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¿Se han enamorado de una prostituta?

Voy a escribir un testamento.
El año 2000 había terminado recién la U y estaba en búsqueda de pega y como mis viejos me lo permitieron, ni weón, me tomé medio año sabático. Me dediqué a puro weviar. Muy cerca de donde yo vivía en ese tiempo en Temuco, por uno de los costados del gimnasio Bernardo O'Higgins había un Night Club que siempre me había intrigado, así que una noche fui (siempre iba a los sucuchos solo, no era una actividad que compartiera con amigos). Cuento corto, apenas llegué al topless me senté a ver cómo se empelotaba una weona en el escenario y casi al toque se sentó conmigo una de esas minas que te sacan copete. Andaba con una malla blanca y unos tremendos tacos. era chiquitita, pero era preciosa, era medio parecida a Jennifer López pero en una onda menos caribeña. Generalmente en los topless la idea es que las minas te saquen mucho copete durante la noche, o sino no vale la pena y estarían haciendo mal su pega, pero nos pusimos a conversar con esta minita y estuvimos hablando toda la noche y como cachó que no tenía muchas lucas nunca me pidió que le comprara más. habremos conversado como 4 horas con un puro copete en la mano. Yo no sé si puteaba, me dio a entender que no porque se ganaba decente de copetinera. Obviamente nos terminamos atracando y a la semana siguiente volví e hicimos lo mismo. Yo quería salir con ella por fuera, pero me decía que no había posibilidad. Esa misma noche me enteré que en realidad se trataba de una pendeja de 17 años, que tenía doble vida, en el día era escolar de jumper y en la noche trabajaba en ese antro. Pa que decir que me obsesioné con después de saber eso, pero no quise ir a verla más porque no tenía lucas. Como a los dos meses, una señora que había trabajado con mis viejos llegó de visita a la casa y en algún momento me dijo pa callao que esta mina, la del topless, me enviaba saludos. Resultó que estaba viviendo en una casa de esta vieja que ella arrendaba junto a otras amigas y me corroboró que era escolar. Yo quedé loco y le envié mi teléfono de una (en ese tiempo no tenía celu, era a puro teléfono fijo). Cuento corto, un día llegó a buscarme y empezamos a salir. Me llamó la atención que en ropa normal era muy pequeñita, ricas tetas, rico culo, pero muy chiquitita. Yo estaba enamorado pal pico.
Salimos por algo así como un mes y en ese tiempo fui más feliz que la chucha, aunque ella me ocultaba muchísimas cosas y siempre, bajo su preferencia nos veíamos como a escondidas, nunca me dio su número y las salidas eran cuando ella quería (El aweonamiento lo hace aceptar a uno cosas tan irregulares como esa). Pa culiar había que hacer las tremendas operaciones comando, porque la pendeja no quería ir a moteles, así que lo hacíamos en casa de mis viejos sin que ellos se enteraran, de hecho no la llegaron a conocer. También follábamos en el Cerro Ñielol. Así es la vida del pendejo sin plata. Finalmente ella se debe haber aburrido y ya no me llamó más. Yo empecé a sentir que me moría de pena. No quise ir a verla al topless por puro orgullo, pero me quedaba a las 4 de la mañana afuera de mi casa (que quedaba cerca) para verla pasar en el taxi que la iba a dejar desde el topless a su casa.
Casi medio año después la vi de lejos, de la mano con un guatón enorme con cara de gil, paseando en la Plaza Anibal Pinto, luego la vi en otro lugar con el mismo weón y un año después de eso, yo ya estaba saliendo con mi sra actual, pero la vi en el caracol de Bulnes. Estaba más gordita, ya no estaba tan rica, pero aún me seguía alborotando las hormonas.
Nunca más la vi después de eso. Nunca. La cuento por acá, porque como mencioné, quizás puteaba, pero nunca pude confirmarlo.
La moraleja de esta historia es que uno perfectamente se puede enamorar de una mina que trabaje en un antro, pero que va asociado un poco al misterio, a ciertas expectativas porno, al propio ego que cree que las puede sacar de ahí... Estupideces como esas.
 
