Djokovic estuvo lejos del nivel que habitualmente muestra a estas alturas de los torneos. Sus golpes de fondo carecieron de la profundidad acostumbrada, por eso Shapo pudo tomar la iniciativa cómodamente en varios tramos. A pesar de esto, el serbio como buen zorro viejo supo sacar a relucir otras armas de su repertorio y terminó cerrando muchos puntos en la red. Hizo algo parecido después del paseo que le dio Thiem los primeros dos sets en la final del AO 2020. Simplemente es un jugador de otra categoría, que aun jugando regular te saca adelante una seminifinal de wimbledon contra el mejor shapo en sets corridos. Por su parte, el canadiense cagó como siempre en apresusarse a terminar los puntos, buscando tiros muy difíciles, que a veces le salían, pero otras no, y así fue acumulando errores. Tiene que aprender a ser paciente y elegir mejor sus tiros.
En cuanto a la final, si bien es verdad que el italiano está jugando mejor que nunca y es el jugador más en forma en pasto ahora mismo, es el típico sacador con una derecha potente, pero mal revés y mediocre movilidad. Contra este tipo de jugadores Djokovic sabe muy bien cómo explotar sus debilidades, por lo que no espero una sorpresa. Igual nunca se sabe.