Ultimate Gamer
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Momento exacto en el que te vuelves zeldero:
Un legendario día 21 de Noviembre de 1998, se lanzaba al mercado uno de los videojuegos más esperados, importantes y aclamados de la historia, el cual marcó un hito y significó la apoteosis de la industria del ocio y la consolidación de los videojuegos como un medio en el que se puedan crear auténticas obras de arte, sentando las bases del género de acción y aventuras y siendo el referente principal a seguir por absolutamente todos los desarrolladores del mundo tras su lanzamiento.
Uno de los mejores trailer de la historia:
The Legend of Zelda: Ocarina of Time vió la luz hace 25 años, pero su esplendor todavía perdura a día de hoy. La aventura más grande jamás jugada, una epopeya de proporciones incalculables en la industria de los videojuegos, entre otros elogios atemporales.
Siempre se ha apuntado a 1998 como uno de los mejores, sino el mejor año de la historia en este sector y motivos de peso no faltan. Metal Gear Solid, Tekken 3, Starcraft, Banjo Kazooie, Half Life, SoulCalibur, Baldur's Gate y un espectacular Zelda: Ocarina of Time que demostró ser por lejos el mejor juego del año y la década, merecidamente ganando la mayoría de los premios, además de ser el más innovador y demostrar de lo que era capaz una franquicia al dar el salto al 3D (por alguna razón figura en la lista un tal Resident Evil 2, seguramente gracias a los sobornos de Capcom unity juegos de pelea). El valor de lo que hizo Nintendo a finales de los años 90 es de una proeza enorme, pues dar el paso a un campo de desarrollo desconocido y hacerlo tan bien a la primera ocasión casi parece una broma.
The Legend of Zelda: Ocarina of Time no es únicamente uno de los mejores juegos de la historia, es un candidato firme y constante a ser el mejor de todos (hechos, no palabras). A fin de cuentas, es el juego ante el que se miden todos los Zeldas y, por extensión, cualquier otro título de aventuras y, por extensión, cualquier videojuego/película/serie/libro/novela/comic/etc post 1998. Pero ¿qué lo hace tan especial? (¿Qué no lo hace?)
En su día, Zelda: Ocarina of Time estaba llamado a ser el caballo de batalla de Nintendo y la N64. Así lo entendieron todos los que presenciaron la primera beta del conocido como Zelda 64 tres años antes. La realidad, por otro lado, es que por entonces ni los creativos de La Gran N tenían claro cómo iba a ser el debut del Héroe de Hyrule en aquella bestia de 64 bits.
Es más, Nintendo estaba aprendiendo sobre la marcha, a base de ensayo y error, a hacer juegos en entornos tridimensionales. Lo que no sospechaban desde Kioto es que acabarían marcando las pautas de los juegos venideros, no solo por el modo de sumergir al jugador en las sensaciones de aventura, sino por el poso que Ocarina of Time ha dejado en el arte y la ciencia de hacer videojuegos.
Resumen:
The Legend of Zelda: Ocarina of Time marcó un antes y un después en la industria del videojuego. No solo por sus innovaciones (de las que me explayaré en un comentario más adelante), sino por el grado de profundidad y sensaciones que eran capaces de transmitirse a través de un mando y una consola. Era el espíritu de la aventura. Una historia emocionante con un nivel de epicidad cinematográfica. Una que merece la pena jugarse, como mínimo, diez veces en la vida.
El siguiente video ejemplifica cómo el botón de acción A y el Z-Targeting cambian el abanico de opciones y cosas que hacer en un mundo más abierto al dar una sensación de inmersión y fluidez de movimiento al jugador nunca antes vista, lo que da como resultado que el control/mando se sienta como una extensión del cuerpo humano.
La acogida fue tan extraordinaria como el propio juego: fue el título de la serie más vendido hasta la llegada de Twilight Princess el 2006, y aquello tenía truco ya que se sumaron las versiones de GameCube y Wii. Pero, sobre todo, demostró al mundo que Nintendo no se limitaba a hacer juegos: creaba experiencias con belleza y alma.
Un juego que, pese a su particular desarrollo (algo muy raro de ver en Nintendo), acabó adelantándose a su propio tiempo. Tanto que, a día de hoy resuenan las sensaciones de hablar con Saria
, cabalgar con Epona por Hyrule, enfrentarse al temido Templo del Agua, alzar la Espada Maestra en el Templo del Tiempo o deleitarse escuchando su magnífica e inolvidable banda sonora.
GOAT