Como he dicho por ahí, jamás le he pagado a una mujer por sexo, pero debo precisar que cuando más cabro me empoté con una chicuela que me dejó hacerle de todo, por todos lados y me hizo vivir el sexo como nunca antes lo viví
No la pude olvidar en mucho tiempo :sisi3:
 
Voy a escribir un testamento.
El año 2000 había terminado recién la U y estaba en búsqueda de pega y como mis viejos me lo permitieron, ni weón, me tomé medio año sabático. Me dediqué a puro weviar. Muy cerca de donde yo vivía en ese tiempo en Temuco, por uno de los costados del gimnasio Bernardo O'Higgins había un Night Club que siempre me había intrigado, así que una noche fui (siempre iba a los sucuchos solo, no era una actividad que compartiera con amigos). Cuento corto, apenas llegué al topless me senté a ver cómo se empelotaba una weona en el escenario y casi al toque se sentó conmigo una de esas minas que te sacan copete. Andaba con una malla blanca y unos tremendos tacos. era chiquitita, pero era preciosa, era medio parecida a Jennifer López pero en una onda menos caribeña. Generalmente en los topless la idea es que las minas te saquen mucho copete durante la noche, o sino no vale la pena y estarían haciendo mal su pega, pero nos pusimos a conversar con esta minita y estuvimos hablando toda la noche y como cachó que no tenía muchas lucas nunca me pidió que le comprara más. habremos conversado como 4 horas con un puro copete en la mano. Yo no sé si puteaba, me dio a entender que no porque se ganaba decente de copetinera. Obviamente nos terminamos atracando y a la semana siguiente volví e hicimos lo mismo. Yo quería salir con ella por fuera, pero me decía que no había posibilidad. Esa misma noche me enteré que en realidad se trataba de una pendeja de 17 años, que tenía doble vida, en el día era escolar de jumper y en la noche trabajaba en ese antro. Pa que decir que me obsesioné con después de saber eso, pero no quise ir a verla más porque no tenía lucas. Como a los dos meses, una señora que había trabajado con mis viejos llegó de visita a la casa y en algún momento me dijo pa callao que esta mina, la del topless, me enviaba saludos. Resultó que estaba viviendo en una casa de esta vieja que ella arrendaba junto a otras amigas y me corroboró que era escolar. Yo quedé loco y le envié mi teléfono de una (en ese tiempo no tenía celu, era a puro teléfono fijo). Cuento corto, un día llegó a buscarme y empezamos a salir. Me llamó la atención que en ropa normal era muy pequeñita, ricas tetas, rico culo, pero muy chiquitita. Yo estaba enamorado pal pico.
Salimos por algo así como un mes y en ese tiempo fui más feliz que la chucha, aunque ella me ocultaba muchísimas cosas y siempre, bajo su preferencia nos veíamos como a escondidas, nunca me dio su número y las salidas eran cuando ella quería (El aweonamiento lo hace aceptar a uno cosas tan irregulares como esa). Pa culiar había que hacer las tremendas operaciones comando, porque la pendeja no quería ir a moteles, así que lo hacíamos en casa de mis viejos sin que ellos se enteraran, de hecho no la llegaron a conocer. También follábamos en el Cerro Ñielol. Así es la vida del pendejo sin plata. Finalmente ella se debe haber aburrido y ya no me llamó más. Yo empecé a sentir que me moría de pena. No quise ir a verla al topless por puro orgullo, pero me quedaba a las 4 de la mañana afuera de mi casa (que quedaba cerca) para verla pasar en el taxi que la iba a dejar desde el topless a su casa.
Casi medio año después la vi de lejos, de la mano con un guatón enorme con cara de gil, paseando en la Plaza Anibal Pinto, luego la vi en otro lugar con el mismo weón y un año después de eso, yo ya estaba saliendo con mi sra actual, pero la vi en el caracol de Bulnes. Estaba más gordita, ya no estaba tan rica, pero aún me seguía alborotando las hormonas.
Nunca más la vi después de eso. Nunca. La cuento por acá, porque como mencioné, quizás puteaba, pero nunca pude confirmarlo.
La moraleja de esta historia es que uno perfectamente se puede enamorar de una mina que trabaje en un antro, pero que va asociado un poco al misterio, a ciertas expectativas porno, al propio ego que cree que las puede sacar de ahí... Estupideces como esas.
nunca cito pero porsiaca pa leerlo de ahi uwu
 
Estos weones se hacen perfil en el antro pa puro preguntar weas. La otra vez había un weon preguntando si era normal soñar que se lo metían y aclaraba que no era hueco, que onda estos weones, vayan al psicólogo hijos de la perra
 
