Jactante
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El 'vice' que hace sombra a Bolsonaro
El general Mourao sorprende a los brasileños por su talante conciliador, muy alejado del estilo del presidente
El presidente Jair Bolsonaro y Hamilton Mourao no se dirigen la palabra desde la toma de posesión. / EFE
En un país como Brasil, donde al menos tres vicepresidentes terminaron gestionando el Ejecutivo en medio de crisis traumáticas, el rápido encumbramiento del general retirado Hamilton Mourao, segundo del flamante presidente Jair Bolsonaro, genera inquietud en el entorno del nuevo mandatario, hospitalizado desde hace una semana. Miembro de un partido aliado al de Bolsonaro, Mourao fue elegido para formar parte del equipo del mandatario por sus posiciones ultraderechistas, algunas tan polémicas como las del entonces aspirante a la presidencia. Por ejemplo, el general manifestaba que creía en la intervención militar para imponer el orden e incluso llegó a defender públicamente el autogolpe en un eventual escenario de caos.
Sin embargo, desde que arrancó el mandato de Bolsonaro, el vicepresidente va dejando de lado la controversia y emerge como un dirigente moderado, racional y contemporizador hasta el punto de desmentir o dejar en ridículo a su superior, con el que apenas tiene relación. «Las únicas veces que el presidente habló conmigo fueron en la campaña», admitió el militar hace unos días.
Algunos estudiosos de la disciplina militar ya lo habían advertido. Iba a ser difícil que un general se subordine a un capitán, que es la jerarquía que alcanzó Jair Bolsonaro antes de retirarse del Ejército y volcarse de lleno en la política. Lo cierto es que la tensión, que ya se palpaba antes de la pomposa toma de posesión celebrada en Año Nuevo, se agudizó en el primer mes de gobierno.
Mourao había dejado claro que no quería ser un «'vice' decorativo» sino «un asesor privilegiado» y lo está cumpliendo. El general exprime al máximo sus minutos de fama. Quedó a cargo de la presidencia cuando Bolsonaro fue al Foro de Davos y también la semana pasada para que el presidente se sometiese a una intervención que lo mantiene internado en el Hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo desde el 27 de enero.
Bolsonaro tuvo que operarse para reconstruir los intestinos dañados por el atentado que sufrió el pasado mes de septiembre. El lunes 28 estuvo siete horas en el quirófano y después en una terapia intensiva de dos días. En esas 48 horas Mourao despachó en su lugar, pero apenas Bolsonaro salió de la terapia intensiva, aún convaleciente, quiso recuperar el mando.
En sus breves incursiones como presidente interino e incluso después, Mourao se mostró en todo momento afable con la prensa en contraste con los arrebatos del presidente y sus hijos, que intentan defenderse de las primeras denuncias de corrupción acusando a los periodistas de inventar noticias. El más comprometido en este aspecto es el primogénito, el senador Flavio Bolsonaro, que está siendo investigado por movimientos financieros atípicos en sus cuentas.
Israel y el aborto
Pero hay más. En su último paso por la presidencia Mourao recibió al embajador de Palestina y después de la visita puso en duda el hipotético traslado de la Embajada de Israel a Jerusalén prometido por Bolsonaro ante el premier israelí Benyamín Netanyahu. «El Estado brasileño, de momento, no piensa en ningún cambio de embajada», aseguró. Al día siguiente declaró en el diario 'O'Globo' que «el aborto es una decisión de la mujer», una postura que encendió todas las alarmas en el Gobierno de Bolsonaro, contrario a la interrupción voluntaria del embarazo
Tampoco cree conveniente Mourao alentar expectativas de apoyo brasileño a una eventual intervención militar en Venezuela para derrocar a Nicolás Maduro. «No es de nuestra política exterior intervenir en asuntos internos de otros países», remarcó para disgusto del mandatario ultra, alineado con Estados Unidos en la crisis del país caribeño. Para el vicepresidente el problema está en el ministro de Exteriores elegido por Bolsonaro. «¿Tendrá Ernesto -Araújo- condiciones para decir cuál es la política exterior brasileña?», se preguntó. Y siguió: «¿Ahora vamos a ser todos hinchas de Israel? ¿Fans de EE UU?». Por otra parte, el general retirado consideró que el calentamiento global «existe» y «no es una trama marxista» como cree Araújo.
También cuestionó al jefe de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, a quien recomendó actuar «con más cariño» con el opositor Partido de los Trabajadores después de que el funcionario echara a 320 agentes estatales con el argumento de que habían sido contratados en la gestión anterior. Lorenzoni le devolvió el favor esta semana al desmentirlo. Hamilton Mourao había dicho que se evaluaba intervenir el directorio de la minera Vale, responsable de la tragedia ocurrida en Brumadinho, pero el jefe de la Casa Civil negó que el Gobierno esté evaluando una medida de ese tipo
Al mandatario se le complica el postoperatorio
Con un escueto comunicado, el Hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo, en el que se encuentra internado el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, informó ayer de que el paciente sigue estable, en ayunas, sin dolor y sin señales de infección tras un episodio de náuseas y vómitos atribuidos a una acumulación de líquido en el estómago.
