Todo parecía mejorar para el Gobierno de la Nueva Mayoría a principios de 2015. Las encuestas por fin marcaban un repunte, se aprobaron parte de las reformas prometidas y la derecha caía en un precipicio eterno por Penta… hasta que apareció Sebastián Dávalos.
El hijo de la Presidenta Michelle Bachelet y su señora, Natalia Compagnon, coparon todas las portadas y la agenda el publicarse el lucrativo negocio de Caval con la venta de terrenos en Machalí, previo crédito otorgado por el Banco de Chile luego de una reunión con Andrónico Luksic, vicepresidente de la entidad financiera.
La historia después es conocida: renuncias, disculpas, un inédito “me enteré por la prensa”, bajas en las encuestas, cuestionamiento público, cobertura internacional del escándalo, festín de la derecha y finalmente una Presidenta convocando a un Consejo Asesor.
Sin contar las millonarias ganancias, han sido duras semanas para el clan Dávalos-Bachelet, tanto que el propio hijo de la Mandataria tuvo una desafortunada reacción cuando fue sorprendido en la calle por un equipo de prensa de CNN Chile.
“No te voy a hablar, córrete”, respondió el empresario ante las preguntas de la periodista. Raudo, caminó hacia su auto de lujo y partió del lugar, sin dar más declaraciones.
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