Voy a escribir un testamento.
El año 2000 había terminado recién la U y estaba en búsqueda de pega y como mis viejos me lo permitieron, ni weón, me tomé medio año sabático. Me dediqué a puro weviar. Muy cerca de donde yo vivía en ese tiempo en Temuco, por uno de los costados del gimnasio Bernardo O'Higgins había un Night Club que siempre me había intrigado, así que una noche fui (siempre iba a los sucuchos solo, no era una actividad que compartiera con amigos). Cuento corto, apenas llegué al topless me senté a ver cómo se empelotaba una weona en el escenario y casi al toque se sentó conmigo una de esas minas que te sacan copete. Andaba con una malla blanca y unos tremendos tacos. era chiquitita, pero era preciosa, era medio parecida a Jennifer López pero en una onda menos caribeña. Generalmente en los topless la idea es que las minas te saquen mucho copete durante la noche, o sino no vale la pena y estarían haciendo mal su pega, pero nos pusimos a conversar con esta minita y estuvimos hablando toda la noche y como cachó que no tenía muchas lucas nunca me pidió que le comprara más. habremos conversado como 4 horas con un puro copete en la mano. Yo no sé si puteaba, me dio a entender que no porque se ganaba decente de copetinera. Obviamente nos terminamos atracando y a la semana siguiente volví e hicimos lo mismo. Yo quería salir con ella por fuera, pero me decía que no había posibilidad. Esa misma noche me enteré que en realidad se trataba de una pendeja de 17 años, que tenía doble vida, en el día era escolar de jumper y en la noche trabajaba en ese antro. Pa que decir que me obsesioné con después de saber eso, pero no quise ir a verla más porque no tenía lucas. Como a los dos meses, una señora que había trabajado con mis viejos llegó de visita a la casa y en algún momento me dijo pa callao que esta mina, la del topless, me enviaba saludos. Resultó que estaba viviendo en una casa de esta vieja que ella arrendaba junto a otras amigas y me corroboró que era escolar. Yo quedé loco y le envié mi teléfono de una (en ese tiempo no tenía celu, era a puro teléfono fijo). Cuento corto, un día llegó a buscarme y empezamos a salir. Me llamó la atención que en ropa normal era muy pequeñita, ricas tetas, rico culo, pero muy chiquitita. Yo estaba enamorado pal pico.
Salimos por algo así como un mes y en ese tiempo fui más feliz que la chucha, aunque ella me ocultaba muchísimas cosas y siempre, bajo su preferencia nos veíamos como a escondidas, nunca me dio su número y las salidas eran cuando ella quería (El aweonamiento lo hace aceptar a uno cosas tan irregulares como esa). Pa culiar había que hacer las tremendas operaciones comando, porque la pendeja no quería ir a moteles, así que lo hacíamos en casa de mis viejos sin que ellos se enteraran, de hecho no la llegaron a conocer. También follábamos en el Cerro Ñielol. Así es la vida del pendejo sin plata. Finalmente ella se debe haber aburrido y ya no me llamó más. Yo empecé a sentir que me moría de pena. No quise ir a verla al topless por puro orgullo, pero me quedaba a las 4 de la mañana afuera de mi casa (que quedaba cerca) para verla pasar en el taxi que la iba a dejar desde el topless a su casa.
Casi medio año después la vi de lejos, de la mano con un guatón enorme con cara de gil, paseando en la Plaza Anibal Pinto, luego la vi en otro lugar con el mismo weón y un año después de eso, yo ya estaba saliendo con mi sra actual, pero la vi en el caracol de Bulnes. Estaba más gordita, ya no estaba tan rica, pero aún me seguía alborotando las hormonas.
Nunca más la vi después de eso. Nunca. La cuento por acá, porque como mencioné, quizás puteaba, pero nunca pude confirmarlo.
La moraleja de esta historia es que uno perfectamente se puede enamorar de una mina que trabaje en un antro, pero que va asociado un poco al misterio, a ciertas expectativas porno, al propio ego que cree que las puede sacar de ahí... Estupideces como esas.




