Cobardes nosotros???
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Hacia fines de 1539 Valdivia se presentó a una audiencia con Pizarro. Solicitaba autorización para partir al sur del Perú, a conquistar y poblar las provincias llamadas Chili por los incas.
"Os habéis vuelto locos", dijo inicialmente Pizarro. Le pareció un disparate que Valdivia dejara la mina de Porco y la encomienda del valle de la Canela, que le rentaban docientos mil pesos de oro anualmente, para emprender la conquista del territorio donde en 1536 había fracasado el adelantado Diego de Almagro con quinientos hombres, y la pérdida de quinientos mil pesos. Pero lo cierto es que para el gobernador del Perú la iniciativa suponía algunos beneficios y ningún costo. Valdivia dejaría disponibles para otro colaborador los repartimientos de indios y la mina. Además la autorización no involucraba apoyo económico, al menos de las cajas reales, pues era costumbre por entonces que los conquistadores se financiasen por su cuenta. Cediendo al entusiasmo del Maestre de Campo, le facultó en abril de 1539 para pasar a la conquista de Chile como su teniente de gobernador, aunque "no me favoreció —escribía más tarde Valdivia—, ni con un tan solo peso de la Caja de S. M. ni suyo, y a mi costa e misión hice la gente e gastos que convino para la jornada, y me adeudé por lo poco que hallé prestado, demás de lo que al presente yo tenía".[7]
Pese a su empeño, las dificultades para reunir financiamiento y soldados estuvieron a punto de frustrar el plan de Valdivia. Los prestamistas juzgaban desmesurado el riesgo a sus capitales, y la gente rehuía enrolarse en la conquista de la tierra más desacreditada de las Indias, considerada desde la vuelta de Almagro como miserable y hostil, sin oro, y de clima muy frío. Al decir de Valdivia en carta al Emperador Carlos V de fecha 4 de septiembre de 1545, "no había hombre que quisiera venir a esta tierra, y los que más huían della eran los que trajo el Adelantado don Diego de Almagro, que como la desamparó, quedo tan mal infamada, que como de la pestilencia huían de ella; y aún muchas personas que me querían y eran tenidos por cuerdos, no me tuvieron por tal cuando tuve que gastar la hacienda que tenía, en una empresa tan apartada del Perú y donde el Adelantado no había perseverado".[8]
Hasta que se dirigió a un acaudalado comerciante prestamista, Francisco Martínez, que acababa de llegar de España con armas, caballos y otros artículos muy apreciados en las colonias. Martínez accedió a contribuir, aportando nueve mil pesos de oro en mercaderías, valoradas al precio que al mercader mejor le pareció. A cambio de su capital y el riesgo, exigía nada menos que la mitad de los beneficios que produjese la empresa, aunque todo el peso de los trabajos de la conquista recaía sobre Valdivia. Sin alternativa, éste aceptó.
Finalmente logró reunir unos setenta mil pesos castellanos,[9] suma escasa para la envergadura de la iniciativa, pues por entonces un caballo por ejemplo, costaba dos mil. En cuanto a soldados, sólo once se enrolaron en la aventura,[10] más la plasenciana Inés Suárez, que vendió sus alhajas y todo lo que tenía para ayudar a los gastos de Valdivia. Iba en calidad de criada de éste, para disimular un poco que era en realidad su andante.
Cuando ya se disponía a emprender la marcha, llegó a Cuzco el antiguo secretario de Pizarro, Pedro Sánchez de la Hoz, que había vuelto a España luego de hacer fortuna en la conquista temprana del Perú. Regresaba con cédula otorgada por Rey que le facultaba a explorar las tierras al sur del Estrecho de Magallanes, dándole el título de Gobernador de las tierras que allí descubriese. A instancias de Pizarro, Valdivia y Sánchez de la Hoz celebraron un contrato de compañía en la que el primero aportaba todo lo reunido al momento, y el segundo se comprometía a aportar cincuenta caballos y doscientas corazas y a equipar dos buques que al cabo de cuatro meses debían traer a Chile diversas mercaderías para apoyar la expedición. Aquella sociedad iba a causar numerosos contratiempos a Valdivia, a quien Sánchez de la Hoz consideraba un obstáculo a sus ambiciones.
¿Qué movía a Pedro de Valdivia a emprender un proyecto que casi todos consideraban insensato?. Pensaba que las desacreditadas tierras del sur eran apropiadas para establecer una gobernación de carácter agrícola, y creía poder descubrir suficientes riquezas mineras, si bien no tan abundantes como en el Perú, pero suficientes para sostener una colonia de la que él fuese Señor. Porque por encima de todo Valdivia se proponía establecer un nuevo reino que le diese fama y poder. "Dejar fama y memoria de mí", decía. Aunque uno más de los hidalgos aventureros que por entonces venían de España a "hacer la América", los talentos de Valdivia eran superiores. Bien lo sabía, y estaba convencido que conseguiría renombre en el "tan mal infamado" Chile, pues mientras más difícil la empresa, más fama para el emprendedor. Astuto, infatigable y con gran sentido de la oportunidad, este líder audaz, a menudo imprudente, tuvo la virtud —y acaso la genialidad— de levantar la mirada por sobre riquezas triviales y ver futuro allá, donde los demás sólo veían dificultades.
Pedro valdivia no esta deacuerdo con tu comentario