Loncoche.
Cuando salí del liceo, me bajaron las ganas de salir a mochilear, siempre tuve ganas de conocer el sur, pero principalmente Chiloé (soy de Santiasco) pero nunca encontré a nadie que me apañara en ese tiempo, me fui a trabajar al Norte, Antofagasta e Iquique para una empresa minera y estuve un par de años por allá pero siempre con ese deseo de ir al sur mochileando, pero a la vida, no como los mochileros de ahora que llegan de una al lugar, ya sea en bus o en avión.
Cuando volví a Santiago, me dije este verano la hago si o si, solo o acompañado, por esas casualidades de la vida, fui a hacer un trabajo en un mall y de repente se me acerca un compadre que trabaja ahí, era de planta, me pide un cigarro y nos pusimos a conversar, dentro de la conversa me dice que ese verano se iba a mochilear, le pregunto que si va al norte o al sur y me dice, al sur, Chiloé, Bakan le dije, y vas acompañado le pregunté, me dijo que se iba solo pero que se juntaría con unos amigos que viajarían una semana después, por cosas de pega, le dije que también quería ir para allá y me dijo, vamos po’, trabajamos ese mes y con esas lucas nos iríamos al sur.
Cuento corto, llegamos a Loncoche (después de una semana caminando y haciendo dedo), a la casa de la abuela de este compadre, la casa estaba cerrada completamente por lo que entramos a la mala, tiramos los sacos en el suelo , enchufamos una radio y mientras escuchábamos música nos pusimos a hablar de la vida, la familia de él era toda evangélica, pero este weón era la oveja negra de la familia, bueno para el copete y principalmente la marihuana, mientras hablábamos y escuchábamos música, de repente la música paró y de la radio comenzaron a salir unas voces de ultratumba, con un mensaje final fuerte y claro “váyanse de acá”, yo le dije weón, escuchaste eso? Me dijo no, nada, pero la cara del weón me confirmaba que había escuchado lo mismo que yo, me dijo me dio sueño así que me voy a dormir, apagó la luz y nos tiramos a dormir, en la madrugada entre sueño, sentí que abrieron la puerta y se sentían los pasos de varias personas, me dije deben ser los amigos de este weón que llegaron, se reían o corrían por toda la casa, chucha los weones escandalosos me decía yo, en una escuché decir a uno de los “amigos” quememos a este weón,
ya más lucido dije, esta wea se está poniendo brigida, pero otra voz, una voz de mujer le dijo no, déjalo que duerma, si mañana insiste lo quemamos, se rieron y luego silencio total, me quedé un rato atento a ver si comenzaban nuevamente con su webeo pero nada, me dormí nuevamente.
Al otro día cerca de las 9 de la mañana, despierto y no había nadie, pensé que este weón había salido con sus amigos, lo busque por la casa y nada, salgo a la calle y el weón estaba sentado en la solera de la calle, mirando a la nada me acerco y le digo, puta que escandalosos tus amigo, que onda? Me dijo weon, penaron pesado anoche, le dije no eran tus amigos?, no me dijo, conchetumare , estaba esperando que despertaras para irnos a la chucha, pescamos nuestras weas y nos fuimos ese mismo día de esa casa maldita.
Eso, tengo otras de cuando era más pendejo, pero esta fue la que más me marcó, porque no supe si lo querían quemar a él o a mí
cagao de miedo ctm
