nano Stern
 
El metalero tiende a identificarse siempre con aquello que no es "políticamente correcto".

Ahora bien, me referiré exclusivamente al caso Chileno:

En los 80, "políticamente correcto" era ser simpatizante (o tolerante al menos) con el régimen militar. Ser de izquierda en ese entonces era ser "rebelde". ¡Y ojo! ser de izquierda a nivel mundial era muy distinto en esa época de lo que es hoy. Ser de izquierda en los 80 era simpatizar con el militarismo soviético (Cubano o el de la RDA), era simpatizar con las guerrillas de liberación nacional en Asia y África, además de las guerrillas urbanas Europeas y Latinoamericanas. Tenía una impronta netamente subversiva, incluso diría machista y verticalista.

Súmenle a esto que a nivel mundial, la propaganda sionista (hasta bien entrados los 90, sólo recuérdenlo) logró sus efectos: el fascismo era visto en todo occidente como un verdadero demonio, "reductio ad Hitlerum", absolutamente nada de lo que se pareciera fascismo podía ser bueno. Y los judíos eran vistos a nivel mundial como "pobres víctimas del holocausto". Y en Chile, eso era tenido cómo una verdad absoluta. No era corrección política, era un dogma.

Y es por eso que el metalero chileno de los 80 tendía a ser de izquierda...porque en ese entonces, era no ser políticamente correcto.

¿Pero en que se ha convertido "ser de izquierda" hoy en día? Simpatizar con el igualitarismo, el pacifismo, la tolerancia con los homosexuales y diversas minorías, la protección a los débiles, a los animales, al medioambiente, etc....¡Se ha convertido en lo políticamente correcto! cualquiera que discrepe de estos valores es mal mirado. El zurdo de los 80 es muy distinto al actual.

Claramente, esos valores no representan al metalero clásico (el cliché "violencia, guerra, destrucción"). El metalero se considera a sí mismo como un rebelde, no va a concordar con lo que es políticamente correcto.Y es por eso que los metalheads chilenos han tomado un giro.

Súmenle a todo esto que la llegada de la internet ha traído consecuencias importantes. En los 80, dado que pocos sabían inglés y llegaba muy poco material, ningún metalero notaba las referencias directas al nazismo de muchas de las bandas y músicos. La proliferación del Black Metal Noruego contribuyó al fenómeno.

Slayer_Textile_Poster_8645.JPG
Wehrmacht-logo.jpg
bscap0011.jpg

jeff_hanneman-slayer.jpg

1256496105538_f.jpg
A esto hay que sumarle el creciente desprestigio de los judíos en Chile. En los 90, los judíos aun tenían una gran valoración entre la sociedad (nadie se atrevía a criticarlos). Pero con la internet han proliferado los diversos cuestionamientos tanto al sionismo como a la acción de los grupos de presión judíos (pe: Plan Andinia)

Paralelamente, los diversos grupos neofascistas han proliferado desde la década de los 90 en gran parte del territorio occidental. La valoración misma del nazismo ya no es tan negativa como era hace una década y media.

Es por eso que los metaleros chilenos actuales tienden a ser de derecha. Y no me refiero a la derecha conservadora-liberal que predomina en Chile (RN-UDI), dudo que los metaleros actuales simpaticen con ellos, o siquiera voten por ellos. Tienen más que una ideología, una "simpatía" al fascismo, muchas veces de forma inconsciente, que simplemente no ha sido canalizada por los partidos del stablishment chileno.

Y por último: el zurdo hace rato que dejó de escuchar metal, por considerarlo "violento y eurocentrista", ahora escucha la "nueva trova" ( :ohno: ), hip hop, o cualquier música con motivos andinos. El público que escucha metal se ha desplazado. Como anécdota personal, muchos de mis amigos del liceo, que eran metaleros, han dejado de escuchar metal (y han pasado a escuchar la música que anteriormente nombré) por verse acentuadas sus tendencias políticas zurdas.
 