El malestar se presentó cinco días después de una operación de siete horas a la que fue sometido el lunes 28 de enero para reconstruirle el tránsito intestinal y retirarle la bolsa de colostomía que llevaba tras el atentado que sufrió en setiembre durante la campaña electoral cuando un desconocido lo apuñaló en el abdomen.
La familia había comunicado que fue una «recaída» y los asesores de presidencia explicaron que se trató de una reacción normal tras la operación. No obstante, el episodio fue más serio de lo que reflejó la versión oficial y obligó a colocarle una sonda nasogástrica (de la nariz al estómago) para evacuar el líquido acumulado que le generaba náuseas.
Distintas versiones
El cirujano Antonio Macedo explicó al periódico 'Folha de Sao Paulo' que fue una respuesta del organismo a una operación «larga y con mucha manipulación». Sin embargo, el parte de ayer informó que se realizó una tomografía abdominal al mandatario y se descartaron complicaciones quirúrgicas.
Según habían anticipado, a esta altura el paciente debería estar recibiendo alimentos por vía oral y evacuando, pero por ahora sigue en ayuno. Los expertos afirman que Bolsonaro padece una parálisis del íleo que se produce cuando el intestino delgado deja de hacer el movimiento natural de contracción y acumula líquido. La dificultad causa náuseas y vómitos y obliga a realizar el tratamiento con sonda. «·Es una evolución desfavorable pero de baja mortalidad», explicó la doctora Elaine Moreira, de la Federación Brasileña de Gastroenterología al diario 'O'Globo'.
Si bien el parte médico y la familia insisten en que el presidente será dado de alta en el plazo previsto de 10 días posteriores a la operación, el episodio podría alterar esa perspectiva. Especialistas señalan que podría obligar a Bolsonaro a permanecer más tiempo internado hasta que tolere la alimentación por vía oral o podría tener que ser intervenido nuevamente si la causa de la parálisis del íleo fuera una fístula.
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https://www.hoy.es/internacional/am...ice-sombra-bolsonaro-20190203212733-ntrc.html
Así con el tío bolsito. Parece que ya lo estan dando por eliminado,
Las letras grandes son para el team analfabeto que le da paja leer.
El general Mourao sorprende a los brasileños por su talante conciliador, muy alejado del estilo del presidente
El presidente Jair Bolsonaro y Hamilton Mourao no se dirigen la palabra desde la toma de posesión. / EFE
En un país como Brasil, donde al menos tres vicepresidentes terminaron gestionando el Ejecutivo en medio de crisis traumáticas, el rápido encumbramiento del general retirado Hamilton Mourao, segundo del flamante presidente Jair Bolsonaro, genera inquietud en el entorno del nuevo mandatario, hospitalizado desde hace una semana. Miembro de un partido aliado al de Bolsonaro, Mourao fue elegido para formar parte del equipo del mandatario por sus posiciones ultraderechistas, algunas tan polémicas como las del entonces aspirante a la presidencia. Por ejemplo, el general manifestaba que creía en la intervención militar para imponer el orden e incluso llegó a defender públicamente el autogolpe en un eventual escenario de caos.
Sin embargo, desde que arrancó el mandato de Bolsonaro, el vicepresidente va dejando de lado la controversia y emerge como un dirigente moderado, racional y contemporizador hasta el punto de desmentir o dejar en ridículo a su superior, con el que apenas tiene relación. «Las únicas veces que el presidente habló conmigo fueron en la campaña», admitió el militar hace unos días.
Algunos estudiosos de la disciplina militar ya lo habían advertido. Iba a ser difícil que un general se subordine a un capitán, que es la jerarquía que alcanzó Jair Bolsonaro antes de retirarse del Ejército y volcarse de lleno en la política. Lo cierto es que la tensión, que ya se palpaba antes de la pomposa toma de posesión celebrada en Año Nuevo, se agudizó en el primer mes de gobierno.
Mourao había dejado claro que no quería ser un «'vice' decorativo» sino «un asesor privilegiado» y lo está cumpliendo. El general exprime al máximo sus minutos de fama. Quedó a cargo de la presidencia cuando Bolsonaro fue al Foro de Davos y también la semana pasada para que el presidente se sometiese a una intervención que lo mantiene internado en el Hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo desde el 27 de enero.
Bolsonaro tuvo que operarse para reconstruir los intestinos dañados por el atentado que sufrió el pasado mes de septiembre. El lunes 28 estuvo siete horas en el quirófano y después en una terapia intensiva de dos días. En esas 48 horas Mourao despachó en su lugar, pero apenas Bolsonaro salió de la terapia intensiva, aún convaleciente, quiso recuperar el mando.
