Familia de Maximiliano, colectivero asesinado pide justicia: “Dejó a toda una familia destruida”
El próximo 29 de noviembre se inicia el juicio contra los dos ciudadanos colombianos formalizados por este delito. La familia espera que se apliquen penas efectivas de cárcel y estas no sean reemplazadas por una deportación.
Han pasado nueve meses de la partida de Maximiliano Navarrete, conductor de la línea de colectivos N 36 de recorrido La Antena –La Florida y una animita ubicada en Avenida Colo Colo es el recuerdo de ese trágico momento. Un sistema judicial garantista, el dolor, la ausencia de Max y la imposibilidad de conocer a su hija Renata que nació en marzo recién pasado fueron parte de momentos que Iván Márquez , cuñado y exPDI, recordó y conversó en exclusiva con Diario El Día.
-¿Cómo ustedes se enteran de lo que ocurrió ese 03 de febrero?
“Nosotros residimos en Santiago y ese día recibimos un llamado desde una posta o un hospital, indicando que necesitan ubicar a la hermana de Max porque algo raro había pasado. Deben haber sido unos dos minutos, menos de dos minutos y nos llama una doctora de turno y nos comenta que mi cuñado había tenido un accidente, que había sido asaltado y que estuvieron más de 45 minutos reanimándolo, pero desgraciadamente perdió la vida.”
-En ese momento ¿Le explicaron en qué circunstancias falleció Max?
“En ese momento no. Después empezamos a hacer ciertas averiguaciones y nos enteramos de que mi cuñado, que se desempeñaba como chofer de la Línea 36 de colectivos, había sido asaltado, pero no era un asalto probablemente tal, recalcando que habría tenido un problema con unos pasajeros de nacionalidad extranjera, en que uno de ellos había sacado un cuchillo y le había dado dos puñaladas por la espalda y prácticamente habían sido heridas mortales. Tras ese llamado nos vinimos directamente acá a La Serena y nos enteramos de que la gente del sector donde residían estos sujetos querían tomar la justicia por sus propias manos y los fueron a buscar a la pieza que arrendaban para lincharlos. Posteriormente fue Carabineros los que tuvo que ir sacarlos del lugar”
-¿Cuál fue su impresión tras la formalización de los sujetos?
“Decepcionante. Cuando mi cuñado falleció se informa este hecho al Ministerio Público, determinando que la Brigada Homicidios tenía que hacerse cargo de estas dos personas, pasando detenidos en calidad de imputados por el homicidio. Posteriormente en el control de detención, por parte de la Defensoría, se solicitó de que se aplazara el control de detención porque ellos tenían intenciones de declarar. Esto se aplaza un día, ellos prestan una declaración que es sumamente contradictoria, ya que uno dice que no tenía idea del cuchillo y otro dice que sí tenía idea del cuchillo, agregando que después el arma utilizada la tiraron a una especie de barranco. Posteriormente, el juez de garantía de turno, distinto al que formalizó, determinó las medidas cautelares, entre comillas, dejando en prisión preventiva al que propinó la herida a mi cuñado y a la otra persona la dejo en libertad, sin ninguna medida cautelar. No obstante, el Ministerio Público apeló y la Corte de Apelaciones ratificó el arraigo nacional. Es incomprensible que una persona que participó en un asesinato abandone el tribunal caminando, como Pedro por su casa. Ambas personas estaban en una situación migratoria irregular en el país. Es más, una de ella tenía una orden de no ingresar a Chile, ya que su ingreso se había realizado por un paso no habilitado. Entonces, los hechos hablan por si solos”.
-¿Cuáles son los antecedentes que ustedes han logrado reunir?
“El día del crimen esta discusión comenzó porque ellos no querían pagar el pasaje que correspondía al horario nocturno. Ambos sujetos y de acuerdo a la declaración del testigo, los extranjeros abordaron el colectivo incluso antes de un tercer pasajero que también estaba esperando su turno. Ante esto Max les indica que había un pasajero antes que ellos y posteriormente les dice cuánto vale el pasaje a esa hora. Al parecer un poco bebidos, lo increpan diciendo ¿Por qué nos estás cobrando de más? y se niegan a pagar el valor indicado. El colectivo sale desde la Avenida de Aguirre en dirección a La Antena. Esa discusión siguió todo el trayecto y cuando se bajan frente del cementerio, uno de ellos ni siquiera quería pagar, entonces mi cuñado también se baja, conversa y les dice que tienen que pagar porque el pasaje en la noche sale más caro. En ese momento uno de ellos le dice “ahí tenéis 5 lucas”, mi cuñado va a darle el vuelto y cuando le va a dar el vuelto le dice que “me queréis cagar con las 5 lucas”, lo empuja y mi cuñado reacciona, pero no se da cuenta que la persona de atrás viene y le entierra un cuchillo dos veces y sale arrancando. Mi cuñado, ya herido, se sienta en el auto con el pasajero que iba como copiloto, en que a pesar de todo el esfuerzo emocional que hizo para mantenerlo despierto, se desvaneció. Posteriormente llegó la ambulancia, realizó reanimación, pero no resultó”
-Tras alrededor de nueve meses ocurrido este hecho ¿Cómo la familia se ha logrado levantar?