Es curioso ese fenómeno pero es bastante cierto, yo me movía en esos ambientes y la cantidad de metaleros fachosos es considerablemente alta en comparación a la media de la población. Aunque para entender esto, hay que hacer algunas precisiones.
Si lo ven desde un punto de vista clasista y partidista, metaleros fachos no encontrarán.... prácticamente nadie se identifica con las clases altas (la gran mayoría de los metaleros son de clase media/baja) ni menos con cosas como el opus dei, evangelicos, RN, UDI, neoliberales, consumismo, empresarios, etc, la mayoría odia todo eso profundamente (por lo mismo dentro del ambiente metalero lo underground siempre será superior a lo mainstream o comercial).

Más bien la derecha a la que adhieren los metaleros tiene que ver con una visión propia y tal vez inconsciente que tienen de la realidad.... De partida son bien machistas (adhieren a los roles de género bien definidos) por lo mismo es que la homosexualidad es rechazada absolutamente dentro del ambiente metalero.... Desconfían del gobierno, de las corporaciones y de los partidos políticos por eso forman su propio "sub-cultura".... Rechazan todas las ideas modernas, hippies, progresistas y open mind que suelen ser apoyados por los grupos de izquierda.... Rechazan el pacifismo y el igualitarismo, por eso a muchos les fascina todo lo bélico , heróico, la segunda guerra mundial, etc... por lo mismo es que la gran mayoría es muy nacionalista y patriota (de ahí derivan las tendencias más neopaganas y místicas propias de escandinavia por ejemplo).
Pero si tenemos que hacer un "simil" con algún grupo más reconocible, los metaleros tienen mucho del tipico "redneck" norteamericano, de clase trabajadora, rural, de raza blanca, pero de ideas conservadoras y que es constantemente marginado por el sistema por lo que se termina rebelando ante este.

Para terminar dejo un análisis de Alex Kurtagic sobre el black metal (el estilo de metal más facho que hay y del cual derivan otros como el NSBM) bastante acertado a mi parecer:

La subcultura del black metal glorifica la guerra y el espíritu marcial. Las escenas de batalla son comunes en las portadas de los discos de black metal, y los músicos a menudo se fotografían blandiendo hachas o espadas y usando bandoleras, brazaletes con puntas y, ocasionalmente, cotas de malla. De igual forma, las letras celebran la guerra y la batalla, muchas veces heroica, pero siempre sangrienta. Este militarismo está a menudo envuelto en misticismo.

Los artistas black metal también enfatizan en la Naturaleza y el paisaje, pero una sensibilidad mórbida y mística es evidente incluso aquí. Ya esté inspirada en un pensamiento völkisch o simplemente en el ocultismo satánico, la Naturaleza es siempre concebida en términos espirituales, místicos y románticos. La estética black metal dicta que la noche y el invierno son eternos. Se prefieren los bosques de coníferas a los campos cultivados y jardines arreglados. Donde la glorificación de la guerra se mezcla con el misticismo de la Naturaleza, el énfasis permanece sobre esta última. En contraste, las bandas de viking metal y folk metal adoptan una perspectiva más obviamente völkisch, permitiendo la luz del día en sus paisajes y generalmente enfatizando lo idílico, como opuesto a la contra-Ilustración del Sturm und Drang.

La sensibilidad black metal no rechaza la cultura en favor de la Naturaleza sino que valoriza tanto a la cultura como a la Naturaleza, ambas concebidas orgánicamente, sobre la civilización, la que es concebida en términos mecanicistas y materialistas. En el universo del black metal, las ciudades nunca fueron construídas, la Revolución Industrial nunca ocurrió y la modernidad nunca llegó. A pesar de toda su beligerancia, el black metal es inherentemente nostálgico, una negación completa de la modernidad.

