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Lo último que me queda de metalero es la chasca larga. Y cuando lo era, siempre fui antiderecha; los amigos que conservo de ese tiempo aun me dicen comunista de mierda.
pd Nano Stern
y andabai hediondo a humedad o no?
Porque les gusta escuchar weas sin sentido
Es curioso ese fenómeno pero es bastante cierto, yo me movía en esos ambientes y la cantidad de metaleros fachosos es considerablemente alta en comparación a la media de la población. Aunque para entender esto, hay que hacer algunas precisiones.
Si lo ven desde un punto de vista clasista y partidista, metaleros fachos no encontrarán.... prácticamente nadie se identifica con las clases altas (la gran mayoría de los metaleros son de clase media/baja) ni menos con cosas como el opus dei, evangelicos, RN, UDI, neoliberales, consumismo, empresarios, etc, la mayoría odia todo eso profundamente (por lo mismo dentro del ambiente metalero lo underground siempre será superior a lo mainstream o comercial).
Más bien la derecha a la que adhieren los metaleros tiene que ver con una visión propia y tal vez inconsciente que tienen de la realidad.... De partida son bien machistas (adhieren a los roles de género bien definidos) por lo mismo es que la homosexualidad es rechazada absolutamente dentro del ambiente metalero.... Desconfían del gobierno, de las corporaciones y de los partidos políticos por eso forman su propio "sub-cultura".... Rechazan todas las ideas modernas, hippies, progresistas y open mind que suelen ser apoyados por los grupos de izquierda.... Rechazan el pacifismo y el igualitarismo, por eso a muchos les fascina todo lo bélico , heróico, la segunda guerra mundial, etc... por lo mismo es que la gran mayoría es muy nacionalista y patriota (de ahí derivan las tendencias más neopaganas y místicas propias de escandinavia por ejemplo).
Pero si tenemos que hacer un "simil" con algún grupo más reconocible, los metaleros tienen mucho del tipico "redneck" norteamericano, de clase trabajadora, rural, de raza blanca, pero de ideas conservadoras y que es constantemente marginado por el sistema por lo que se termina rebelando ante este.
Para terminar dejo un análisis de Alex Kurtagic sobre el black metal (el estilo de metal más facho que hay y del cual derivan otros como el NSBM) bastante acertado a mi parecer:
La subcultura del black metal glorifica la guerra y el espíritu marcial. Las escenas de batalla son comunes en las portadas de los discos de black metal, y los músicos a menudo se fotografían blandiendo hachas o espadas y usando bandoleras, brazaletes con puntas y, ocasionalmente, cotas de malla. De igual forma, las letras celebran la guerra y la batalla, muchas veces heroica, pero siempre sangrienta. Este militarismo está a menudo envuelto en misticismo.
Los artistas black metal también enfatizan en la Naturaleza y el paisaje, pero una sensibilidad mórbida y mística es evidente incluso aquí. Ya esté inspirada en un pensamiento völkisch o simplemente en el ocultismo satánico, la Naturaleza es siempre concebida en términos espirituales, místicos y románticos. La estética black metal dicta que la noche y el invierno son eternos. Se prefieren los bosques de coníferas a los campos cultivados y jardines arreglados. Donde la glorificación de la guerra se mezcla con el misticismo de la Naturaleza, el énfasis permanece sobre esta última. En contraste, las bandas de viking metal y folk metal adoptan una perspectiva más obviamente völkisch, permitiendo la luz del día en sus paisajes y generalmente enfatizando lo idílico, como opuesto a la contra-Ilustración del Sturm und Drang.
La sensibilidad black metal no rechaza la cultura en favor de la Naturaleza sino que valoriza tanto a la cultura como a la Naturaleza, ambas concebidas orgánicamente, sobre la civilización, la que es concebida en términos mecanicistas y materialistas. En el universo del black metal, las ciudades nunca fueron construídas, la Revolución Industrial nunca ocurrió y la modernidad nunca llegó. A pesar de toda su beligerancia, el black metal es inherentemente nostálgico, una negación completa de la modernidad.
Dentro de este entorno emergió Bathory, influídos por Black Sabbath, Motorhead y el punk rock. Ya hemos visto cómo las temáticas satánicas de los primeros álbumes de Bathory fueron reemplazadas por otras nordicistas y paganas. Thomas Forsberg de Bathory articuló la visión de que el cristianismo era una religión foránea, una forma de conquista espiritual judaica que buscaba destruír y erradicar el paganismo europeo autóctono. Durante los años '90, este punto de vista llegó a ser ampliamente influyente en la subcultura del black metal, especialmente en Escandinavia.