wena su historia cilantré, 10/10.​
 
Voy a escribir un testamento.
El año 2000 había terminado recién la U y estaba en búsqueda de pega y como mis viejos me lo permitieron, ni weón, me tomé medio año sabático. Me dediqué a puro weviar. Muy cerca de donde yo vivía en ese tiempo en Temuco, por uno de los costados del gimnasio Bernardo O'Higgins había un Night Club que siempre me había intrigado, así que una noche fui (siempre iba a los sucuchos solo, no era una actividad que compartiera con amigos). Cuento corto, apenas llegué al topless me senté a ver cómo se empelotaba una weona en el escenario y casi al toque se sentó conmigo una de esas minas que te sacan copete. Andaba con una malla blanca y unos tremendos tacos. era chiquitita, pero era preciosa, era medio parecida a Jennifer López pero en una onda menos caribeña. Generalmente en los topless la idea es que las minas te saquen mucho copete durante la noche, o sino no vale la pena y estarían haciendo mal su pega, pero nos pusimos a conversar con esta minita y estuvimos hablando toda la noche y como cachó que no tenía muchas lucas nunca me pidió que le comprara más. habremos conversado como 4 horas con un puro copete en la mano. Yo no sé si puteaba, me dio a entender que no porque se ganaba decente de copetinera. Obviamente nos terminamos atracando y a la semana siguiente volví e hicimos lo mismo. Yo quería salir con ella por fuera, pero me decía que no había posibilidad. Esa misma noche me enteré que en realidad se trataba de una pendeja de 17 años, que tenía doble vida, en el día era escolar de jumper y en la noche trabajaba en ese antro. Pa que decir que me obsesioné con después de saber eso, pero no quise ir a verla más porque no tenía lucas. Como a los dos meses, una señora que había trabajado con mis viejos llegó de visita a la casa y en algún momento me dijo pa callao que esta mina, la del topless, me enviaba saludos. Resultó que estaba viviendo en una casa de esta vieja que ella arrendaba junto a otras amigas y me corroboró que era escolar. Yo quedé loco y le envié mi teléfono de una (en ese tiempo no tenía celu, era a puro teléfono fijo). Cuento corto, un día llegó a buscarme y empezamos a salir. Me llamó la atención que en ropa normal era muy pequeñita, ricas tetas, rico culo, pero muy chiquitita. Yo estaba enamorado pal pico.
Salimos por algo así como un mes y en ese tiempo fui más feliz que la chucha, aunque ella me ocultaba muchísimas cosas y siempre, bajo su preferencia nos veíamos como a escondidas, nunca me dio su número y las salidas eran cuando ella quería (El aweonamiento lo hace aceptar a uno cosas tan irregulares como esa). Pa culiar había que hacer las tremendas operaciones comando, porque la pendeja no quería ir a moteles, así que lo hacíamos en casa de mis viejos sin que ellos se enteraran, de hecho no la llegaron a conocer. También follábamos en el Cerro Ñielol. Así es la vida del pendejo sin plata. Finalmente ella se debe haber aburrido y ya no me llamó más. Yo empecé a sentir que me moría de pena. No quise ir a verla al topless por puro orgullo, pero me quedaba a las 4 de la mañana afuera de mi casa (que quedaba cerca) para verla pasar en el taxi que la iba a dejar desde el topless a su casa.
Casi medio año después la vi de lejos, de la mano con un guatón enorme con cara de gil, paseando en la Plaza Anibal Pinto, luego la vi en otro lugar con el mismo weón y un año después de eso, yo ya estaba saliendo con mi sra actual, pero la vi en el caracol de Bulnes. Estaba más gordita, ya no estaba tan rica, pero aún me seguía alborotando las hormonas.
Nunca más la vi después de eso. Nunca. La cuento por acá, porque como mencioné, quizás puteaba, pero nunca pude confirmarlo.
La moraleja de esta historia es que uno perfectamente se puede enamorar de una mina que trabaje en un antro, pero que va asociado un poco al misterio, a ciertas expectativas porno, al propio ego que cree que las puede sacar de ahí... Estupideces como esas.
Tremenda historia cipadrito.
 
No, a esas minas por algún motivo siempre les llama la wea de meterse con muchos hombres así que el que pololea ahí debe estar claro que va a vivir con los medios cachos por siempre
 
Eso, le han tomado cariño a alguna chica que trabaje prestando el cuerpo por dinero?

En mi caso le tome cariño a esta dama, llegamos a trabajar juntos, y me daba parte de las ganancias, le ayudaba con los transportes.

Claramente no pudo pasar nada ni le di un beso, yo tengo señora.

Les ha pasado algo similar ?
Oiga cumpita, su madre que edad tiene?
 
No Po wn si esas mujeres están ahí porque les gusta el cuatro letras no de uno si no de muchos por algo hacen esa wea de pega
 
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