Viernes 4 de julio de 2003
Transformación integral de Santiago de Chile
Las empresas españolas y el Gobierno de Chile 'cambian la cara' a la capital
El Gobierno de Chile ha emprendido una faraónica transformación de la capital del país, Santiago, con el objetivo de situarla entre las grandes metrópolis del mundo en el segundo centenario de su declaración como ciudad independiente de España. Precisamente un nutrido grupo de empresas españolas, como Ferrovial, Sacyr Vallehermoso, Dragados y Aguas de Barcelona, participan en este proyecto que se prevé esté terminado en 2010.
El presidente de la República de Chile, Ricardo Lagos, ha tomado la decisión de modernizar la capital del país y para ello ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de infraestructuras.
El Estado chileno por un lado, y las empresas españolas por otro, emprenden obras de gran envergadura que hacen vislumbrar lo que será el Santiago del siglo XXI.
Aunque Lagos llegó al Palacio de la Moneda con prioridades eminentemente sociales, como la reforma al sistema de salud o la erradicación de la pobreza, el mandatario ha decidido dejar a los chilenos una herencia que puedan contemplar con el paso de los decenios.
La idea del presidente es modernizar las redes viales, reducir lo niveles de contaminación y mejorar los transportes urbanos. Para realizar todos estos planes el Estado y las empresas privadas van a invertir un total de casi 5.000 millones de dólares (4.350 millones de euros). "El objetivo de este plan de acción es el de mejorar la calidad de vida de los santiaguinos y situar a la ciudad como una capital de clase mundial" afirmaba recientemente a la prensa local el ministro de Obras Públicas, Javier Etcheberry.
A pesar de que el objetivo inicial de La Moneda era tener todo finalizado en el año 2005, fecha en la que Lagos deberá entregar el mando a su sucesor,
la complejidad de los proyectos y la gran cantidad de recursos involucrados han provocado que la consecución de las obras se retrase hasta 2010. Precisamente será entonces cuando se cumplan 200 años de la independencia de Chile respecto a España.
Precisamente, y después de tantos años, empresas españolas como Sacyr Vallehermoso, Dragados (recientemente fusionada con la también española ACS), Ferrovial, OHL, o Aguas de Barcelona (a través de su filial Aguas Andinas) realizan y gestionan el funcionamiento de autovías, modifican los sistemas de tratamiento de aguas, construyen aparcamientos, edifican hospitales, y realizan otras obras de interés que están cambiando el aspecto de la ciudad. Para todas ellas, Chile ocupa un lugar clave en su estrategia de negocios.
El interés por este país austral es notorio. Muestra de ello es lo que se indica en un informe interno de OHL al que ha tenido acceso Americaeconomica.com. En él se afirma: "El futuro próximo pasa por incrementar la presencia en las concesiones de obra pública, construcción de obras civiles, edificios, hospitales y hasta las obras asociadas la industria minera (carreteras, aeropuertos, cárceles, hospitales, embalses) y mantener un volumen de actividad en construcción, tanto para organismos públicos como privados".
OHL construye actualmente varias autopistas que cruzan Santiago o que parten de esta capital a otras ciudades. Por ejemplo, gestiona en régimen de concesión, diversos tramos de vía férrea,
dos segmentos de autopista entre Santiago y la ciudad de San Antonio (al oeste del país), y
Santiago-Los Andes (al este), todo ello sin contar la construcción de otras vías públicas en otras provincias. Esta empresa también gestiona
un gigantesco aparcamiento (1.600 plazas en el barrio de Providencia (sector oriental de la Región Metropolitana de Santiago).
Por su parte
Sacyr Vahehermoso cuenta en el país austral con una filial llamada Sacyr Chile, que facturó 33,9 millones de euros (38,98 millones de dólares) en 2002, y que construye
varios tramos de autovías, aunque sólo uno que sale de Santiago: el que une la capital, Valparaíso y Viña del Mar.
Junto con la modernización de las vías públicas, la gestión de las aguas es otro de los aspectos claves en la transformación de Santiago. Rodeada de montañas y con barrios donde no hay adecuados sistemas de desagüe de aguas de lluvia, la ciudad necesita urgentemente la construcción de colectores de agua que eviten que las tormentas sigan siendo una auténtica pesadilla para las zonas bajas de la urbe.
Según indica el ministro Etcheverry, "solo para construir las redes primarias de evacuación de aguas de Santiago se requieren 690 millones de dólares". Aquí juega un papel clave la compañía
Aguas Andinas, filial chilena de la española Aguas de Barcelona y de la francesa Suez. Según los informes de la corporación, se
invertirá un total de 650 millones de dólares (565,5 millones de euros), que los clientes pagarán en sus cuotas mensuales.
Las empresas españolas contactadas por este diario,
Sacyr-Vallehermoso, Dragados, Ferrovial, OHL, y Aguas Andinas han proporcionado todo tipo de detalles sobre sus obras en Santiago, pero no han querido hacer ningún tipo de valoración pública sobre su presencia actual ni sobre sus planes de futuro. Aún así
todas han calificado a Chile como una lugar "excelente para la inversión".(
)
Entre
Ferrovial, Sacyr, OHL y
la italiana Impregilo construyen
siete vías rápidas que atraviesan la ciudad y la rodean (la autovía Americo Vespucio es todo un ejemplo de carretera de circunvalación) y realizan unas inversiones que superan los 1.800 millones de dólares (1.566 millones de euros). Se prevé que todas las infraestructuras que están realizando actualmente entren en operación entre 2004 y 2006.
Entretanto el Estado se encargará de la ampliación del transporte metropolitano y de la mejora de los autobuses. "Transantiago" es el nombre bajo el que se engloba todo este programa. Según diversos estudios de infraestructura, el metro chileno es uno de los más cómodos, eficientes y limpios de Latinoamérica. La compañía que gestiona este servicio es estatal y precisamente se llama "Metro".
El Ejecutivo quiere ampliar las líneas a las zonas sureste (los barrios de la Florida y La Granja) y la zona norte (Independencia, Conchali y Huechuraba). Para ello invertirá 1.200 millones de dólares (1.044 millones de euros) de este año a 2006.
"Estas ampliaciones serán financiadas por créditos al Metro, los que luego serán pagados por sus usuarios, los que en todo caso, no debieran subir de manera importante. La idea es que le santiaguino siga pagando lo que paga" afirma Etcheverry. Además se baraja el establecimiento de una coordinación entre las líneas de autobuses y el metro.
En los próximos años los santiaguinos verán cómo de forma paulatina desaparecen los llamativos y humeantes, "Micros". Estos autobuses urbanos provocan en gran media el caos circulatorio de la ciudad. Para cambiar esta flota el Ejecutivo dedicará 200 millones de dólares (174 millones de euros) y buscará su modernización con nuevos vehículos no contaminantes.
Una parte importante en estos cambios, aún no determinada, va a provenir de la empresa privada. Según el ministro, habrá concesiones a compañías que aportarán los vehículos y crearán intercambiadores con las estaciones de metro.
El plan Transantiago y la mejora de las comunicaciones demuestran que Ricardo Lagos, quiere pasar a la historia no sólo como el primer presidente socialdemócrata de Chile después de la dictadura de Pinochet, ( ) sino como el mandatario que aupó a Santiago a la categoría de gran metrópoli mundial en el siglo XXI.