El rechazo a la modernidad va de la mano con el rechazo al progresismo. Como los pensadores völkisch, los blackmetaleros, ya sean paganos, satánicos o simplemente suicidas, son pesimistas culturales. Su pesimismo está a menudo asociado con la adopción explícita de la tradicional visión cíclica de la Historia de la tradición indo-europea, en la cual la Historia comienza con una Edad Dorada que luego decae a través de una Edad de Plata y una de Bronce, hasta la actual Edad de Hierro o Edad Oscura (Kali Yuga), que está condenada a perecer debido a su propia corrupción o a través de una batalla final cataclísmica, de la cual surgirá una nueva Edad Dorada.
Referencias a pesimistas culturales tales como Nietzsche y Spengler, y a autores más místicamente inclinados como Julius Évola, Savitri Devi, Miguel Serrano y H.P. Lovecraft, son comunes en el black metal.
La respuesta está en la naturaleza de la génesis del heavy metal que siguió al colapso de la subcultura de la música popular de los años '60. Deena Weinstein (Heavy Metal: The Music and Its Culture, New York, 2000) identifica dos corrientes en esta génesis, una idealista y otra conservadora, que se fusionaron en el momento del nacimiento del heavy metal.
El heavy metal apareció en una época cuando su núcleo demográfico original ―hombres Blancos de clase obrera― estaba experimentando un creciente desplazamiento social, cultural, económico, político y demográfico, gracias a la creciente marea de feminismo radical, activismo Negro beligerante, legislación discriminatoria en favor de minorías en materia habitacional, educacional y laboral; inmigración no-Blanca desde el Tercer Mundo; y una seria recesión económica que llevó a los Blancos más marginados contra la pared. Estos acontecimientos contribuyeron a la formación de una implícita comunidad Blanca que era fuertemente etnocéntrica, la cual, en un mundo donde ser Blanco era cada vez más excéntrico, llegó a convertir en una insignia de honor su marginalidad negativa: los fanáticos del heavy metal son lo que Weinstein llama "parias orgullosos".
La cultura heavy metal fue definida por sus raíces en la clase obrera, y la cultura de clase obrera es por naturaleza conservadora, con roles masculinos y femeninos bien definidos, una disposición a expresar emociones fuertes y una desconfianza hacia el gobierno y las corporaciones. Es una cultura que está decididamente fuera de sintonía con el moderno liberalismo de moda. No es sorprendente entonces que el heavy metal tendiera a resistir los cambios radicales en su forma, que celebrara la masculinidad heroica y que se basara en un espíritu de integridad y autenticidad que deploraba su propia comercialización. En efecto, "para los fanáticos, quizás lo peor que se pueda decir sobre una banda de heavy metal es que se ha vuelto comercial". Sin embargo, el heavy metal ganó muchos adeptos entre las clases medias bajas, y las ramificaciones posteriores han seguido esta pauta. La clase media baja es el mismo sector demográfico que Mosse identifica como formulador de las críticas völkisch hacia la modernidad un siglo antes (George L. Mosse, The Crisis of German Ideology, Londres, 1966), y de hecho las características clave de la cultura heavy metal son altamente compatibles con aquellas críticas.
Incluso en sus formas más crudas, el black metal apela a una sensibilidad más elitista y culturalmente sofisticada que el género del que deriva, pero no ha cambiado radicalmente la postura básica anti-moderna, anti-liberal, anti-comercial y anti-cosmopolita que heredó del heavy metal. Sólo la hizo más seria: la profundizó ideológicamente, la elaboró artísticamente y la radicalizó meta-políticamente. Desde el principio, los blackmetaleros fueron parias orgullosos en el mundo moderno, y como tales, fueron receptivos a ideologías contrarias al establishment que fueran compatibles con la propia constitución del black metal.
En suma, una buena porción de las características intelectuales y estéticas del black metal es völkisch. Crowley, el satanismo y Tolkien también hierven en el caldero del black metal, sin duda, pero éstos también han sido considerados apropiados en la medida en que han sido compatibles con la visión del mundo völkisch. Por lo tanto, uno puede caracterizar plausiblemente al black metal como un renacimiento de la Revolución Conservadora, profundamente transformada en el contexto de una subcultura musical moderna, pero sin embargo reconocible.
Porque les gusta escuchar weas sin sentido
Porque les gusta escuchar weas sin sentido