Yo creo, en mi humilde opinión, que la única salida es que el empleado aporte la misma proporción que el empleador, pero haciéndolo de forma paulatina. Quiero decir que si nosotros pusiéramos 10% de nuestro sueldo, nuestra pensión se incrementaría de manera considerable. Incluso se podría hacer un aporte estatal a la remuneración. Antiguamente se cotizaba a lo menos un 20% del sueldo mensual, por eso los viejos con el sistema antiguo tienen pensiones medianamente decentes. Con el seguro de cesantía todos gritamos porque nos tocaba los bolsillos, pero a los empleados nuevos solamente, los que tenían empleo al momento de entrada en vigencia de la ley era voluntario. Lo mismo podrían hacer acá con la pensión.
Lo que encuentro un carerrajismo descomunal, es que en momento de vacas gordas los fondos de pensiones rentabilizan bien, pero pierden los trabajadores a los cuales el patrón sólo les declara y no paga las cotizaciones previsionales.