No me refiero a una tristeza superficial y pasajera, como las provocadas por conflictos familiares o rupturas amorosas. Me refiero a algo más persistente y difícil de abordar.
Yo siempre he pensado algo bastante lógico. Si uno vive mal o sin la motivación suficiente al día a día, agregar a aquello una obligación que implique sacrificio, o se posterga la solución o mejoría a ese estado anímico, o se posterga y, además, se empeora la calidad de vida de la persona. Puede que se revierta eso si la persona encuentra en la universidad, compañeros o talleres, algo que le guste (obviamente), pero si la persona ya ha experimentado por un tiempo suficiente esas instancias y no le han producido "placer", difícil que vaya a pasar.
El tema es porque estoy en una etapa en que siento que postergué mucho mi desarrollo personal y reflexiones que pudiera hacer de mí, al punto que me urge la situación, pero ya no soy un mechón que se plantea un año sabático, sino alguien que ya debería estar pensando en la independencia económica y en una rutina que le permita tener una vida normal que se pueda financiar, una vida de la que jamás pensé escapar.
El cagarse de hambre es subjetivo eso sí. He conocido gente que es "feliz con poco", o bien, tiene metas, placeres y energías que les permite seguir en movimiento, y no son weones que tienen de hobbie ver el Mega.
Yo siempre he pensado algo bastante lógico. Si uno vive mal o sin la motivación suficiente al día a día, agregar a aquello una obligación que implique sacrificio, o se posterga la solución o mejoría a ese estado anímico, o se posterga y, además, se empeora la calidad de vida de la persona. Puede que se revierta eso si la persona encuentra en la universidad, compañeros o talleres, algo que le guste (obviamente), pero si la persona ya ha experimentado por un tiempo suficiente esas instancias y no le han producido "placer", difícil que vaya a pasar.
El tema es porque estoy en una etapa en que siento que postergué mucho mi desarrollo personal y reflexiones que pudiera hacer de mí, al punto que me urge la situación, pero ya no soy un mechón que se plantea un año sabático, sino alguien que ya debería estar pensando en la independencia económica y en una rutina que le permita tener una vida normal que se pueda financiar, una vida de la que jamás pensé escapar.
El cagarse de hambre es subjetivo eso sí. He conocido gente que es "feliz con poco", o bien, tiene metas, placeres y energías que les permite seguir en movimiento, y no son weones que tienen de hobbie ver el Mega.