Dentro de este entorno emergió Bathory, influídos por Black Sabbath, Motorhead y el punk rock. Ya hemos visto cómo las temáticas satánicas de los primeros álbumes de Bathory fueron reemplazadas por otras nordicistas y paganas. Thomas Forsberg de Bathory articuló la visión de que el cristianismo era una religión foránea, una forma de conquista espiritual judaica que buscaba destruír y erradicar el paganismo europeo autóctono. Durante los años '90, este punto de vista llegó a ser ampliamente influyente en la subcultura del black metal, especialmente en Escandinavia.

El rechazo a la modernidad va de la mano con el rechazo al progresismo. Como los pensadores völkisch, los blackmetaleros, ya sean paganos, satánicos o simplemente suicidas, son pesimistas culturales. Su pesimismo está a menudo asociado con la adopción explícita de la tradicional visión cíclica de la Historia de la tradición indo-europea, en la cual la Historia comienza con una Edad Dorada que luego decae a través de una Edad de Plata y una de Bronce, hasta la actual Edad de Hierro o Edad Oscura (Kali Yuga), que está condenada a perecer debido a su propia corrupción o a través de una batalla final cataclísmica, de la cual surgirá una nueva Edad Dorada.

Referencias a pesimistas culturales tales como Nietzsche y Spengler, y a autores más místicamente inclinados como Julius Évola, Savitri Devi, Miguel Serrano y H.P. Lovecraft, son comunes en el black metal.

La respuesta está en la naturaleza de la génesis del heavy metal que siguió al colapso de la subcultura de la música popular de los años '60. Deena Weinstein (Heavy Metal: The Music and Its Culture, New York, 2000) identifica dos corrientes en esta génesis, una idealista y otra conservadora, que se fusionaron en el momento del nacimiento del heavy metal.
El heavy metal apareció en una época cuando su núcleo demográfico original ―hombres Blancos de clase obrera― estaba experimentando un creciente desplazamiento social, cultural, económico, político y demográfico, gracias a la creciente marea de feminismo radical, activismo Negro beligerante, legislación discriminatoria en favor de minorías en materia habitacional, educacional y laboral; inmigración no-Blanca desde el Tercer Mundo; y una seria recesión económica que llevó a los Blancos más marginados contra la pared. Estos acontecimientos contribuyeron a la formación de una implícita comunidad Blanca que era fuertemente etnocéntrica, la cual, en un mundo donde ser Blanco era cada vez más excéntrico, llegó a convertir en una insignia de honor su marginalidad negativa: los fanáticos del heavy metal son lo que Weinstein llama "parias orgullosos".




La cultura heavy metal fue definida por sus raíces en la clase obrera, y la cultura de clase obrera es por naturaleza conservadora, con roles masculinos y femeninos bien definidos, una disposición a expresar emociones fuertes y una desconfianza hacia el gobierno y las corporaciones. Es una cultura que está decididamente fuera de sintonía con el moderno liberalismo de moda. No es sorprendente entonces que el heavy metal tendiera a resistir los cambios radicales en su forma, que celebrara la masculinidad heroica y que se basara en un espíritu de integridad y autenticidad que deploraba su propia comercialización. En efecto, "para los fanáticos, quizás lo peor que se pueda decir sobre una banda de heavy metal es que se ha vuelto comercial". Sin embargo, el heavy metal ganó muchos adeptos entre las clases medias bajas, y las ramificaciones posteriores han seguido esta pauta. La clase media baja es el mismo sector demográfico que Mosse identifica como formulador de las críticas völkisch hacia la modernidad un siglo antes (George L. Mosse, The Crisis of German Ideology, Londres, 1966), y de hecho las características clave de la cultura heavy metal son altamente compatibles con aquellas críticas.
Incluso en sus formas más crudas, el black metal apela a una sensibilidad más elitista y culturalmente sofisticada que el género del que deriva, pero no ha cambiado radicalmente la postura básica anti-moderna, anti-liberal, anti-comercial y anti-cosmopolita que heredó del heavy metal. Sólo la hizo más seria: la profundizó ideológicamente, la elaboró artísticamente y la radicalizó meta-políticamente. Desde el principio, los blackmetaleros fueron parias orgullosos en el mundo moderno, y como tales, fueron receptivos a ideologías contrarias al establishment que fueran compatibles con la propia constitución del black metal.
En suma, una buena porción de las características intelectuales y estéticas del black metal es völkisch. Crowley, el satanismo y Tolkien también hierven en el caldero del black metal, sin duda, pero éstos también han sido considerados apropiados en la medida en que han sido compatibles con la visión del mundo völkisch. Por lo tanto, uno puede caracterizar plausiblemente al black metal como un renacimiento de la Revolución Conservadora, profundamente transformada en el contexto de una subcultura musical moderna, pero sin embargo reconocible.
 