En sus breves incursiones como presidente interino e incluso después, Mourao se mostró en todo momento afable con la prensa en contraste con los arrebatos del presidente y sus hijos, que intentan defenderse de las primeras denuncias de corrupción acusando a los periodistas de inventar noticias. El más comprometido en este aspecto es el primogénito, el senador Flavio Bolsonaro, que está siendo investigado por movimientos financieros atípicos en sus cuentas.
Israel y el aborto
Pero hay más. En su último paso por la presidencia Mourao recibió al embajador de Palestina y después de la visita puso en duda el hipotético traslado de la Embajada de Israel a Jerusalén prometido por Bolsonaro ante el premier israelí Benyamín Netanyahu. «El Estado brasileño, de momento, no piensa en ningún cambio de embajada», aseguró. Al día siguiente declaró en el diario 'O'Globo' que «el aborto es una decisión de la mujer», una postura que encendió todas las alarmas en el Gobierno de Bolsonaro, contrario a la interrupción voluntaria del embarazo
Tampoco cree conveniente Mourao alentar expectativas de apoyo brasileño a una eventual intervención militar en Venezuela para derrocar a Nicolás Maduro. «No es de nuestra política exterior intervenir en asuntos internos de otros países», remarcó para disgusto del mandatario ultra, alineado con Estados Unidos en la crisis del país caribeño. Para el vicepresidente el problema está en el ministro de Exteriores elegido por Bolsonaro. «¿Tendrá Ernesto -Araújo- condiciones para decir cuál es la política exterior brasileña?», se preguntó. Y siguió: «¿Ahora vamos a ser todos hinchas de Israel? ¿Fans de EE UU?». Por otra parte, el general retirado consideró que el calentamiento global «existe» y «no es una trama marxista» como cree Araújo.
También cuestionó al jefe de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, a quien recomendó actuar «con más cariño» con el opositor Partido de los Trabajadores después de que el funcionario echara a 320 agentes estatales con el argumento de que habían sido contratados en la gestión anterior. Lorenzoni le devolvió el favor esta semana al desmentirlo. Hamilton Mourao había dicho que se evaluaba intervenir el directorio de la minera Vale, responsable de la tragedia ocurrida en Brumadinho, pero el jefe de la Casa Civil negó que el Gobierno esté evaluando una medida de ese tipo
Al mandatario se le complica el postoperatorio
Con un escueto comunicado, el Hospital Israelita Albert Einstein de Sao Paulo, en el que se encuentra internado el presidente de Brasil Jair Bolsonaro, informó ayer de que el paciente sigue estable, en ayunas, sin dolor y sin señales de infección tras un episodio de náuseas y vómitos atribuidos a una acumulación de líquido en el estómago.
El malestar se presentó cinco días después de una operación de siete horas a la que fue sometido el lunes 28 de enero para reconstruirle el tránsito intestinal y retirarle la bolsa de colostomía que llevaba tras el atentado que sufrió en setiembre durante la campaña electoral cuando un desconocido lo apuñaló en el abdomen.
La familia había comunicado que fue una «recaída» y los asesores de presidencia explicaron que se trató de una reacción normal tras la operación. No obstante, el episodio fue más serio de lo que reflejó la versión oficial y obligó a colocarle una sonda nasogástrica (de la nariz al estómago) para evacuar el líquido acumulado que le generaba náuseas.
Distintas versiones
El cirujano Antonio Macedo explicó al periódico 'Folha de Sao Paulo' que fue una respuesta del organismo a una operación «larga y con mucha manipulación». Sin embargo, el parte de ayer informó que se realizó una tomografía abdominal al mandatario y se descartaron complicaciones quirúrgicas.
Según habían anticipado, a esta altura el paciente debería estar recibiendo alimentos por vía oral y evacuando, pero por ahora sigue en ayuno. Los expertos afirman que Bolsonaro padece una parálisis del íleo que se produce cuando el intestino delgado deja de hacer el movimiento natural de contracción y acumula líquido. La dificultad causa náuseas y vómitos y obliga a realizar el tratamiento con sonda. «·Es una evolución desfavorable pero de baja mortalidad», explicó la doctora Elaine Moreira, de la Federación Brasileña de Gastroenterología al diario 'O'Globo'.
Si bien el parte médico y la familia insisten en que el presidente será dado de alta en el plazo previsto de 10 días posteriores a la operación, el episodio podría alterar esa perspectiva. Especialistas señalan que podría obligar a Bolsonaro a permanecer más tiempo internado hasta que tolere la alimentación por vía oral o podría tener que ser intervenido nuevamente si la causa de la parálisis del íleo fuera una fístula.
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https://www.hoy.es/internacional/am...ice-sombra-bolsonaro-20190203212733-ntrc.html
Así con el tío bolsito. Parece que ya lo estan dando por eliminado,
Las letras grandes son para el team analfabeto que le da paja leer.
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