Un legendario día 21 de Noviembre de 1998, se lanzaba al mercado uno de los videojuegos más esperados, importantes y aclamados de la historia, el cual marcó un hito y significó la apoteosis de la industria del ocio y la consolidación de los videojuegos como un medio en el que se puedan crear auténticas obras de arte, sentando las bases del género de acción y aventuras y siendo el referente principal a seguir por absolutamente todos los desarrolladores del mundo tras su lanzamiento.
Uno de los mejores trailer de la historia:
The Legend of Zelda: Ocarina of Time vió la luz hace 25 años, pero su esplendor todavía perdura a día de hoy. La aventura más grande jamás jugada, una epopeya de proporciones incalculables en la industria de los videojuegos, entre otros elogios atemporales.

Siempre se ha apuntado a 1998 como uno de los mejores, sino el mejor año de la historia en este sector y motivos de peso no faltan. Metal Gear Solid, Tekken 3, Starcraft, Banjo Kazooie, Half Life, SoulCalibur, Baldur's Gate y un espectacular Zelda: Ocarina of Time que demostró ser por lejos el mejor juego del año y la década, merecidamente ganando la mayoría de los premios, además de ser el más innovador y demostrar de lo que era capaz una franquicia al dar el salto al 3D (por alguna razón figura en la lista un tal Resident Evil 2, seguramente gracias a los sobornos de Capcom unity juegos de pelea). El valor de lo que hizo Nintendo a finales de los años 90 es de una proeza enorme, pues dar el paso a un campo de desarrollo desconocido y hacerlo tan bien a la primera ocasión casi parece una broma.
The Legend of Zelda: Ocarina of Time no es únicamente uno de los mejores juegos de la historia, es un candidato firme y constante a ser el mejor de todos (hechos, no palabras). A fin de cuentas, es el juego ante el que se miden todos los Zeldas y, por extensión, cualquier otro título de aventuras y, por extensión, cualquier videojuego/película/serie/libro/novela/comic/etc post 1998. Pero ¿qué lo hace tan especial? (¿Qué no lo hace?)

En su día, Zelda: Ocarina of Time estaba llamado a ser el caballo de batalla de Nintendo y la N64. Así lo entendieron todos los que presenciaron la primera beta del conocido como Zelda 64 tres años antes. La realidad, por otro lado, es que por entonces ni los creativos de La Gran N tenían claro cómo iba a ser el debut del Héroe de Hyrule en aquella bestia de 64 bits.
Es más, Nintendo estaba aprendiendo sobre la marcha, a base de ensayo y error, a hacer juegos en entornos tridimensionales. Lo que no sospechaban desde Kioto es que acabarían marcando las pautas de los juegos venideros, no solo por el modo de sumergir al jugador en las sensaciones de aventura, sino por el poso que Ocarina of Time ha dejado en el arte y la ciencia de hacer videojuegos.

Resumen:
The Legend of Zelda: Ocarina of Time marcó un antes y un después en la industria del videojuego. No solo por sus innovaciones (de las que me explayaré en un comentario más adelante), sino por el grado de profundidad y sensaciones que eran capaces de transmitirse a través de un mando y una consola. Era el espíritu de la aventura. Una historia emocionante con un nivel de epicidad cinematográfica. Una que merece la pena jugarse, como mínimo, diez veces en la vida.
El siguiente video ejemplifica cómo el botón de acción A y el Z-Targeting cambian el abanico de opciones y cosas que hacer en un mundo más abierto al dar una sensación de inmersión y fluidez de movimiento al jugador nunca antes vista, lo que da como resultado que el control/mando se sienta como una extensión del cuerpo humano.
La acogida fue tan extraordinaria como el propio juego: fue el título de la serie más vendido hasta la llegada de Twilight Princess el 2006, y aquello tenía truco ya que se sumaron las versiones de GameCube y Wii. Pero, sobre todo, demostró al mundo que Nintendo no se limitaba a hacer juegos: creaba experiencias con belleza y alma.

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Un juego que, pese a su particular desarrollo (algo muy raro de ver en Nintendo), acabó adelantándose a su propio tiempo. Tanto que, a día de hoy resuenan las sensaciones de hablar con Saria




GOAT