La mayoría se compra el show del nacionalismo como el fascismo es nacionalismo...y los death/black metal europeos eran así son fachos.
Pero pico en el ojo con eso acá es como na que ver ser de derecha y ser fascista porque es una contradicción filosófica....(pq los de derecha venden los recursos naturales, su país, su cultura etc)

Y los trasher lo encuentro más cercano a los punkies pa pensar, pero eso depende po de la persona igual, no generalices xD
 
Es curioso ese fenómeno pero es bastante cierto, yo me movía en esos ambientes y la cantidad de metaleros fachosos es considerablemente alta en comparación a la media de la población. Aunque para entender esto, hay que hacer algunas precisiones.
Si lo ven desde un punto de vista clasista y partidista, metaleros fachos no encontrarán.... prácticamente nadie se identifica con las clases altas (la gran mayoría de los metaleros son de clase media/baja) ni menos con cosas como el opus dei, evangelicos, RN, UDI, neoliberales, consumismo, empresarios, etc, la mayoría odia todo eso profundamente (por lo mismo dentro del ambiente metalero lo underground siempre será superior a lo mainstream o comercial).

Más bien la derecha a la que adhieren los metaleros tiene que ver con una visión propia y tal vez inconsciente que tienen de la realidad.... De partida son bien machistas (adhieren a los roles de género bien definidos) por lo mismo es que la homosexualidad es rechazada absolutamente dentro del ambiente metalero.... Desconfían del gobierno, de las corporaciones y de los partidos políticos por eso forman su propio "sub-cultura".... Rechazan todas las ideas modernas, hippies, progresistas y open mind que suelen ser apoyados por los grupos de izquierda.... Rechazan el pacifismo y el igualitarismo, por eso a muchos les fascina todo lo bélico , heróico, la segunda guerra mundial, etc... por lo mismo es que la gran mayoría es muy nacionalista y patriota (de ahí derivan las tendencias más neopaganas y místicas propias de escandinavia por ejemplo).
Pero si tenemos que hacer un "simil" con algún grupo más reconocible, los metaleros tienen mucho del tipico "redneck" norteamericano, de clase trabajadora, rural, de raza blanca, pero de ideas conservadoras y que es constantemente marginado por el sistema por lo que se termina rebelando ante este.

Para terminar dejo un análisis de Alex Kurtagic sobre el black metal (el estilo de metal más facho que hay y del cual derivan otros como el NSBM) bastante acertado a mi parecer:

La subcultura del black metal glorifica la guerra y el espíritu marcial. Las escenas de batalla son comunes en las portadas de los discos de black metal, y los músicos a menudo se fotografían blandiendo hachas o espadas y usando bandoleras, brazaletes con puntas y, ocasionalmente, cotas de malla. De igual forma, las letras celebran la guerra y la batalla, muchas veces heroica, pero siempre sangrienta. Este militarismo está a menudo envuelto en misticismo.

