Víctor Águila Nápoli (20) tenía un
macabro juramento con un amigo del alma.
“El Nápoli”, como es conocido este sujeto detenido el sábado en Osorno, le prometió a su amigo que haría una pipa con uno de sus huesos si éste moría primero, algo muy factible de ocurrir tomando en cuenta que ambos eran peligrosos delincuentes habituales. Pero el amigo no falleció en un asalto (la especialidad de ambos) o en un enfrentamiento con la policía. Lo mató “El Nápoli” en un arranque de celos, disparándole en la cabeza. Luego quemó el cuerpo y lo descuartizó con una galletera. Y como las promesas se cumplen,
con un hueso de la mano derecha confeccionó una pipa para fumar pasta base.
Estos y otros macabros detalles del crimen se conocieron esta mañana en Cañete, Región del Biobío, donde se cometió el asesinato, en la formalización de Águila Nápoli por el delito de homicidio. Incluso
se informó que la pareja del “Nápoli”, y causante del crimen pasional, habría grabado la incineración del cadáver y posterior descuartizamiento. El crimen quedó al descubierto el 19 de junio pasado, cuando algunos de los trabajadores que construyen un complejo habitacional
vieron a un perro que llevaba un cráneo en el hocico. La osamenta presentaba un orificio de bala y las pesquisas de la PDI culminaron este sábado con la detención de Águila Nápoli en Osorno, ciudad de origen del homicida y la víctima.
