Ahora puedo hablar sin desvirtuar algún post.
¿Será este el mismo señor que escribió en su tesis de médico que se debía esterilizar a los alcohólicos y deficientes mentales, para que no se reprodujeran, según se puede leer en el libro de Victor Farías?
¿El mismo que tomaba los mejores whiskies mientras la gente se moría de hambre?
¿el mismo que fue empleado de la KGB y que recibió más de US$ 200.000 de parte de la URSS por mantenerrse fiel a nuestra "Hermana Mayor", según consta en los archivos recientemente públicados por el ex agente KGB Mitrokhin?
¿Será él el mismo único presidente que ha tenido Chile pagado como agente por una organización de espionaje extranjera?
Salvador Allende pasó a la historia como un borracho; bipolar; paranoico; esquizofrénico; antisemita; marxista; traidor ; suicida ; elitista; mentiroso; sociópata; demagogo; adúltero; terrorista e hipócrita .
Nadie puede cambiar la historia, aunque eso no quita que la izquierda tenga por misión lavar la imagen de su presidente, con el objeto de legitimar una agenda autodestructiva.
Por años la izquierda se evergonzó del final de Allende, quien al fracasar en su llamado para que el "pueblo" saliera a defender su gobierno hizo lo mismo que Hitler - otro demócrata - : se pegó un tiro. Así de simple.
Para mitigar la verguenza, la izquierda internacional hizo correr el rumor que en realidad a Allende lo habían asesinado. Hace cuatro años el hombre ancla de red de TV pública PBS, Bill Moyers entrevistó a la escritora Isabel Allende y le preguntó si a su tío lo habían asesinado y ella contestó que sí.
La verguenza de Allende y el legado de destrucción de la Unidad Popular duró 30 años. En el aniversario No. 30 de la caída de Allende, la izquierda por fin reconoció que nadie mató a Allende, sino que se había suicidado. Pero en lugar de admitir que el acto de Allende era producto de la desesperación decidieron convertirlo no sólo en un falso mártir, sino también en un líder que murió "luchando por la democracia y por la patria ", como dijo Bachelet horas antes que los seguidores de Allende asesinaran a un carabinero.
La táctica de morir por la democracia y por la patria fue diseñada para poner a Allende al nivel de Jesucristo, quien murió por nuestros pecados. Así lo entendió la capellana evangélica Juana Albornoz quien destacó la figura del adúltero y alcahólico Allende afirmando que él alcanzó "un estilo superior de vida digna de los grandes hombres de la historia".
Salvador Allende pasó a la historia como un borracho; bipolar; paranoico; esquizofrénico; antisemita; marxista; traidor ; suicida ; elitista; mentiroso; sociópata; demagogo; adúltero; terrorista e hipócrita .