Los artistas black metal también enfatizan en la Naturaleza y el paisaje, pero una sensibilidad mórbida y mística es evidente incluso aquí. Ya esté inspirada en un pensamiento völkisch o simplemente en el ocultismo satánico, la Naturaleza es siempre concebida en términos espirituales, místicos y románticos. La estética black metal dicta que la noche y el invierno son eternos. Se prefieren los bosques de coníferas a los campos cultivados y jardines arreglados. Donde la glorificación de la guerra se mezcla con el misticismo de la Naturaleza, el énfasis permanece sobre esta última. En contraste, las bandas de viking metal y folk metal adoptan una perspectiva más obviamente völkisch, permitiendo la luz del día en sus paisajes y generalmente enfatizando lo idílico, como opuesto a la contra-Ilustración del Sturm und Drang.

La sensibilidad black metal no rechaza la cultura en favor de la Naturaleza sino que valoriza tanto a la cultura como a la Naturaleza, ambas concebidas orgánicamente, sobre la civilización, la que es concebida en términos mecanicistas y materialistas. En el universo del black metal, las ciudades nunca fueron construídas, la Revolución Industrial nunca ocurrió y la modernidad nunca llegó. A pesar de toda su beligerancia, el black metal es inherentemente nostálgico, una negación completa de la modernidad.

Dentro de este entorno emergió Bathory, influídos por Black Sabbath, Motorhead y el punk rock. Ya hemos visto cómo las temáticas satánicas de los primeros álbumes de Bathory fueron reemplazadas por otras nordicistas y paganas. Thomas Forsberg de Bathory articuló la visión de que el cristianismo era una religión foránea, una forma de conquista espiritual judaica que buscaba destruír y erradicar el paganismo europeo autóctono. Durante los años '90, este punto de vista llegó a ser ampliamente influyente en la subcultura del black metal, especialmente en Escandinavia.

El rechazo a la modernidad va de la mano con el rechazo al progresismo. Como los pensadores völkisch, los blackmetaleros, ya sean paganos, satánicos o simplemente suicidas, son pesimistas culturales. Su pesimismo está a menudo asociado con la adopción explícita de la tradicional visión cíclica de la Historia de la tradición indo-europea, en la cual la Historia comienza con una Edad Dorada que luego decae a través de una Edad de Plata y una de Bronce, hasta la actual Edad de Hierro o Edad Oscura (Kali Yuga), que está condenada a perecer debido a su propia corrupción o a través de una batalla final cataclísmica, de la cual surgirá una nueva Edad Dorada.

Referencias a pesimistas culturales tales como Nietzsche y Spengler, y a autores más místicamente inclinados como Julius Évola, Savitri Devi, Miguel Serrano y H.P. Lovecraft, son comunes en el black metal.

La respuesta está en la naturaleza de la génesis del heavy metal que siguió al colapso de la subcultura de la música popular de los años '60. Deena Weinstein (Heavy Metal: The Music and Its Culture, New York, 2000) identifica dos corrientes en esta génesis, una idealista y otra conservadora, que se fusionaron en el momento del nacimiento del heavy metal.
El heavy metal apareció en una época cuando su núcleo demográfico original ―hombres Blancos de clase obrera― estaba experimentando un creciente desplazamiento social, cultural, económico, político y demográfico, gracias a la creciente marea de feminismo radical, activismo Negro beligerante, legislación discriminatoria en favor de minorías en materia habitacional, educacional y laboral; inmigración no-Blanca desde el Tercer Mundo; y una seria recesión económica que llevó a los Blancos más marginados contra la pared. Estos acontecimientos contribuyeron a la formación de una implícita comunidad Blanca que era fuertemente etnocéntrica, la cual, en un mundo donde ser Blanco era cada vez más excéntrico, llegó a convertir en una insignia de honor su marginalidad negativa: los fanáticos del heavy metal son lo que Weinstein llama "parias orgullosos".




