En primer lugar, es necesario determinar una definición común de las generalidades y particularidades de estos dos sistemas, los cuales han sido muy recurrentes en el debate público, tal vez, sin un conocimiento más acabado del asunto.
Como dije, es un tópico que genera discusión en la gente que gusta de la conversación sobre la cosa pública. Por lo tanto, he querido hacer un tema, en el cual otorgo mi opinión sobre la propuesta de volver al sistema de reparto, con la promesa de que es un sistema muy superior al actual.
El sistema de reparto, básicamente, consta en que los trabajadores actuales en el sistema (activos) financien a los ya salidos o jubilados (pasivos). Las cotizaciones OBLIGATORIAS de los activos van a un fondo COMÚN, ‘propiedad’ del Estado, y el cual, supuestamente, va a subvencionar la pensión de los pasivos del sistema. Así los actuales cotizantes, pasarán a ser pasivos en 40 años más (por poner un número), y tienen un ‘compromiso’ del Estado de que serán financiados por los futuros activos.
¿Qué problemas tiene este sistema?
El principal problema que se le puede estipular al sistema de reparto es la dificultad para lograr una buena proporción activos/pasivos. Si nos ponemos en el caso del porcentaje actual de cotización (10%), una buena proporción sería 10 activos por un pasivo. Pero, eso está lejos de cumplirse.
Es materia sabida que la población mundial está envejeciendo (principalmente, países con índices de desarrollo humano altos). Cada vez la gente vive más y las tasas de natalidad no menguan mucho este envejecimiento, Chile no es la excepción, al menos, podríamos decir que estamos en transición hacia aquello que vemos más evidente en naciones europeas.
Dicho esto, es claro que un equilibrio adecuado no se cumpliría, atendiendo a la simple observación de que se generaría un número creciente en los pasivos, y no habría suficientes activos para financiarlos (con un porcentaje de cotización justo y moderado). Por ejemplo, si tuviéramos 3 activos por un pasivo, los primeros tendrían que cotizar el 30% de su sueldo aproximadamente. Ahí el sistema se vuelve absurdo, injusto e inviable.
Ese es un problema netamente técnico, pero también podemos nombrar otros problemas más ‘subjetivos’. Por ejemplo, que el trabajador no es propietario del dinero de su pensión. En la práctica el Estado puede usar el dinero del fondo común de pensiones para lo que quiera, como salvar a los bancos de la quiebra, en el contexto de la crisis que sufrieron (‘sufren’) los españoles. ¿Qué pasa con las pensiones de esos esforzados trabajadores? Maní… lo único que tienen es la promesa de un político.
También cabe preguntarse, ¿por qué yo debería financiar a otros, en vez de ahorrar para MI PROPIA pensión? La pregunta es totalmente válida, recordando que no todos son tan ‘solidarios’ (de pose, generalmente, ya que los hueones no le dan ni una moneda a un ‘necesitado’ que pide) u odian la autonomía y el esfuerzo individual, como los defensores de este sistema de ‘solidaridad’ obligada.
Si fuéramos tan tontos de soslayar todo eso, cabe otra aclaración: EN CHILE YA TUVIMOS SISTEMA DE REPARTO… Y SÍ, ¡FRACASÓ ROTUNDAMENTE!
Nuestro paso por el sistema de reparto no fue un maravilloso cuento de hadas, sino una triste historia que nos debiera haber dejado unas cuantas lecciones. Con trabajadores cotizando HASTA casi el 50% de su sueldo, y con expectativas muy bajas de recibir una pensión; con una administración deficiente (coste altísimo de mantenimiento del sistema), propia del Estado, la cual con su burocracia consumía grandes recursos del fondo de los trabajadores; con injusticia, ya que los trabajadores con mayores influencias y contactos como los trabajadores bancarios o parlamentarios, podían optar a una buena pensión, contrastado con los trabajadores sin contactos que, generalmente, obtenían pensiones paupérrimas; donde si no cotizabas al menos 20 años obtenías CERO pensión… entre otras falencias de este extraordinario sistema que teníamos (?).
Dado el fracaso de este sistema, llegamos a nuestro actual sistema: el sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones o AFP.
El sistema de AFP corresponde a un sistema de capitalización individual. O sea, yo ahorro un porcentaje de mi sueldo mientras esté activo laboralmente, y ese porcentaje se irá a un fondo de pensión de MI PROPIEDAD. Dentro de la particularidad de este sistema, un ente toma ese dinero y lo capitaliza en el mercado y le otorga rentabilidad, quedando a elección del propietario la permanencia en distintos fondos, desde el más conservador (renta fija) hasta el más riesgoso (renta variable). Ergo, mencionado esto, queda claro que es un sistema de AHORRO personal para mi futura pensión, la cual me subvencionará mi vejez.
¿Qué críticas se le hacen a este sistema?
Usualmente las críticas apuntan hacia la idea de que el sistema otorga bajas pensiones. Eso, sí, puede ser cierto –en algunos casos-… pero, como ya se dijo, esto es un SISTEMA DE AHORRO. Por lo tanto, quién no haya cotizado regularmente, quien tenga lagunas previsionales, quien tuvo un sueldo muy bajo durante su vida laboral activa, es difícil que tenga una pensión alta. Mas quien tuvo la constancia de cotizar, ostenta una pensión con una tasa de reemplazo óptima.
Primordialmente, es un problema de expectativas... generada por la falta de información y conocimiento del sistema. Claro, tú no puedes cotizar 15 años y esperar que esa pensión te cubra 25 años.
La otra crítica responde más a cuestiones ideológicas: “¿Por qué el Estado no se hace cargo de todas las pensiones, en vez de que sea cada uno de nosotros el que se la financie? ¿por qué nos debe regir un sistema de carácter individual si puede ser colectivo, y así ‘ayudamos’ a los de más bajo sueldo? […]”. Y cosas así, que son fácilmente refutables.
Ahora bien, el sistema de AFP es PERFECTIBLE… sin duda que deberíamos contestar a la pregunta: ¿Cómo subimos –aún más- las pensiones? Bueno, he escuchado ciertas propuestas que son plausibles: subvención al inicio de la vida laboral, aumentar la edad de jubilación, etcétera. Pero, claramente, la solución no está -como ya se explicó en este post- en volver al
FRACASADO, en Chile y el mundo, sistema de reparto, ni tampoco está en esa propuesta demagógica que es la AFP estatal.