Antes de que siquiera Bachelet viniera a Chile desde su puesto en la ONU ya habían señales de desaceleración económica e índices económicos no tan buenos como la balanza de pagos negativa y la inflación (especialmente la "de los pobres"), al mismo tiempo que veíamos índices buenos como el bajo desempleo y el crecimiento de los salarios; lo que indicaba claramente que nuestra economía se estuvo recalentando más allá de nuestra capacidad de crecimiento estructural. Yo mismo coloqué durante 2012 e inicios de 2013 un par de noticias al respecto.
Ahora con la tendencia a la baja del cobre (explica la mitad de nuestras exportaciones y un cuarto del PIB) tenemos un riesgo aún mayor de desajustar nuestra balanza de pagos (importar y consumir notoriamente más de lo que producimos y exportamos como país), todo por tener una más que precaria estructura productiva a nivel país. Ni qué decir de nuestro débil colchon energético o de la así llamada "inseguridad jurídica" de proyectos de la calaña de Pascua Lama.
El respeto que Larraín inspiraba como académico lo hipotecó completamente con estas declaraciones "políticas" que solo denotan la miopía que tenemos como país cuando queremos explicar por qué somos como somos a nivel socio-económico. Tan penca se volvió la clase política y sus asesores-calcetineros de turno, que ni siquiera son capaces de mirar a la cara al pueblo y explicarle en base a sus acciones el "veranito de San Juan" que vivimos a nivel económico, ni mucho menos el discreto -por decirlo de alguna manera- futuro que se avecina a causa de nuestra fragilidad productiva estructural.
Cuantas razón tienen tus palabras.
De hecho, el tema de la desaceleración en Chile es algo que se discute desde no ahora, sino que desde hace años se viene diciendo que el modelo neoliberal está mostrando serias falencias al momento de dar cifras de crecimiento.
La historia chilena confirma que los modelos son cíclicos, nacen, viven, y terminan muriendo. En 1870 comenzamos a dejar atrás la economía colonial o neocolonial e instalamos un modelo moderno, basado en los principios del liberalismo.
Ese modelo duró unos 30 años estable, mostrando índices importantes de crecimiento y llevando a evolucionar a la sociedad chilena fomentando la creación de un proletariado incipiente, sin embargo a inicios del siglo XX comienzan a darse muestras claras de los límites de aquel modelo.
Las protestas populares, la movilización social y todo el malestar expresado en la cuestión social comienzan a poner en jaque la situación.
De eso, hasta los años 20 en que el modelo entra en crisis terminal, siendo suplantado por el modelo desarrollista de industrialización hacia adentro que busca plantar un eje diferente de ejecución económica. Modelo que a su vez, comienza a manifestar su inestabilidad en los años 50 por su recurrente balanza de pagos negativa, inestabilidad económica (inflación de dos dígitos llegando al 80%), y la necesidad ya en el gobierno de Ibáñez del Campo, de buscar soluciones. Hacia los años 70 el modelo entraría en crisis y sería superado por el neoliberalismo.
El neoliberalismo se instaló formalmente en 1975. De 1975 a 1985 el modelo inició su vida en medio de crisis e inestabilidad, de 1985 a 1997 el modelo mostró su mejor momento creciendo a elevadas tasas llegando a los 2 dígitos. De 1998 al 2010 el modelo funciona mediocremente, creciendo muy lentamente. Es en esta época en la que diversos economistas plantean la necesidad de realizar diferentes reformas.
Pero en 2010, el gobierno entrante eleva el gasto público justificándose de una y otra forma, lo que, como bien señalas, le da un relajo a la economía chilena, un pequeño verano de San Juan. Los idiotas derechistas se tragan de golpe que es por la eficiencia del gobierno que el crecimiento económico vuelve a ser la lógica del país, sin considerar que esto era más pasajero que otra cosa.
No olvidemos que los principales pilares del crecimiento económico chileno son la inversión externa y las exportaciones, las cuales a su vez son impulsadas por el elevado precio del cobre.
Sin embargo han comenzado a fallar estas patitas: el precio del cobre se ve como una realidad de corto plazo, y los números rojos en la balanza de cuenta corriente muestran que en 10 años de enfermedad holandesa a la chilena la economía del país se ha hecho de muchas debilidades. Además, la deuda externa ha crecido sostenidamente durante los últimos años, ello en gran parte porque precisamente la cuenta corriente muestra números rojos, lo cual a su vez se da porque el modelo de crecimiento chileno se basa en el crecimiento hacia afuera, en la inversión externa y en las exportaciones impulsadas por la demanda internacional. Sin embargo desde hace años se afirma que dicha demanda no es eterna, la crisis en la zona del euro y la aparente desaceleración china son prueba de lo que digo. Además, si agregamos a este panorama la banca nacional dependiente del comportamiento bancario internacional, donde el mismo FMI ha advertido que seríamos los más afectados en un supuesto e hipotético desapalancamiento financiero, entonces comprendemos por qué la economía chilena funciona como funciona.
Pero bueno, hay quienes dentro de la economía chilena prefieren decir que las propuestas -completamente justas y necesarias- de algunos sectores políticos, son las que han espantado a la inversión. Como si no existiese una crisis económica en el bloque económico más importante del mundo (la UE); y luego, nos ufanamos frente a otros países diciendo que acá no hay populistas.
Es momento de modificar el modelo sí o sí. El neoliberalismo está agotado, tanto económica como socialmente.