Los círculos del infierno de Dante
Cada uno de los nueve círculos del infierno de Dante sirve como un castigo y un reflejo de los pecados graves que las personas cometieron durante su tiempo en la tierra.
En su famoso
poema “La Divina Comedia”, una de las obras más destacadas de la literatura universal, el poeta italiano
Dante Alighieri, apodado el Poeta Supremo, describe, en la primera parte, Inferno, un título que describe la visión del infierno del propio
poeta. La historia comienza con el narrador (que es el propio poeta) perdido en un bosque oscuro donde es atacado por tres bestias de las que no puede escapar. Es rescatado por el poeta romano
Virgilio, enviado por Beatrice (la mujer ideal de Dante). Y
juntos, comienzan el viaje al inframundo. Estos son los nueve círculos del infierno de Dante:
Primer círculo (Limbo)
El primer círculo es el hogar de los paganos virtuosos y no bautizados. Obviamente no es el cielo, pues estamos en el Inframundo; pero en lo que respecta al infierno, no es un lugar demasiado malo. Aquí es donde se encuentran Hipócrates, Aristóteles,
Sócrates, Homero o incluso
Julio César.
Segundo círculo (Lujuria)
En el Segundo Círculo del Infierno, Dante y su compañero Virgilio se topan con personas que fueron vencidas por la lujuria. Son castigados con fuertes vientos que los empujan violentamente de un lado a otro, impidiéndoles encontrar paz y descanso, que simbolizan la inquietud de una persona que se deja llevar por el deseo de los placeres carnales. Aquí encontraríamos a Cleopatra, Tristán, Helena de Troya y otros adúlteros conocidos.
Tercer Círculo (Gula)
Aquí se han los que se exceden, los glotones y su castigo es soportar una lluvia interminable de granizo bajo la atenta vista de Cerbero. Personas corrientes, ni épicos ni mitológicos. El autor Boccaccio tomó uno de estos personajes normales, Ciacco, y lo incorporó a su colección de cuentos del siglo XIV llamada "El Decamerón".
Cuarto círculo (Avaricia)
Los que dedicaban su vida por y para los bienes materiales; aquellos cuya única preocupación es el dinero y el materialismo. Su castigo era empujar objetos muy pesados a lo largo del círculo del inframundo y chocarse constantemente los unos con los otros.
Quinto círculo (Ira y pereza)
Esta sección del infierno es para las almas coléricas que pasarán la eternidad librando una batalla en el río Estigia. Nuevamente, el castigo refleja el tipo de pecado cometido durante su vida.
Sexto círculo (Herejía)
El rechazo a las "normas" religiosas o políticas tiene cabida aquí. Dante se encuentra con Farinata degli Uberti, un líder militar y aristócrata que intentó ganar el trono italiano y fue condenado póstumamente por herejía en 1283. También es el hogar de Epicuro, el Papa Anastasio II y el Emperador Federico II.
Séptimo círculo (Violencia)
Para aquellos entregados a la malicia. La entrada, custodiada por el Minotauro, nos presenta tres anillos: en el primero se encuentran los homicidas, criminales, tiranos, violadores y bandidos en el río Flegetonte, un río de sangre y fuego hirviente: en el siguiente circulo nos toparemos con los que se autolesionaron: suicidas y los que buscaron la muerte en manos ajenas; por último, el tercer anillo está formado por los blasfemos, castigados con una perenne lluvia de fuego, los sodomitas, penados con correr sin descansar y los usureros, quienes se tienen que enfrentar al mismísimo fuego.
Octavo círculo (Fraude)
El octavo círculo se subdivide en diez trincheras, todas repletas de estafadores: delincuentes y seductores, aduladores, culpables de simonía, hechiceros y falsos profetas, los políticos corruptos, los hipócritas, los ladrones, los consejeros malvados, etc.
Noveno y último círculo (Traición)
Está dividido en cuatro rondas, según la gravedad del pecado, con Satanás en el centro, condenado por traicionar a Dios. Cada una de ellas, lleva el nombre de un individuo que personifica el pecado. La Ronda 1 en honor a Caín; la Ronda 2 en honor a Antenor de Troya, quien fue el consejero de Príamo durante la Guerra de Troya, la Ronda 3 en honor a Ptolomeo (hijo de Abubus) y la Ronda 4 por Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús con un beso.