La cultura heavy metal fue definida por sus raíces en la clase obrera, y la cultura de clase obrera es por naturaleza conservadora, con roles masculinos y femeninos bien definidos, una disposición a expresar emociones fuertes y una desconfianza hacia el gobierno y las corporaciones. Es una cultura que está decididamente fuera de sintonía con el moderno liberalismo de moda. No es sorprendente entonces que el heavy metal tendiera a resistir los cambios radicales en su forma, que celebrara la masculinidad heroica y que se basara en un espíritu de integridad y autenticidad que deploraba su propia comercialización. En efecto, "para los fanáticos, quizás lo peor que se pueda decir sobre una banda de heavy metal es que se ha vuelto comercial". Sin embargo, el heavy metal ganó muchos adeptos entre las clases medias bajas, y las ramificaciones posteriores han seguido esta pauta. La clase media baja es el mismo sector demográfico que Mosse identifica como formulador de las críticas völkisch hacia la modernidad un siglo antes (George L. Mosse, The Crisis of German Ideology, Londres, 1966), y de hecho las características clave de la cultura heavy metal son altamente compatibles con aquellas críticas.
Incluso en sus formas más crudas, el black metal apela a una sensibilidad más elitista y culturalmente sofisticada que el género del que deriva, pero no ha cambiado radicalmente la postura básica anti-moderna, anti-liberal, anti-comercial y anti-cosmopolita que heredó del heavy metal. Sólo la hizo más seria: la profundizó ideológicamente, la elaboró artísticamente y la radicalizó meta-políticamente. Desde el principio, los blackmetaleros fueron parias orgullosos en el mundo moderno, y como tales, fueron receptivos a ideologías contrarias al establishment que fueran compatibles con la propia constitución del black metal.
En suma, una buena porción de las características intelectuales y estéticas del black metal es völkisch. Crowley, el satanismo y Tolkien también hierven en el caldero del black metal, sin duda, pero éstos también han sido considerados apropiados en la medida en que han sido compatibles con la visión del mundo völkisch. Por lo tanto, uno puede caracterizar plausiblemente al black metal como un renacimiento de la Revolución Conservadora, profundamente transformada en el contexto de una subcultura musical moderna, pero sin embargo reconocible.


la wea seca:blink-80:
 
Yo conozco hartos metaleros y la mayoría son bullangueros, jamás fachos...
 
Porque les gusta escuchar weas sin sentido


tom-cruise-o.gif


la media perso :lol2:

---

Sobre el tema, son puras generalizaciones y estereotipos extraídos de ciertos círculos sociales, aunque no por eso menos válidos. Lo que es yo, conozco reguetoneros y bachateros de derecha, y hartos afeminados que gozan con la música romántica con tendencias derechistas también. Típico de babosos que creen que aferrándose al árbol les va a caer algo :lol2:
 
En mi época la mayoría eran wns imbéciles sin color color político, eran bien amariconaos pero con una postura ruda. También estaban los marginales, volaos, satánicos y uno que otro buena tela.

Lo único que unía a esos wns era la música y el olor a humedad.

Lo del chascón facho actual se me ocurre que está ligado a una tendencia musical en particular.
 
Porque el metal es una de las expresiones culturales del capitalismo :sisi:
 
Menos mal que aun quedamos los que escuchamos X tipo de musica solo por la musica, no por las weas politicas que puede traer o le pueden chantar a la fuerza :nonono:
 
La izquierda, toda sin excepción, te llenan la cabeza de mierda, te vuelves un robot, repitiento y creyendo tanta webada. Es un dogma que limita el crecimiento del hombre en todo sentido, hasta en el sentido físico porque no te impulsa a desarrollar capacidades físicas más que arrancar de los pacos cuando tiras una molotov cobardemente. CReo que con esas dos limitaciones de pensamiento de y aptitues físicas que te atrofia el pensamiento de izquierda es que no calza con un pensamiento que busca y expresa críticas claras y fuertes, a todo lo dogmático, sea religión sea comunismo...el pensamiento del metalero promedio busca poder pensar libremente sin que nadie te imponga una postura de ningún tipo, y como le gusta también agarrarse a combos necesita desarrollarse físicamente, por eso le da rechazo y detesta los barbones desaeados izquerdistas con tetas.

Por eso es más afín a la Derecha...es lo que he visto.

No más Rayback.

chaolín.
 
Volver
Arriba