“Creo que tanto mi suegra como las hermanas de Maxi, que entre ellas está mi señora, tienen una tremenda fortaleza porque prácticamente hemos pasado de desgracia en desgracia. Mi cuñado, el hermano mayor de Maxi, también falleció años atrás por la pandemia, falleció mi suegro. Y ahora nos tocó esto. La verdad es difícil de poder explicar porque cuando fallece una persona, llegan muchas personas a decirte, escucha, estoy contigo, te entiendo. Y en realidad la persona que no lo vivía en carne propia no lo entiende. Y solamente va un rato y después prácticamente pasó a ser todo normal.”
-¿Cómo usted evalúa el papel de la Fiscalía frente al crimen de su cuñado?
A ver, el Ministerio Público generalmente tiene que hacer la persecución de los delitos representando a las víctimas en este caso nosotros éramos víctimas y si bien, se inició la investigación, se presentaron los antecedentes y a través del gobierno se presentó una abogada de la Subsecretaría de Prevención del Delito, la cual nos iba comunicando más o menos todo lo que pasaba, pero desgraciadamente las veces que quisimos hablar con la fiscal siempre estuvo ocupada. Como nosotros residimos en Santiago y aprovechando las nuevas tecnologías podríamos habernos reunidos por Zoom para que nos indicará la línea que tenía ella en esta investigación. Solamente nos enteramos después de que había cerrado la investigación. La intenté ubicar nuevamente para ver cuáles son los antecedentes. Finalmente me respondió que el día que podría atenderme iba a estar de vacaciones, pidiéndome el número de teléfono y definitivamente el llamado nunca llegó. Aquí es importante indicar que cuando la fiscal hace la formalización y en vez de clasificarla como homicidio calificado, considerando la alevosía del crimen contra Max, viene y nos dicen que la presentó por homicidio simple, en que obviamente ahí las condenas son totalmente distintas. A raíz de lo mismo contratamos un abogado penalista, esperando que las penas que se apliquen sean ejemplares”.
-¿Qué pasa con la familia cuando se enteran que jurídicamente se baja la gravedad de este crimen?
“Sentimos rabia e impotencia. No entendemos cuál es el criterio que se ocupa, cuando prácticamente las dos personas se pusieron de acuerdo para matar a otro y en que lamentablemente al haber dos versiones sobre el mismo hecho uno quedó en prisión y el otro anda libre. Por lo menos podrían aplicarse otras medidas cautelares, como el arresto domiciliario, el arresto nocturno, firma mensual, ya que el arraigo nacional decretado para la otra persona, que participo directamente en el asesinato de Max, es una burla”.
-El próximo 29 de noviembre se inicia el juicio ¿Qué están esperando de este proceso?
“Que sea un plazo corto, que no se extienda demasiado, que sean penas ejemplares, porque hoy en día el tema de la migración ilegal, de los asesinatos que están asociados al crimen organizado, está presente en el país y es un hecho. Es el momento que exista un apoyo transversal a la Ley Maxi que presentó el diputado Juan Manuel Fuenzalida y que permitirá el máximo de condenas a la gente que atente contra los conductores de locomoción colectiva. Por el crimen de Max aspiramos a una pena máxima de 15 años. Pero tomando en cuenta lo que hablábamos se podrían considerar atenuantes y lo más probable es que a lo mejor esa pena sea más baja. Ahora si el hijo de un político o el hijo de una autoridad en este país hubiese sido mi cuñado, esto no hubiese pasado. Entonces, si esto nos pasó a nosotros, ¿qué queda para la gente que no tiene idea de lo que es un sistema judicial? Entonces, muchas veces tratamos de que se exija o que se imparta una verdadera justicia, pero desgraciadamente siempre hemos tenido el problema de que acá se da un tema más garantista para el imputado que para las víctimas”.
El próximo 29 de noviembre se inicia el juicio contra los dos ciudadanos colombianos formalizados por este delito. La familia espera que se apliquen penas efectivas de cárcel y estas no sean reemplazadas por una deportación.
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